Albares improvisa reuniones con Israel y Palestina para tapar el plantón de Argelia
La solución que promueve España para el conflicto en Oriente Medio propició el acercamiento con Argel
Tras el plantón de Argelia al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien ayer tenía previsto escenificar la reconciliación con el país vecino en un viaje de ida y vuelta en el día, el jefe de la diplomacia española se reunió este lunes en el Palacio de Viana con la embajadora de Israel, Rodica Radian-Gordon, y el de Palestina, Husni Abdel Wahed.
La residencia del ministro Albares en Madrid se convirtió en el escenario de estos encuentros, que tuvieron lugar por separado. Con ellos, España continúa intentando tender puentes entre Israel y Palestina para terminar con la crisis en Oriente Medio tras los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre del año pasado.
Con las reuniones con los embajadores de Israel y Palestina acreditados en España, el ministro Albares intentó alejar el foco de lo ocurrido el domingo por la tarde, cuando 12 horas antes de que su avión despegara desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) hacia Argel, el Gobierno de este país decidió aplazar su visita.
El viaje de Albares no era uno más de los que realiza el ministro para estrechar lazos con otros países. Con las relaciones bilaterales con Argelia muy deterioradas desde que España decidió declarar la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, la visita de Albares organizada para ayer pretendía escenificar la reconciliación entre los dos países. Para ello, en la agenda estaba prevista una reunión que iba a ser la foto del día: la de Albares en Argel junto a su homólogo, Ahmed Attaf. Y, según ha podido saber ABC, había otra que tendría más repercusión mediática: la de su encuentro con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, quien en el último momento decidió no recibirle.
Motivos sin explicar
Según fuentes diplomáticas, la visita oficial de Albares se aplazó por «motivos de agenda argelina», pero en ningún momento especificaron cuáles eran esos inconvenientes que Argelia puso como excusa para un desplazamiento que se comenzó a organizar de forma exprés el pasado jueves, cuatro días antes de producirse.
El viaje era la ocasión para dar por concluida la crisis diplomática abierta en marzo de 2022, cuando tras el giro del Gobierno de España respecto a su postura sobre el Sahara Occidental, Argelia llamó a consultas a su embajador en Madrid en señal de protesta, ya que es el principal valedor del Frente Polisario.
Semanas después, la argelina Asociación de Bancos y Entidades Financieras (ABEF) ordenó a éstas congelar las domiciliaciones bancarias en todas las operaciones de comercio exterior de productos con origen y destino en España. Esto supuso un duro golpe para muchas empresas de nuestro país, que vieron afectados sus negocios tras reducirse al mínimo los intercambios comerciales.
Otra señal de protesta por parte de Argelia tuvo lugar en junio de 2022, cuando Tebboune suspendió el Tratado de Amistad firmado entre España y Argelia dos décadas antes con el que ambos países, entre otras cuestiones, se comprometieron a establecer un diálogo político y a respetar la legalidad internacional. Con esta decisión, el presidente argelino continuó expresando su malestar por el trato recibido por España.
Acercar posturas
Fuentes diplomáticas aseguran a este diario que la iniciativa del Gobierno de España para mediar en Oriente Próximo, dialogando con sus socios europeos y explicando que la paz allí solo se logrará mediante la creación del Estado de Palestina, ha posibilitado el acercamiento de Argelia a España.
«Por una cuestión de proximidad por el conflicto en el Sahara Occidental, Argelia ve con buenos ojos la posición que defiende España sobre Israel y Palestina», apunta una fuente a este diario. Esto abrió una vía que Argelia aprovechó para iniciar un diálogo, que comenzó con su gesto de pedir el plácet a España para mandar a un nuevo embajador.
Así, el pasado 15 de diciembre, más de un año y medio después de llamar a consultas a su anterior jefe de misión, Argelia mandó a Madrid a Abdelfetá Daghmun, quien todavía no ha presentado cartas credenciales ante Felipe VI y por eso no acudió el pasado 31 de enero a la recepción del Cuerpo Diplomático acreditado en España ante el Rey.
Con el regreso del embajador argelino a Madrid y tras retomarse algunas operaciones de importaciones, parecía que las relaciones entre España y Argelia comenzaban a reconducirse. De ahí que el ministro Attaf hubiera invitado a José Manuel Albares a este viaje, pero la negativa de Argelia a respaldar algunos asuntos que para el jefe de la diplomacia española era importante visibilizar en esta visita ha tirado por tierra la foto de la reconciliación.
De ahí que el hecho de que Albares improvisara ayer un encuentro con los embajadores de Israel y Palestina para ocupar los huecos en su agenda tras el plantón argelino no se pueda interpretar como algo casual y sí como un gesto de buena voluntad por parte de España para normalizar las relaciones bilaterales con Argelia.