Magyar Vagon formaliza la opa sobre el 100% a Talgo y pide el ‘OK’ del Gobierno
La húngara Magyar Vagon presenta formalmente la opa sobre el 100% de las acciones de Talgo. El consorcio magiar remitió ayer la documentación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en la que detalla también que ya ha iniciado los trámites para que el Gobierno de Pedro Sánchez dé el ‘OK’ a la operación. El precio ofrecido son 5 euros por acción, lo que implicaría un desembolso de 619,3 millones de euros.
La operación deberán autorizarla distintas administraciones y reguladores de varios países europeos y extracomunitarios. Hasta seis autoridades de competencia (Serbia, Albania, Egipto...), también la Comisión Europea, las autoridades danesas por el régimen de inversiones... aunque la fundamental y que más polvareda ha levantado es la autorización que requiere del Gobierno español. De nada han servido las amenazas de veto que ha dedicado el Ejecutivo a los húngaros, que han seguido adelante con la opa.
El escudo antiopas que el Ejecutivo levantó en 2020 con motivo del Covid-19, para evitar que fondos oportunistas compraran empresas estratégicas nacionales a precio de ganga, se convirtió en permanente en 2023. Y el Gobierno ha venido utilizando esta normativa a discreción para inmiscuirse en las principales operaciones corporativas. En el caso de Talgo, La Moncloa ha declarado a la empresa ferroviaria como estratégica y exige a los húngaros solicitar el beneplácito público antes de poder consumar la adquisición. La opa, cuyo oferente es el consorcio Ganz-Mavag Europe Zrt, en el que está integrado el Estado húngaro, puede presentarse, pero en ningún caso podrán entrar en Talgo si no reciben luz verde del Gobierno.
«El 22 de marzo de 2024, el oferente solicitó ante la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones la autorización del Consejo de Ministros a la inversión extranjera directa en Talgo por parte del oferente», comunicaron los húngaros. Desde esa fecha, en teoría el Ejecutivo dispone de tres meses para aprobar o rechazar la operación, aunque puede haber suspensiones de plazo.
La disposición del Gobierno a esta operación no es la esperada por el consorcio húngaro. Desde el inicio, el Ejecutivo se ha encargado de transmitir su rechazo a la compra de Talgo por las dudas sobre la procedencia del dinero.