«Con estas políticas agrarias, la alimentación será para ricos»
La plataforma se presenta en Andalucía, donde pretende aunar a sector primario y al resto de mundo rural
Aunque se han hecho más conocidos por la opinión pública tras la marea de protestas que ha protagonizado el campo en los últimos meses, lo cierto es que la plataforma SOS Rural lleva ya un año trabajando en la defensa de los intereses de agricultores, ganaderos y el resto de actores de un ámbito rural cada vez más castigado.
De eso ‘presume’ con ahínco su portavoz, Natalia Corbalán, que afirma que «no son flor de un día» y que han llegado para quedarse. «Somos una plataforma nacida de la sociedad civil con un único fin: ser útiles para el colectivo rural», afirmaba.
En este objetivo, tiene un papel fundamental el sector agro andaluz, como dejó ver en su presentación en la región, que tuvo lugar el pasado jueves en Sanlúcar la Mayor, en Sevilla, donde mostraron la intención de duplicar las organizaciones andaluzas implicadas . No en vano, Corbalán es de origen granadino, aunque su trayectoria profesional la ha ejercido en Murcia.
—¿Qué podéis aportar al tejido agrario andaluz desde SOS Rural?
—Andalucía tiene un sector primario muy fuerte, donde mucha gente vive en zonas rurales. Y aquí está el primer problema que identificamos y que queremos ayudar a combatir: el desmantelamiento del tejido agrario está llevando a una despoblación cada vez más creciente. Además, la región es una puerta de entrada a productos de terceros países que atacan a nuestro sector, como ya se ha visto con las fresa de Marruecos. Si eso sigue pasando, y permitimos que lo de fuera tenga más valor que lo nuestro, seguiremos viendo cómo las zonas rurales se vacían.
—Sois un movimiento apartidista, pero el campo necesita a la política para cambiar muchas cosas.
—Sí, sin duda. Somos nueve millones de ciudadanos los que vivimos del mundo rural en España, y hasta treinta millones en la UE. Por eso, creemos que ha llegado la hora de aparcar las diferencias, de centrarnos en lo que nos une y explicarle a los políticos qué están haciendo mal respecto al campo. En SOS Rural hemos decidido no presentarnos a las elecciones europeas, en estos momentos queremos seguir tejiendo alianzas. Ahora vamos a empezar una ronda de contactos con los grupos parlamentarios, para contarle cuáles son nuestras reivindicaciones. Aparte, nos reuniremos pronto con el Ministerio de Agricultura, que no va a tener más remedio que escuchar a los nuevos movimientos que están surgiendo en el campo, aparte de las tres organizaciones agrarias tradicionales que llevan sentándose toda la vida en la Mesa de Interlocución. Nosotros no venimos a sustituir a los sindicatos agrarios, sino a complementarlos, pero queremos que se nos escuche. —¿Qué os diferencia de esos sindicatos
agrarios?
—Ellos tienen su misión, y es muy importante, no pretendemos arrebatársela. Nosotros vamos a trabajar en el plano del relato, de las ideas, porque el campo ha perdido esa batalla. El plano ideológico lo han ganado unas políticas de la UE cargadas de sesgo ideológico, que acusan al agricultor y ganadero de contaminantes, cuando son los primeros protectores del medio ambiente y, por supuesto, proveedores de alimentos para el mundo urbano, que come tres veces al día. Hay que reconstruir el puente que se ha roto entre el mundo urbano y el rural, hay una generación a la que le han inoculado que es más sostenible una placa solar que un limonero o un bancal de patatas. Hay que acabar con eso. Necesitamos proteger, y que no se saque de la ecuación alimenticia, a los productores. Los 10.000 millones de habitantes que tendrá el planeta en 2050 no se van a alimentar con filetes creados con impresoras 3D.
—El campo se echó a la calle de manera masiva en el mes de febrero. ¿Se han acabado las protestas?
—No sé si el movimiento de protesta seguirá en forma de manifestaciones, tractoradas u otro tipo de actos, pero está claro que el campo no se va a callar hasta que se pongan en marcha medidas de verdad, que no sean puro maquillaje. No queremos más subvenciones, pedimos que nos dejen trabajar, que haya un marco regulatorio, político y económico que permita al agricultor sacar su trabajo adelante.
—Parece que la UE se está replanteando ciertas cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y la política agraria. ¿Se materializará ese cambio de rumbo?
—Es imprescindible que lo haga, si seguimos así vamos directos a perder la soberanía alimentaria. Necesitamos diseñar una estrategia alimentaria europea y replantear la PAC que, como estamos viendo, ya no está al servicio de agricultores y ganaderos, sino al de otras políticas con sesgo ideológico, cargadas de falso ecologismo. ¿Queremos dar lugar, con estas políticas europeas, a una alimentación para ricos? Sin agricultura, o se come muy caro o no se come.
—¿Qué iniciativas tiene en marcha la plataforma?
—Hemos puesto en marcha una Iniciativa Legislativa Popular, para la que ya estamos recogiendo las 500.000 firmas necesarias, para que el Congreso de los Diputados pruebe una ley nacional que proteja las actividades económicas del mundo rural. Pretendemos, por ejemplo, que no se puedan desmantelar hectáreas de regadío, donde se producen alimentos, para poner placas solares. Que la transición hacia una energía renovable se haga, claro, pero de otra forma. Por otra parte, estamos esperando que la Comisión Europea nos habilite un portal web para recoger firmas (un millón) para una Iniciativa Ciudadana Europea que, igualmente pero en el terreno comunitario, proteja al mundo rural y, por ende, a agricultores y ganaderos.
Ideologías «Hay una generación a la que se le ha inoculado que una placa solar es más sostenible que un limonero»