Golpe de efecto del PP frente a la incertidumbre y advertencia de Feijóo contra el conformismo
El PP celebra el acto más grande de la campaña y defiende su modelo frente al soberanismo del BNG
El Partido Popular afronta la campaña electoral del próximo 18 de febrero en Galicia como un momento crucial. La inevitable asociación de este resultado con la figura de Alberto Núñez Feijóo y el recuerdo de lo sucedido el 23 de julio operan con fuerza en el imaginario de un partido que reconoce en esta cita es el principal punto de incertidumbre que aparece en el horizonte.
Todo eso cuando Alfonso Rueda tiene que defender un resultado de 42 escaños obtenido en 2020 que tuvo muchos ingredientes que lo hicieron excepcional: la pandemia y la baja participación condicionaron esa cifra que ahora pocos creen que pueda mantenerse. En Galicia se celebran cuatro elecciones simultáneas en sus respectivas provincias. Un pequeño traspiés en todas ellas y la incógnita de cómo operará la distribución de escaños con tantos actores en liza pueden acabar reduciendo el margen de la mayoría absoluta, situado en 38 escaños. La sensación generalizada es que no corre peligro, pero la duda de la participación y la incógnita de cómo funcionará Rueda como candidato mantienen las espadas en alto.
La provincia tradicionalmente más esquiva para los intereses del PP, en la que ha tenido un porcentaje de voto más bajo en las últimas convocatorias, ha sido Pontevedra. Pero a la vez allí se encuentra uno de los feudos talismán del PP gallego. Ayer su plaza de toros volvió a abarrotarse con unos 14.000 asistentes para el mitin central de la campaña en el que el presidente de la Xunta de Galicia estuvo escoltado por su antecesor y por el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El acto operó como un chute de energía para un partido que se sabe ante una cita clave. También a nivel orgánico se dirimen muchas cosas. No solo Rueda, sino todo su equipo y los dirigentes que dieron un paso adelante cuando Feijóo se marchó a Madrid con su núcleo duro ven estas elecciones como una reválida decisiva para asentar su proyecto. Abrió fuego Rajoy y ya su discurso abordó las claves que desarrollarían después Feijóo y
Rueda. En primer lugar destacó al actual presidente como ejemplo de «sosiego, estabilidad y calma». Y en segundo lugar planteó esta campaña como una disyuntiva entre el PP de Galicia y el modelo Sánchez.
Feijóo en su discurso, en el que consolidó el intento por hacerlos más breves, hizo un esfuerzo por hacer calar la idea de que el partido no se puede dejar llevar por el conformismo de una victoria segura. Y expuso sus propios fantasmas: «El que crea que se puede ganar sin bajarse del autobús pierde. El que cree que se puede ganar porque las encuestas dicen que vamos a ganar, os lo aseguro que puede ganar pero sin la suficiente mayoría para gobernar. Creédmelo que algo de eso sé».
Aunque el PP gallego siempre ha tenido unas campañas con un sello muy propio, en esta ocasión son varios los factores que están asimilando el discurso nacional con el regional. En primer lugar la recurrente presencia de Feijóo. Y en segundo lugar la supremacía del BNG sobre el PSOE. Rueda elevó también esa idea de no importar aquellos modelos de otros territorios «que crispan». «Yo no voy a meter a Galicia en caminos sin salida».
En el PP está muy instalada la idea de que el Sánchez hace una campaña de baja intensidad porque su verdadera candidata es Ana Pontón, la líder del BNG. Feijóo defendió la idea Galicia «que funciona» frente a la incertidumbre de una coalición liderada por el independentismo: «¿Qué bien puede hacer a Galicia que el nacionalismo traiga los problemas de fractura social de Pais Vasco o Cataluña?», se preguntó Feijóo. La conexión con la política nacional es indisimulada: «Alfonso Rueda es la respuesta que no quiere oír Sánchez». Feijóo hizo un discurso que ya solo contrastaba el modelo autonomista del PP con el BNG. Y reclamó «igualdad» para Galicia frente a los «privilegios» que reclaman los independentistas: «Galicia no necesita un Puigdemont con otro nombre. Estamos aquí para que ningún gallego sea menos que un independentista». Quedan 14 días y el PP no quiere correr riesgos innecesarios.
Alberto Núñez Feijóo Presidente del PP
«El que crea que se puede ganar sin bajarse del autobús y porque lo dicen las encuestas pierde»
«Galicia no necesita un Puigdemont con otro nombre»
Alfonso Rueda Presidente de la Xunta de Galicia
«Yo no voy a meter a Galicia en caminos sin salida»