Baja el consumo de carne; menos el de pollo
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España se produjeron en 2023 alrededor de 7,4 millones de toneladas de carne. Ha supuesto una reducción de algo más del 2% con respecto al año anterior, lo que ha afectado a todas las producciones menos a la de ave. Esta caída ha venido en paralelo a un aumento de su valor, lo que ha retraído la demanda. Además, los hábitos de consumo están cada vez más influenciados por las campañas de descrédito de la carne, tanto por factores medioambientales y de bienestar animal, como nutricionales.
En particular este último factor, pero también el medioambiental, presionan menos el sector avícola, lo que muy probablemente le ha permitido convertirse en una carne refugio. Lo mismo debería pasar con el cunícola, pero este se ve perjudicado por la percepción del conejo como animal doméstico.
Entrando más en detalle, el porcino de capa blanca casi duplica la producción de todo el resto de carne en nuestro país, con más de 4,8 millones de toneladas procesadas en 2023, lo que ha supuesto un descenso en volumen del 3,5%. Teniendo en cuenta que las exportaciones cayeron un 4,4% quiere decir que el consumo interno se redujo, pero en menor medida. Diferente es si hablamos del valor de las exportaciones, que crecieron el 9% superando los 9.000 millones de euros. Se debe fundamentalmente al alza de los costes de producción, que el pasado año fueron excepcionalmente elevados. Sin embargo, el repunte de costes de producción no solo ha afectado a nuestro país, y esto nos ha permitido seguir siendo competitivos internacionalmente y mantenernos como segundos exportadores mundiales, solo superados por Estados Unidos.
Quizás lo más llamativo es que a pesar de estar en la cresta de la ola, el porcino continúa su proceso de optimización y mejora de competitividad, con una concentración del número de explotaciones, que se han visto reducidas en un 2,4%, mientras que el número de animales no llegó a disminuir un 2%.