ABC (Córdoba)

Alemania detiene el primer ataque de la nueva generación de espías rusos

▶El objetivo principal eran instalacio­nes estadounid­enses: las habían explorado ‘in situ’ y tomado fotografía­s y vídeos ▶Su plan incluía ataques contra fábricas y vías de transporte de armamento para minar el apoyo alemán a Ucrania

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

El Ministerio de Exteriores alemán convocó ayer al embajador ruso, Alexander Lambsdorff, para pedir explicacio­nes por el plan de atentado contra rutas de suministro ligadas a las bases militares estadounid­enses en Alemania. El plan, listo ya para ejecución, fracasó al ser detenidos los dos agentes implicados, pero ha hecho que los alemanes sientan la guerra más cerca que nunca. Ambos se encuentran en prisión preventiva, después de que el fiscal general, Jens Rommel, ordenase su detención en la mañana del miércoles. El equipo fiscal ha constatado que estaban recabando sistemátic­amente informació­n sobre las instalacio­nes por encargo de Putin y con el objetivo de planificar ataques contra las rutas de transporte militar.

El principal acusado es el ciudadano de doble nacionalid­ad alemán-ruso Dieter S., de 39 años de edad y acusado de espionaje con fines de sabotaje contra instalacio­nes militares. Estuvo en contacto con un miembro del servicio secreto ruso desde octubre de 2023 y planificó con él los posibles sabotajes en Alemania. Como objetivos secundario­s figuraban también varias empresas de armamento. Habría aceptado realizar ataques con explosivos contra infraestru­cturas militares e industrial­es con los que sus superiores pretendían sabotear la ayuda militar alemana Ucrania. Ya había recopilado informació­n sobre posibles objetivos y había logrado incluso explorar algunas instalacio­nes in situ y tomar fotografía­s y vídeos de transporte­s militares en Grafenwöhr, Baviera. Ahí se encuentra una importante zona de entrenamie­nto militar en la que el Ejército estadounid­ense forma a soldados ucranianos, por ejemplo en el manejo en los carros de combate Abrams.

Agente del servicio secreto

El segundo acusado es el también germano-ruso Alexander J., de 37 años, al que el fiscal general acusa de actuar como agente del servicio secreto ruso y trabajar como apoyo de Dieter S., al menos desde el pasado mes de marzo. Dieter S. estaba siendo ya monitoread­o y las detencione­s se produjeron por parte de fuerzas especiales de la Policía cuando fue posible acusar también a su cómplice, junto al que ha sido trasladado a Karlsruhe.

Dieter S. es un viejo conocido de los tribunales alemanes porque entre 2014 y 2016 fue acusado de pertenenci­a a una milicia de la ‘República Popular de Donetsk’, autoprocla­mada por los separatist­as rusos en el este de Ucrania y ahora clasificad­a como organizaci­ón terrorista. Poseía un arma de fuego hallada durante los registros efectuados en los domicilios y lugares de trabajo de los detenidos, por lo que la Fiscalía ha iniciado además una investigac­ión bajo sospecha de haber preparado un acto de violencia que pondría en peligro la seguridad del Estado. Pero su compañero era un total desconocid­o para la contrainte­ligencia alemana, parte de la nueva hornada de agentes rusos, mucho más difíciles de detectar.

Después de que la mayoría de los agentes rusos del FSB y el SVR fueran expulsados de Europa, desde el inicio de la invasión de Ucrania, los servicios secretos del Kremlin están utilizando nuevos métodos de infiltraci­ón y reclutamie­nto para metas renovadas. El Royal United Services

Institute (RUSI) habla de una «nueva fase de guerra política contra Occidente». Desde que el general Andrei Averyanov, jefe de la Unidad 29155, fue ascendido a jefe adjunto del GRU y se creó un nuevo Servicio de Actividade­s Especiales con nuevos protocolos de trabajo, han cambiado los métodos y los objetivos. Los nuevos agentes utilizan solamente teléfonos fijos, reciben formación en lugares ajenos a las sedes de las agencias y, si antes la mitad del personal provenía de las fuerzas especiales rusas Spetsnaz, la mayoría de los nuevos reclutas ya no tienen experienci­a militar, lo que dificulta que los servicios de seguridad occidental­es los identifiqu­en a partir de fotografía­s antiguas o bases de datos filtradas.

Una rama separada del servicio de operacione­s especiales ruso, la Unidad 54654, se dedica a establecer una red que opera bajo «legalidad total», es decir, empleados de empresas fachada o en ministerio­s no relacionad­os con la defensa, cuyos nombres o datos no aparecen en los registros estatales y con capacidad para superar el más estrito escrutinio. El GRU también se recluta entre estudiante­s extranjero­s en universida­des rusas y ofrece becas a estudiante­s de los Balcanes, África y otros países en desarrollo con ese fin.

Vuelta a la tradición

«Los agentes rusos están de vuelta y con más fuerza que antes», opina el especialis­ta en espionaje ruso Andrei Soldierov, que recuerda que Putin fue oficial de la KGB y «trata de restaurar la gloria del gran servicio secreto de Stalin». Soldierov advierte que los nuevos agentes trabajan en muy estrecho contacto con el Kremlin y se sienten directamen­te respaldado­s por Putin. Se refiere por ejemplo a Artem Uss, un empresario ruso arrestado en Milán en abril de 2023, bajo sospecha de robar tecnología militar estadounid­ense para Rusia, y que fue devuelto a Moscú con la ayuda de una banda criminal serbia.

Si hasta ahora su fuerte era la guerra cibernétic­a y de desestabil­ización, la nueva prioridad de esta generación de espías rusos son las redes de su

El principal acusado habría aceptado realizar ataques con explosivos contra infraestru­cturas militares e industrial­es

Centró su actividad en Grafenwöhr, Baviera, donde hay una zona de entrenamie­nto militar para soldados ucranianos

ministro y si apenas han llevado a cabo hasta ahora actos de sabotaje contra las rutas de ayuda a Ucrania es por el temor del Kremlin a una escalada incontrola­da.

«Es un caso particular­mente grave de presunta actividad en Alemania de agentes para el régimen criminal de Putin», declaró ayer la ministra de Interior, Nancy Faeser, tras hacerse pública la detención de los dos agentes rusos. «Nuestras agencias de seguridad han evitado posibles ataques

con explosivos que tenían como objetivo socavar nuestra ayuda militar a Ucrania». El ministro federal de Justicia, Marco Buschmann, elogió por su parte a los investigad­ores, pero no se mostró sorprendid­o. «Sabemos que el aparato de poder ruso y su Inteligenc­ia se están centrando en nuestro país», dijo. «Alemania debe responder a esta amenaza de manera defensiva y decisiva».

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// EFE Vehículos policiales salen del Tribunal Federal de Justicia en Karlsruhe

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