«El padre tiene difícil la compartida si la madre pide la exclusiva»
▶En los divorcios de mutuo acuerdo, sólo el 2,78% de los progenitores consiguieron la custodia para ellos
Según el INE, del total de custodias que se otorgaron en 2022 tras un divorcio entre parejas de distinto sexo (40.695), el 3,52% fueron para el padre. Un dato que se sitúa muy por debajo de lo que ocurría hace nueve años, cuando el índice alcanzaba el 5,57%.
Es en el caso de los divorcios de mutuo acuerdo donde los padres anotan la peor marca. Del total de custodias que se dieron con afinidad entre las partes, sólo el 2,78% fueron para él. Un número que muestra una tendencia descendente desde 2013. En las separaciones que se producen acudiendo a la vía contenciosa, de las 8.808 custodias que se concedieron en 2022, 547 (un 6,21%) fueron para el padre.
Por todos estos datos, «nuestra asociación tiene que seguir existiendo. Hay aún mucho por lo que seguir luchando. No existe hoy una igualdad real tras una ruptura: los derechos de los padres siguen estando en segundo lugar». Así de claro se muestra Vicente Rodrigo, abogado y vicepresidente de la Asociación Española de Padres Divorciados (Asepadi), al analizar la situación del hombre en casos de divorcio y separación. Y es que, con el aumento de las custodias compartidas, parece que todo está solucionado. «Pero no es así», asegura. «Hay un porcentaje nada despreciable donde priman los intereses de una de las partes (madres) y que, además, cuentan en los tribunales con una protección especial. No he visto jamás sentencias en las que le atribuyan la custodia al padre aunque ambos progenitores trabajen y estén en igualdad de condiciones. O se les da la compartida, siempre que ella esté dispuesta, o la custodia es para la madre. No hay más», sentencia.
En la misma línea se sitúa Yobana Carril, abogada de Celtius Abogados. «Los hombres siguen discriminados. Las madres tienen más opciones de que se les otorgue la custodia exclusiva y un padre tiene casi imposible conseguirla», apunta. La experta, que aboga siempre porque sea posible por la compartida, subraya que «en los juzgados, nadie te permite cuestionar la exclusiva para la madre cuando la conjunta no es posible. Yo, cuando la he pedido para el padre, los jueces me preguntan que por qué lo hago».
Casos puntuales
Para ambos, madres y padres no parten desde la misma casilla de salida a la hora de determinar quién se queda con los hijos. «El debate de inicio nace perverso –prosigue Rodrigo– porque en un proceso judicial típico, el padre suele pedir la compartida pero la madre quiere la custodia exclusiva. A él, no se le ocurre pedir
En los procesos de divorcio, el interés superior del menor debe estar por encima de todo
«Si hay posibilidad de compartida pero ella pide la exclusiva, ella gana siempre»
esta última porque sabe que no se la van a dar. Y, además, tiene que demostrar mucho más. Las madres, sin embargo, como mínimo, tienen garantizada siempre la compartida. Pero si piden la exclusiva, se la van a dar también, aunque él pida la compartida».
Los abogados reconocen que son casos muy puntuales en los que él obtiene la custodia de los hijos, como que la madre suponga un peligro real para los menores (drogadicción, alcoholismo, enfermedad mental o similar). «Yo he llegado a ganar casos de este tipo. Son muy pocos», reconoce Carril. «Hay que demostrar que la madre es perjudicial para el menor y, a pesar de ello, la custodia inicialmente se la suelen dar a ella».
Ambos expertos recuerdan que, en un proceso de divorcio, debe primar siempre el interés del menor. «No se permite evaluar quién es el más adecuado. Y hay ocasiones en las que ellos lo son. Si hay posibilidad de compartida pero ella pide la exclusiva, ella gana siempre», insiste Carril. «Aún así –continúa–, a mis clientes les digo siempre que la pidan. Hay que dejar constancia de que los padres pueden y quieren cuidar de sus hijos. Su interés es igual de legítimo».
Falta de apoyos
El hecho de que un juez determine la custodia exclusiva para la madre supone un duro golpe para esos padres que quieren implicarse por igual en la crianza de sus hijos. Pero, además, conlleva una penalización económica para el progenitor que «suele tener que pagar la mitad del piso que tenían en común más la pensión de alimentos para los menores y la mitad de los gastos que necesiten cubrir para los hijos. Y él, además, tiene que pagar un alquiler y sus gastos. ¿Quién ayuda a estos padres?», se pregunta Rodrigo. «No hay una red de apoyo que ayude a los progenitores que acaban en una situación económica muy delicada».
Más se complican las cosas cuando, en pleno procedimiento por la custodia, «se abre causa penal por la incorrecta aplicación de la ley de violencia de género», añade el responsable de Asepadi. «Todos los profesionales sabemos que se usan procedimientos penales para conseguir lo que no se logra por la vía civil», lamenta este experto.