El guardián español del skeleton
Referente en esta modalidad invernal, Mirambell sigue vinculado a la Federación Internacional, entrenando a promesas y buscando nuevos pilotos con los que mantener viva esta disciplina en España
Hablar de skeleton en España es hablar de Ander Mirambell (Barcelona, 1983), la gran y única referencia de este deporte de invierno en el que los pilotos se deslizan en un trineo a casi 150 kilómetros por hora. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, además de tener un máster en Dirección, Metodología y Análisis del fútbol y otro en Gestión y Dirección de instalaciones deportivas, Mirambell ha participado en tres Juegos Olímpicos (Vancouver 2010, Sochi 2014 y Pieonchang 2018) y ha ganado la Copa América en 2016. Su vida está ligada a este deporte de velocidad en el que es un pionero en nuestro país. «La gente se acuerda de las medallas, pero el hecho de importarlo, hacerlo crecer y ver ahora que tenemos nueve pilotos, que competimos en la Copa del Mundo... Y sentir que el skeleton está vivo porque tú diste el primer paso es la mejor recompensa», explica orgulloso.
Mirambell, casado con la deportista Irina Rodríguez (17 medallas en natación sincronizada), con la que tiene un hijo al que llamaron Kai, trata de inocular el virus del skeleton en la juventud. «Estoy de director deportivo y entrenador en España. También entreno a una chica de Bélgica, que está tercera en el ranking mundial y lucharemos por conseguir medalla en los Juegos. Y colaboro también con Brasil: hemos clasificado a dos chicos y una chica para los Juegos Olímpicos de la Juventud», apunta.
No solo eso, «en 2022, cuando me retiré, me presenté como vicepresidente de la Federación Internacional y
salí escogido, por lo que tengo una responsabilidad de evolucionar este deporte». A pesar de ello, asegura que no es una especialidad como para disfrutar de lujos: «El skeleton me da para vivir parcialmente. Como piloto no, pero ahora, como entrenador y director deportivo en España, Bélgica y Brasil llegas a un sueldo, pero lo tienes que completar con otros proyectos. El año pasado estuve en una emisora de radio comentando los partidos del Espanyol, hice un programa en televisión... La dificultad del skeleton es que es de octubre a marzo, hay unos cuantos meses en los que tienes que ir buscándote la vida».
También forma parte de un proyecto para encontrar nuevos talentos para el skeleton y se divierte explicando cómo forjar a un piloto sin tener una pista: «Una prueba era taparles los ojos, colocarles un arnés para que hicieran puenting sin saberlo y justo antes de lanzarles al vacío se les quitaba la venda y se veía con el lenguaje verbal si estaban preparados o no. En el skeleton no se puede parar, o llegas a la meta o llegas al hospital». Su lucha sigue siendo la de hacer crecer este peculiar deporte: «Una de las grandes dificultades es tener una estructura más eficiente. Al final lo estoy haciendo casi todo yo, desde los tiques del comedor, hasta los informes técnicos. No llegas a todo. Estamos hablando de recursos, estructura... Me gustaría tener más deportistas, pero no tenemos más presupuesto».
Mirambell quedó atrapado por el skeleton cuando buscaba motivaciones tras la muerte de uno de sus mejores amigos en 2005 y vio en la tele la película ‘Elegidos para el triunfo’, de Cool Runnings, que iba sobre bobsleigh. Se fue a Innsbruck (Austria) e invirtió todo lo que tenía ahorrado. Le quedan recuerdos emotivos como cuando ganó la Copa América entrenado por su hermano o «el último viaje que hice con mi madre antes de morir de cáncer, en los Juegos de 2018 en Corea». «Me dijo: ‘Ander, yo sé que este cáncer es muy difícil, pero me mantendré viva para acompañarte, lucha por tu sueño’. Abrazarla al llegar a meta y llorar con ella porque sabíamos que era su último viaje... Son experiencias que van más allá del deporte», asegura.*
«Sentir que este deporte está vivo porque yo di el primer paso es mi mejor recompensa»