La lluvia da una tregua pero no aplaza la urgencia de las obras hidráulicas
▶La sequía es un problema estructural y obliga a ejecutar sin demora numerosos proyectos pendientes ▶Los severos problemas de la Sierra de Aracena o la Sierra Norte de Córdoba podrían repetirse si no se llevan a cabo
La lluvia de las últimas semanas han alejado el fantasma de severas restricciones este verano en Andalucía. La precipitación media acumulada el pasado mes de marzo en los embalses de la cuenca del Guadalquivir han acumulado más de 200 litros por metro cuadrado, un 200% más que la serie histórica del mismo mes. Aunque nunca llueve a gusto de todos, sobre todo durante la Semana Santa, las borrascas Mónica y Nelson, las dos más importantes de marzo, han permitido relajar las restricciones. La Junta de Andalucía incluso ha descartado ya traer aguas en barcos para garantizar el suministro en las provincias de Cádiz y Málaga.
Pese a que la situación ha mejorado bastante, tanto el Gobierno central como la Junta de Andalucía aseguran que no bajarán la guardia y que acometerán las infraestructuras hídricas pendientes. La sequía no es ya algo coyuntural sino estructural y las desaladoras, en una región bañada por el mar, y otras importantes obras pendientes, no deben quedar en el cajón para que en el futuro, la falta de lluvia no nos vuelva a pillar ‘por sorpresa’ y luego todo sean prisas y duras restricciones.
De restricciones saben mucho los habitantes de la Sierra de Aracena, en Huelva, una comarca integrada por 15 municipios que el pasado verano vieron cómo de sus grifos no salía ni una gota durante largos tramos horarios debido a la sequía pese a contar con dos importante embalses: el de Aracena y el de Zufre. Ambos pantanos, sin embargo, sólo surten de agua a Sevilla.
Según los últimos datos de la Empresa Municipal de Aguas de Sevilla (Emasesa), el embalse de Aracena está ahora al 58,5% al acumular 71,2 hectómetros cúbicos de los 128,6 que tiene de capacidad. El de Zufre, está al 43,2%. Su capacidad es de 175,27 hectómetros cúbicos y actualmente acumula 75,6.
Ahora no hay restricciones pero en la zona se viene reclamando históricamente un anillo hídrico que conecte el pantano de Aracena con los municipios de esta sierra. La sequía puso además en jaque la riqueza de sus acuíferos, por lo que se efectuaron unas obras de emergencia para captar agua de un pozo que solventaron la situación a corto plazo.
El anillo hídrico, que tiene tres fases y de las que se ha ejecutado sólo la primera aunque aún falta la electrificación, está presupuestado en 40 millones de euros. La obra, que corresponde a la Consejería de Agricultura y Agua de la Junta, debe culminar con la segunda y tercera fase, que el Gobierno autonómico quiere acometer a la vez para dar una solución a los habitantes de esta zona de Huelva, con un importante turismo rural, para abastecerse del agua del pantano de Aracena sin que ello afecte a la población de Sevilla.
El alcalde de Aracena, Manuel Guerra, explicó a ABC que la tercera fase, la de captación y potabilización de agua del pantano aún no ha sido ejecutada y que la segunda tampoco se ha iniciado. «Nos surtimos de acuíferos y no podemos tener por tanto cifras disponibles como sucede con los pantanos para hacer una previsión del agua de la que disponemos. Es necesario concluir el anillo hídrico para dar una solución al problema que tenemos en la Sierra de Aracena y que el ritmo de las obras comprometidas no disminuya para dar una solución definitiva» explicó. ABC preguntó a la Junta por dichas obras pero no hubo respuesta.
Otra obra importante en esta provincia es la mejora de la presa del Andévalo, en la Demarcación Hidrográfica del Tinto, Odiel, Piedras y Chanza. Beneficiará a más de 200.000 habitantes de esta comarca y de buena parte de la provincia mediante el aprovechamiento de todos sus recursos hídricos en situaciones de escasez como las vividas.
La presa de Alcolea en el aire
En esta provincia, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) «no tiene previsto» retomar las obras de construcción de la presa de Alcolea durante este año. Las obras se paralizaron en el 2017 cuando se encontraban al 22% de ejecución, según denuncia Vox, que preguntó al Gobierno por este proyecto. Desde el citado ministerio informaron de que antes debe «mejorar la calidad de las aguas del río Odiel». «Es realmente esa actuación la que determinará la viabilidad del embalse y presa de Alcolea», indicaron.
Otra provincia a la que la sequía ha puesto en jaque es Córdoba, donde los 80.000 vecinos de la Sierra Norte han estado abasteciéndose de agua potable en camiones cisterna. Ahora, el agua volverá a estas comarcas gracias a las últimas precipitaciones y a las obras ejecutadas. El embalse de Sierra Boyera se vació y dejó sin agua a los vecinos de Guadiato y Los Pedroches. Tras las últimas precipitaciones, está ya por encima del 74% de su capacidad tras quedará completamente vacío en 2023.
La Junta de Andalucía trabaja en 55 proyectos de abastecimiento y depuración de aguas en la provincia de Córdoba por un importe de 176,4 millones de euros. También en este caso, desde el Gobierno autonómico se asegura que aunque los últimos datos de lluvia invitan al optimismo «no podemos caer en errores del pasado y dejar de hacer infraestructuras necesarias», aseguró el delegado del Gobierno de la Junta en esta provincia, Adolfo Molina. Eso sí, reclama al Gobierno central la conexión
entre Puente Nuevo y Sierra Boyera,
que unida con la conducción definitiva de La Colada y a las obras de la ETAP en Sierra Boyera «podría asegurar que los vecinos del Norte, vengan el tiempo que venga, no se vean afectados por los problemas del agua potable». En esta provincia, Lucena sigue teniendo cortes de suministro durante la noche.
En Almería, las restricciones en el consumo de agua afectan a una larga lista de localidades del Valle del Almanzora y Levante almeriense, todos estos municipios han sido declarados en escasez extrema. Algunos ayuntamientos como es el caso de Albox ya han hecho públicos los bandos que regulan el consumo hídrico. Se encuentran destinos turísticos conocidos como Mojácar, Vera, Garrucha o Carboneras, junto a otros de mayor población como Huércal-Overa y Cuevas del Almanzora, entre otros.
Almería, Sevilla y Jaén
En la provincia de Almería hay proyectos clave que están pendientes como la construcción de una nueva desaladora en el Levante. Esta infraestructura tiene una inversión estimada de 100 millones de euros por parte del Estado y respondería a la necesidad urgente de aumentar el suministro de agua en esta zona. Hay que recordar que la desaladora de Villaricos, en el Bajo Almanzora, sigue inutilizada desde que en 2012 una riada afectara a la planta.
Otras inversiones pendientes son acondicionamiento y mejora de la desaladora de Carboneras y la ampliación de la desaladora del Campo de Dalías. Sigue sin realizarse el proyecto de conducción hidrológica desde Carboneras hasta Tabernas. Iniciado en 2009 con planes para más de 200 kilómetros de tuberías. En paralelo, se están llevando a cabo obras para mejorar el tratamiento de aguas regeneradas en El Ejido y Roquetas de Mar, lo que representa un avance significativo para la gestión sostenible del agua en estas áreas de intensa actividad agrícola.
En Sevilla, pueblos de Sierra Morena sufrieron restricciones el pasado verano al no estar conectados a sus embalses y alcanzar sus pozos una situación crítica.
En Jaén, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha anunciado la inversión cercana a los 19 millones para garantizar el suministro de agua y minimizar las consecuencias de la sequía. Esa actuación garantizará el abastecimiento de agua a los 11 municipios jiennenses que dependen de este sistema.
En la provincia de Granada no hay problemas de suministro. Los embalses acumulan más agua que el año pasado por estas fechas y mejorarán con el deshielo.
Sobre la mesa también hay importantes proyectos de los que depende la actividad agrícola en varias provincias andaluzas
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