Carlos Cuerpo asume Economía bajo la sombra de Montero
▶Sánchez lanza un guiño a Bruselas al situar a un técnico para liderar las relaciones con la Comisión Europea ▶El nuevo ministro, recomendado por Calviño, promete un mandato marcado por «la continuidad»
Nadia Calviño, hasta ahora vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, dice adiós al Gobierno para dar paso a un hombre de su confianza como Carlos Cuerpo. Pero con matices, porque todo el poder que atesoraba la gallega no lo tendrá su sucesor ni mucho menor. Pedro Sánchez le nombra ‘solo’ ministro de Economía, mientras que promociona a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, a vicepresidenta primera del Gobierno.
El movimiento se trata de un juego de equilibrios para contentar a unos, premiar a otros y por en medio aparece Bruselas que siempre prefiere tratar, en lo referente a lo económico, con un técnico y no con un político. Cuerpo asume Economía precisamente para manejar las relaciones con la Comisión Europea, que conoce bien por su pasado en Europa y como parte fundamental del equipo de trabajo de Calviño de estos años. Sánchez, así, hace un guiño a la Comisión Europea de cara al año en que volverán las reglas fiscales, en las que el propio Cuerpo ha estado involucrado en el diseño.
Hasta ahora era secretario general del Tesoro pero cuenta con una trayectoria plenamente ligada a la Administración pública. Licenciado en Economía por la Universidad de Extremadura, máster en Economía por la London School of Economics y doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, ingresó por oposición en el Cuerpo de Técnicos Economistas del Estado en 2008. Entre 2011 y 2014 trabajó en análisis económico en la Comisión Europea, después pasó a la Airef para ser un estrecho colaborador del hoy ministro José Luis Escrivá y más adelante desembarcó en el Gobierno de coalición.
Ahora en el Tesoro venía siendo responsable de la gestión de la deuda pública, la relación con los inversores internacionales, la regulación del sector financiero y la representación de
España ante la UE para cuestiones económicas y financieras y en organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial, junto a Calviño. También ha sido interlocutor con la banca para las ayudas hipotecarias o tratar la exclusión financiera. Así, era el número tres del ministerio, pero con una estrecha relación con la titular del ramo.
Quienes le conocen destacan de él que es un perfil técnico, con sobrada formación, muy conocedor de la Administración española y europea, y con clara experiencia en foros internacionales. Hablan de Cuerpo como una persona concienzuda en su trabajo, muy detallista, que cumple a la perfección con su formación económica y «con la que se puede trabajar». Viene asimismo recomendado por la propia Nadia Calviño que pone rumbo a presidir el Banco Europeo de Inversiones.
Por delante, Cuerpo tendrá que enfrentarse a varios retos, con mayor y menor urgencia. En su discurso de traspaso de carteras destacó que su mandato estará marcado por «la idea de la continuidad», en un gesto hacia la labor de su predecesora. Las reglas fiscales, recientemente pactadas por los países pero aún pendientes de pasar filtros en la Eurocámara, son el reto mayúsculo al que deberá hacer frente por la necesidad del Gobierno de cuadrar unas cuentas que bajen el déficit y la deuda públicas siempre entablando buenas relaciones con Bruselas.
Asimismo, también afronta el reto de acelerar en la ejecución de los fondos
europeos, tarea compartida con Montero, así como la elaboración de los Presupuestos de 2024 prácticamente contra reloj.
Ascenso de Montero
Sin embargo, su experiencia internacional y formación no le han servido para ocupar el puesto completo de la que venía siendo su jefa. Ser número dos del Gobierno son palabras mayores y ese puesto Sánchez se lo tenía reservado a su fiel colaboradora María Jesús Montero, una política pura. De ahí que hubiera que hacer contrapeso con un técnico como Cuerpo en Economía, de cara a Europa.
La ministra de Hacienda será también vicepresidenta primera, ganando en peso y poder en el Consejo de
Ministros. Tanto, que presidirá el cónclave cuando Sánchez esté ausente, como hacía Calviño.
Este ascenso provoca que el número dos del PSOE sea también el número dos del Gobierno; ambas figuras encarnadas en Montero, que ya manejaba los hilos del gasto, los presupuestos y la financiación regional desde su puesto de ministra de Hacienda.
Su poder ahora crece al situarse solo por detrás de Sánchez. Y esto llega en un momento clave en el que los Presupuestos de 2024, que esperan sacar antes de acabar el primer trimestre, habrán de estar trufados de incrementos de ingresos, de ajustes de gasto... y haciendo caso en todo ello a las cesiones de los pactos para la investidura del presidente del Gobierno.
Montero escala a número dos del Gobierno en la legislatura en la que negociará una financiación a la carta para Cataluña
Cuerpo forma parte del equipo de confianza de Calviño y se ocupaba de gestionar la deuda pública y la relación con inversores
Esas cesiones es en lo que más equilibrios necesitará hacer Montero, en especial en lo relativo a los partidos independentistas catalanes y el PNV. Por lo pronto, en el último decreto del año el Ejecutivo ya ha incluido algunas cesiones, como la maniobra para transformar en impuestos los gravámenes a la banca y energéticas y poder ceder su gestión así a País Vasco y Navarra; o el guiño a Cataluña con un reguero de inversiones en infraestructuras.
Financiación regional
Pero sin duda el mapa de la financiación autonómica será el punto fuerte a tratar –y en el que ceder– por la ahora vicepresidenta primera. El pacto con Junts es el que más ampollas levanta a nivel regional, en la oposición y entre los expertos. El PSOE se comprometió a negociar «medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Cataluña, así como un diálogo singular sobre el impacto del actual modelo de financiación sobre Cataluña», así como una modificación que «facilite la cesión del cien por cien de todos los tributos que se pagan en Cataluña».
Dar ese estatus a la comunidad autónoma, creando un ‘cupo a la catalana’, supondría, como publicó ABC, romper con la solidaridad entre regiones. Las autonomías, del PP la mayoría pero también alguna del PSOE, se han quejado del trato de favor a Cataluña si eso se termina consumando.
Ese melón es el que deberá abrir Montero, el de la financiación autonómica general y la financiación a la carta de Cataluña, aunque ya lo hará como número dos del Ejecutivo; hay que tener en cuenta, además, que la titular de Hacienda ha formado parte de los equipos negociadores socialistas para la investidura de Sánchez.