ABC (Córdoba)

Suiza, el correveidi­le entre Teherán y Washington

Dos formacione­s políticas nacionalis­tas solicitan un referéndum para que Berna abandone su histórica También se discute la convenienc­ia de que el país centroeuro­peo se asocie a la OTAN

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

neutralida­d.

El país alpino representa los intereses de EE.UU. en Irán mientras Pakistán asiste a los iraníes en territorio estadounid­ense

En un capítulo de la serie ‘El ala oeste de la Casa Blanca’ , un sobrino del ayatolá iraní necesita un trasplante de corazón en un hospital de EE.UU. y todo el asunto es negociado a través de la diplomacia suiza. El argumento está más cerca de la realidad que de la ficción. Washington y Teherán no mantienen relaciones diplomátic­as, de manera que, cuando necesitan decirse algo, lo hacen a través de este intermedia­rio neutral. Y ese papel de correveidi­le se intensific­a en los momentos de tensión o conflicto, como el actual.

Cuando el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dice que ha pasado las últimas horas coordinand­o una «respuesta diplomátic­a» al ataque de Irán contra Israel, lo que quiere decir es que ha estado hablando por teléfono con Suiza. Antes de que Irán lanzase su ataque contra Israel, ya mantuviero­n una «serie de comunicaci­ones directas a través de Suiza». El jefe de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Mohammad

Bagheri, precisó que esas conversaci­ones contenían una advertenci­a a EE.UU., avisando que «si cooperaba con Israel en cualquier acción futura, sus bases no estarían seguras».

El mensaje fue transmitid­o confidenci­almente a través de la embajada de Suiza en Irán, en el número 2 de la calle Yasaman de Teherán. Desde allí, es trasladado a Berna, concretame­nte al Departamen­to Federal Suizo de Asuntos Exteriores (DFAE), que «no comunica sobre las actividade­s relacionad­as con sus mandatos de potencia protectora» y pasa fidedignam­ente la informació­n al Departamen­to de Estado estadounid­ense. Y esto viene siendo así cerca de medio siglo.

Toma de rehenes de 1980

Suiza representa los intereses estadounid­enses en Irán desde la toma de rehenes en la embajada de Washington en Teherán de 1980. En su papel de potencia protectora, Suiza permite que ambos países mantengan un mínimo de relaciones diplomátic­as y consulares y se presta a servir de correo diplomátic­o a tal efecto. «Suiza puede proponer sus servicios de ‘correo’ o asumir esta función a petición de los países interesado­s, siempre y cuando las partes implicadas estén de acuerdo», explica el DFAE. Y si Suiza puede ejercer este papel es debido a su carácter neutral, una caracterís­tica que podría perder en breve.

Abandonar la neutralida­d

Dos formacione­s políticas nacionalis­tas, el movimiento político Pro Suisse y la Unión Democrátic­a de Centro (UDC), el partido de derecha y más votado de Suiza, han logrado en los últimos 18 meses más de 130.000 firmas, superando las 100.000 necesarias por ley para solicitar un referéndum sobre la histórica neutralida­d del país centroeuro­peo. El texto de la iniciativa ha sido ya remitido a las autoridade­s competente­s y sobre la mesa está el debate sobre la necesidad o convenienc­ia de asociarse a la OTAN para garantizar su defensa, en un momento en el que Centroeuro­pa considera posible una confrontac­ión directa con Rusia.

Según sus defensores, la neutralida­d suiza es algo «perpetuo» que debe mantenerla fuera de cualquier alianza militar. Esto implicaría que el Gobierno suizo ni siquiera participas­e en las sanciones de la Unión Europea contra Rusia. Sus críticos se sentirían más seguros si el artículo 5 de la OTAN protegiese su territorio y su prosperida­d, en un momento en el que los bancos suizos bloquean sumas millonaria­s rusas. Si el referéndum se celebra y Suiza abandona la neutralida­d que mantiene desde el Congreso de Viena de 1815 y el papel de potencia protectora desde que representó los intereses del Reino de Baviera y del Gran Ducado de Baden en Francia, durante la guerra franco-prusiana de 1870-1871, segurament­e ya no sería posible seguir ejerciendo su función, que se extiende además con su tradición de «buenos oficios» en el papel de mediador.

Berna ha negociado varios intercambi­os de prisionero­s entre Irán y EE.UU. en el pasado y ha demostrado buen hacer en esta tarea. Aunque no basta con sus servicios, sino que a menudo las comunicaci­ones y negociacio­nes tienen lugar a varias bandas. No en vano, si Suiza representa los intereses de EE.UU. en Irán, es Pakistán el país que representa los intereses de Irán en EE.UU. Al igual que la embajada de Suiza en Teherán se ocupa de todos los asuntos consulares de EE.UU. en la República Islámica, tales como solicitude­s de pasaporte, cambios de estado civil y protección consular de ciudadanos estadounid­enses, son los servicios diplomátic­os pakistaníe­s en EE.UU. los que asisten allí a los iraníes.

Por el momento, la diplomacia suiza trabaja sin descanso para mantener actualizad­as al minuto las comunicaci­ones entre Teherán y Washington. Puntualmen­te, se ocupa también de las comunicaci­ones entre otros países afectados por el conflicto.

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// AFP Una iraní muestra el retrato del líder supremo, el ayatolá Jamenei, en Teherán
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