La crisis del campo hace sonar las alarmas en Europa
Los sindicatos franceses anuncian el fin de los bloqueos de París
La protesta de los agricultores belgas, con cientos de tractores rodeando el Parlamento y los alrededores del barrio europeo de Bruselas, consiguieron por primera vez influir en las decisiones que los dirigentes europeos toman en sus reuniones. Aunque el asunto de las protestas del campo no estaba en el orden del día ni aparece en los documentos de la conclusiones del Consejo Europeo, lo cierto es que la discusión sobre el malestar de los agricultores fue abordado en la cumbre de ayer y ello propició que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el primer ministro belga, Alexander de Croo, se reunieran con una representación de los sindicatos agrarios para tratar de clamar los ánimos.
Las protestas cada vez más ruidosas desde Francia, donde se han llegado a bloquear los accesos a París, hasta Polonia, hace tiempo que han hecho sonar las señales de alarma en el Ejecutivo comunitario, que la semana pasada ya lanzó una iniciativa definida como «diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura» y que consiste en una amplia consulta para intentar que los expertos y los propios agricultores puedan buscar soluciones a las preocupaciones del campo.
La cuestión está rebosando todas las costuras, como demuestra la actitud del presidente francés, Emmanuel Macron, que –presionado por las protestas– reiteró ayer ante los demás Gobiernos que va a bloquear absolutamente cualquier intento de ratificar un acuerdo comercial con los países del Mercosur porque los ganaderos franceses creen que la competencia de la carne brasileña o argentina puede hundir aún más sus explotaciones. Von der Leyen, que no ve con buenos ojos que la economía europea empiece a cerrarse a otros mercados, respondió con la promesa de que antes del próximo Consejo de Ministros de Agricultura va a preparar una propuesta para reducir el papeleo y acabar de perfilar otra para flexibilizar, al menos este año, las reglas que obligan a dejar de cultivar una parte de las tierras agrícolas. En general, la presidenta entiende que los agricultores «son actores esenciales en la preservación de la naturaleza»
y sin reducir los objetivos de reducción de emisiones «tendremos que discutir con ellos cómo llegar a ellos». También ha decidido añadir ciertas medidas de salvaguardia para constreñir las reglas según las cuales los agricultores ucranianos pueden exportar sus productos agrícolas, ya que esos ingresos son vitales para mantener su economía, a pesar de que se consideran competencia desleal porque no tienen que cumplir los estrictos requisitos de la UE. En breve se votará en el parlamento Europeo la controvertida Ley de Restauración de la Naturaleza, a la que se opone el Partido Popular Europeo precisamente pro considerar que asfixia a los agricultores.
Fin a los bloqueos
Por su parte, los dos principales sindicatos de Francia pidieron el fin de los «bloqueos» y la «vuelta al trabajo», satisfechos de las nuevas promesas del Gobierno de Emmanuel Macron, pero advirtiendo «la crisis no ha terminado, esperamos que se concrete». Tras conocerse las nuevas propuestas, el presidente de la Fédération Nationale des Syndicats d’Exploitants Agricoles (Fnsea, primer sindicato francés), Arnaud Rousseau, declaró: «Hemos sido entendidos en bastantes puntos esenciales. La crisis no ha terminado. A partir del lunes comenzaremos a intentar concretar todas las promesas, discutiendo con los prefectos, en toda Francia» (los prefectos son los representantes del Estado en los departamentos y regiones).