La búsqueda de la verdad
Mucho más que la verdad, lo que le interesa a Feijóo es echar leña en la hoguera donde se está achicharrando la legislatura
ES incompatible decir que se busca la verdad y hacer todo lo posible por enmarañarla. El PSOE anda en eso. Se le llena la boca con el discurso de que quiere llegar hasta el fondo del caso Ábalos, «caiga quien caiga», pero a continuación pone en marcha el ventilador para que la mierda nuble el ambiente y se haga imposible distinguir lo real de lo imaginario. No es lo mismo pactar de antemano la venta de mascarillas mediante un contrato verbal, pagarlas ‘a posteriori’ con fondos europeos sabiendo que son inservibles y luego certificar que no lo son en un documento oficial que es mencionado en una conversación telefónica entre dos golfos que saben que están siendo escuchados por la Guardia Civil. Lo primero son certezas que han salido a relucir en el transcurso de una investigación judicial y que constan negro sobre blanco en un sumario. Lo segundo son habladurías. Claro que la persona que sale pringada en el primer caso es Francina Armengol, tercera autoridad del Estado, y la implicada en el segundo es Miguel Tellado, portavoz parlamentario del PP. De ahí que todos los voceros del poder que han salido a la palestra quiera equipararlos. La verdad les importa un pimiento. Su único interés es distraer la atención para que los hechos que afectan a la responsabilidad política de los suyos queden diluidos en una maraña de acusaciones cruzadas. He puesto como ejemplo este caso de equiparación delirante porque, de todos, me parece el más chusco, pero lo cierto es que hay más.
Las informaciones periodísticas, cuando ha trascendido el contenido del sumario que se instruye en la Audiencia Nacional, se ha poblado de nombres propios hasta formar una espesura informativa en la que es preciso abrirse camino a machetazos, como en la jungla, para no perderse. Esa es la circunstancia que aprovechan unos y otros, en función de sus respectivas conveniencias, para atacar a sus adversarios. He escrito «unos y otros» porque el PP tampoco está libre de culpa. Mucho más que la verdad, lo que le interesa a Feijóo es echar leña en la hoguera donde se está achicharrando la legislatura. Si le interesara la verdad sería más cauto a la hora de zarandear la reputación de algunos nombres cuya implicación en la trama no está (al menos todavía) suficientemente acreditada y, sobre todo, no se prestaría a ese juego infame de hacernos creer que la única comisión de investigación parlamentaria que puede averiguar lo que hay detrás del caso Ábalos es la del Senado. La conclusión a la que deberíamos llegar, según parece, es que solo una investigación pastoreada por la mayoría absoluta del PP puede llegar a buen puerto y que el prestigio de una institución depende de su color político predominante. ¡Venga, hombre, a otro perro con ese hueso! Pincho de tortilla y caña a que el Senado hace una investigación tan sesgada como la del Congreso. No se puede ser juez y parte. Dejen que la justicia haga su trabajo y no mancillen el concepto de la verdad con sus sucias bocazas.