La esperada respuesta iraní
No ha sido una sorpresa. En la noche del 13 al 14, se ha producido la respuesta de Irán al bombardeo, el 1 de abril, de la aviación israelí contra el edificio consular iraní en Damasco (Siria). Acción que causó 16 muertos, entre ellos el general Mohamed Reza Zahedi, el enlace superior entre la Guardia Revolucionaria iraní y la milicia libanesa de Hizbolá. Era de suponer que, aunque solo fuera por razones de «prestigio», aquella acción de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) fuera replicada con otra iraní que alimentara el decaído ánimo de las masas islamistas que perciben cómo, a pesar de tantos esfuerzos humanos, materiales y mediáticos desarrollados, Israel podría aniquilar a Hamás.
Entre las hipótesis barajadas, la más probable era la proporcional: bombardeo o acción terrorista contra algún consulado israelí en el exterior; algo que, difícilmente, alcanzaría el brillante nivel técnico y la precisión quirúrgica del bombardeo israelí. La más peligrosa sería la escalatoria: bombardeo masivo desde Irán, contra objetivos en el propio terreno israelí.
La segunda hipótesis ha sido la opción elegida, con ataque masivo de drones y misiles tanto desde el suelo iraní como desde el de sus peones terroristas de Hizbolá (Líbano), hutíes (Yemen) y las milicias proiraníes en Irak y Siria. Una opción también prevista, como corresponde a un planeamiento operativo solvente. Razón para el desplazamiento, desde la Base Aérea McDill (Tampa, Florida) a Tel Aviv, el pasado jueves, del general Kurilla, comandante del Mando Central de EE.UU. (Uscentcom), cuya área de responsabilidad cubre 27 estados, entre el Cuerno de África y Asia Central. Una presencia fundamental para coordinar, controlar e integrar tanto las acciones frente a esta hipótesis, como, en su caso, otras posteriores de respuesta. La exitosa acción coordinada de EE.UU., Israel, Reino Unido y Francia, protegiendo los espacios israelíes frente a la agresión iraní, ha desbordado el campo de lo conjunto-combinado para incluirse en el multidominio. En todo caso, la acción ofensiva iraní desde su propio territorio ha subido un escalón en la tensión, tanto a nivel regional como global. Aunque, de momento, las cosas pueden quedar donde están.