Los sindicatos dan de plazo hasta verano a la patronal para acordar la jornada de 37,5 horas
Si no logran un acuerdo con las empresas pedirán a Yolanda Díaz que actúe
Antes de verano es la fecha tope para que empresas y sindicatos acuerden cómo reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. Si entonces no se ha producido un pacto, las centrales que dirigen Unai Sordo y Pepe Álvarez se verán con las manos libres para negociar con Yolanda Díaz el recorte de la semana laboral sin reducción de sueldo. Así se lo han trasladado ya UGT y CC.OO. a los empresarios, con lo que mantienen el diálogo abierto para dar cumplimiento al mandato de la vicepresidenta segunda.
A finales del pasado enero patronal y sindicatos se aliaron para dejar fuera al Gobierno en la negociación, tras argumentar que el artículo 83 del Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral es potestad del diálogo bipartito. El Ministerio de Trabajo no puso problema en dejarles solos, siempre que fuera informado de las novedades de la negociación para alcanzar una de las medidas estrella de las legislatura que fue incluida en el programa electoral del PSOE y Sumar.
El final de este proceso ya se conoce: la hoja de ruta trazada por Yolanda Díaz incluye un recorte de la semana laboral desde las 40 horas actuales a 38,5 horas este año y hasta 37,5 horas el próximo. Lo que abordan ahora los agentes sociales es cómo aplicar la reducción en las empresas, y para ello están analizando el impacto en cada uno de los sectores y sus peculiaridades.
Las excepciones
Como adelantó ABC, en una primera aproximación sobre el impacto que puede tener el recorte de la semana laboral a 37,5 horas, y sin tener en cuenta que se hiciera alguna excepción para alguna actividad o sector, cerca de 11 millones de ocupados, la mitad de trabajadores que hay en España, verían recortado su tiempo de trabajado sin reducción de salario. Según la EPA, cerca de nueve millones de ocupados declara una jornada semanal de entre 40 y 49 horas, mientras que casi 1,5 millones más aseguran que la suya se extiende por encima de las 50 horas.
A estos grupos habría que sumar a quienes entre los 4,8 millones de ocupados que aseguran trabajar entre 30 y 39 horas semanales se encuentren en el margen superior de la horquilla –un colectivo que ha crecido en 300.000 ocupados entre el primero y segundo trimestre de 2023 y suponen casi un 25% de los empleados–.
La jornada laboral media en España se sitúa en 37,8 horas semanales, el equivalente a 7 horas y 34 minutos diarios de trabajo, según los últimos datos de Eurostat actualizados a cierre de 2022. Cuando el tiempo máximo de trabajo quede por ley en 37,5 horas, esa media real del trabajo efectivo semanal bajará hasta situarse probablemente por debajo de la media de la Unión Europea, donde la media está alrededor de las 40 horas, aunque en los extremos haya jornadas de 33,2 horas como en Países Bajos o de 34,2 horas en Dinamarca
Sin el diálogo social
El Gobierno pensó en un principio que podría lograr un pacto con patronal y sindicatos para recortar la semana laboral y armar así un acuerdo amplio que brindara al Ejecutivo la primera gran foto de consenso en una legislatura en la que parece que los acuerdos en materia laboral, tan prolijos en años anteriores, darán pocas alegrías. Empresarios y sindicatos terminaron dando portazo a Trabajo tras comunicar que el acuerdo sería más factible en una negociación bipartita y descartando el café para todos. Eso sí, Trabajo dio el sí pero también avisó de que legislaría si las partes no alcanzaban un acuerdo.
La idea de negociar al margen del Gobierno fue de la CEOE, pero los sindicatos rápidamente se subieron al carro, muy molestos por cómo el Ejecutivo ha ido modificando aspectos clave de la legislación laboral al margen del diálogo social, por la puerta de atrás. Primero fue pactar con EH Bildu el endurecimiento de los despidos colectivos sin tenerlos en cuenta, luego ceder al PNV el ‘blindaje’ de los convenios vascos, un dardo en la línea de flotación de la negociación colectiva, como hubiera sido también el recorte de la jornada por ley. El malestar sindical, que elevó una protesta forman ante el presidente del Gobierno, hizo que la vicepresidenta segunda claudicara y dejara la negociación en manos de empresarios y sindicatos.
Como ya avanzó ABC, desde que a finales del año 2021 el Gobierno logró sacar adelante la reforma del mercado de trabajo con el apoyo de la patronal y los sindicatos, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha modificado el marco laboral hasta en 25 ocasiones a espaldas del diálogo social. Una modificación silenciosa que ha encendido todas las alarmas.