Francia desplaza a Rusia como el segundo exportador mundial de armas
Los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo provocan esta estadística
Francia se ha convertido en el segundo exportador mundial de armas, desplazando a Rusia a un tercer lugar, cuando Alemania, el Reino Unido y España retroceden y EE.UU. sigue siendo el primer proveedor. Según las últimas estadísticas del Stockholm International Peace Research Institute (Sipri), referencia canónica mundial en ese terreno, las exportaciones de armas de EE.UU. crecieron un 17% entre 2014-18 y 201923. Durante ese período de tiempo, las exportaciones estadounidenses pasaron del 34 al 42% de las ventas mundiales. Puesto único.
Según el estudio, las exportaciones de Francia aumentaron el 47% en los citados años. Se trata del incremento más alto en el mercado mundial, de lejos, favorecido por la guerra ruso-ucraniana, la guerra Hamás-Israel y las tensiones entre Irán e Israel. El conflicto de Ucrania ha acelerado las exportaciones de EE.UU. y Francia, pero ha relegado a Rusia a un tercer puesto y ha hecho retroceder el puesto de Alemania, Inglaterra y España.
Dependencia de EE.UU.
Las exportaciones de armas rusas cayeron en un 53% entre 2014-18 y 201923. El imperialismo militar no favorece a la industria militar rusa. Durante el mismo periodo de tiempo, las ventas de China cayeron un 5,3%, las de Alemania e Inglaterra un 14%, las de España un 3,3% y las de Israel un 25%. A juicio de los analistas del Sipri, la guerra imperial de Rusia contra Ucrania ha modificado de manera significativa el mercado mundial de armamentos, agravando la dependencia de Europa de la industria de EE.UU.
Tras la retórica diplomática de la «solidaridad europea», los grandes aliados europeos compran sus armas en EE.UU. en detrimento de Francia, que tiene sus mejores clientes en Asia y los países árabes. Por las mismas fechas que Emmanuel Macron insistía en la «necesidad» de asegurar la «soberanía industrial y militar» de Europa, los grandes aliados (comenzando por Alemania) preferían comprar armas en EE.UU. e Israel. Según el Sipri, el 55% de las importaciones europeas provienen de la gran industria estadounidense. Dan Smith, director del Instituto sueco, lo comenta de este modo: «Las importaciones europeas crecieron un 94% en los últimos años. Los aliados europeos están poco unidos en el terreno estratégico de la compra de armamentos, sencillamente capital para la seguridad común, que sigue reposando en el ‘paraguas’ militar que pagan los contribuyentes norteamericanos».
La gran industria francesa se beneficia de la guerra declarada por Moscú contra Ucrania. Pero sus principales clientes son la India, Qatar y Egipto, que prefieren, en cierta medida, los aviones de combate franceses, fabricados por Dassault Aviation, a sus rivales norteamericanos, preferidos por los aliados europeos, insensibles a las proposiciones francesas de pactar un modelo de soberanía industrial y militar donde fundar una hipotética Europa de la defensa.
La tensión militar entre Irán e Israel favorece ese desequilibrio militar, comercial, táctico y estratégico. Francia, primera potencia atómica militar europea, es un aliado privilegiado, militarmente, cuando los proyectos iraníes de construcción de armas nucleares son uno de los blancos potenciales de Israel. El rechazo alemán de la energía nuclear, civil y militar, en beneficio de una energía verde, confiere a Berlín una voz forzosamente menos audible, cuando está en juego el equilibrio en el uso –o amenaza de uso– de armas nucleares.