Las verdades de Inés
Ese «presi, te queremos» con el micrófono de RTVE deja en mantillas la lluvia fina de sanchismo que anega la parrilla del ente
PARA una voz que dice la verdad... Hasta el Consejo de Informativos de RTVE, ese ‘príncipe de la neutralidad’, se ha alzado contra la intervención –en formato reportera dicharachera en el lugar de noticia– de Inés Hernand, la entrevistadora que el ente mandó a la gala de los Goya y que en un rapto de sinceridad descubrió las cartas: «Presi, eres un icono, te queremos», cuando Sánchez enfilaba la alfombra roja de Valladolid bajo la que se escondían los guardias recién muertos de Barbate. Ni media palabra en solidaridad con ellos entre las decenas de personas que hablaron allí. El cine español...
Inés lo dijo a la cara, por derecho y con el micrófono de RTVE en la mano. Ese «te queremos» dejaba en mantillas la lluvia fina de sanchismo que la dirección de la emisora pública, al dictado de Moncloa, ha impuesto para que cale en la audiencia ese chirimiri progre, canónico en la defensa de los ‘valores’ de esa izquierda trapisondera, que anega su parrilla. Desde los mensajes partidistas del pantallón detrás de los presentadores del telediario, a las tontunas sectarias que se leen en los rótulos de ese programa de recortes musicales que se llama ‘Cachitos’, pasando por la programación de documentales políticamente hemipléjicos o que siempre cojean del mismo lado, o esas tertulias-paredón donde con la excusa de la pluralidad se manda a un comentarista no afín al régimen con apenas un tirachinas frente a un pelotón de adictos a la ‘opinión sincronizada’, armados hasta los dientes. La lista de manipulaciones, por abrumadora, es bastante más larga que la lengua de Hernand. Memorable aquel «¡Comorrr!» de Chiquito de la Calzada incrustado en Radio Nacional como voz en ‘off’ entre las palabras de María Guardiola explicando su pacto con Vox. Hace un par de días, conexión en directo en el Canal 24 Horas con la presentación del libro de Carmen
Calvo, cocinera antes que fraila, como si fuera el anuncio del Nobel de Literatura, mientras un rótulo recorría la parte inferior de la pantalla con un «última hora» que daba cuenta del enésimo logro de la era sanchista: «España organizará por primera vez en la historia Eurovisión junior». Épico.
Otra cosa es el zarrapastroso registro lingüístico (por llamar a aquello de alguna manera) de la reportera dicharachera («estoy hasta el coño», «igual me tiro un eructo», «me he hecho pis»), porque debe de haber un término medio entre esa jerga –más propia de un ‘after’ de extrarradio cuando amanece que del ‘prime time’ en la tele pública– y ese monumento a la cursilería pisaverde y currutaca del amoroso reportero estrella para asuntos culturales del ente.
El que ha entendido a la perfección de qué va esto es el ‘presi’, que tardó un suspiro en hacerse de vientre encima del comunicado del Consejo de Informativos al salir en defensa de Hernand cuando a la muchacha más le apretaban («El icono eres tú», le soltó Sánchez) al estilo de las folclóricas de antes cuando competían en aquel intercambio de elogios: «¡ole tú!», «no, ¡ole tú!, «que no, que no, ¡ole tú!». Los iconos se reconocen a la primera y no se pisan la manguera. Hernand, entre eructos y aguas menores, le hizo un servicio impagable a la verdad de las cosas en RTVE.