La acusada del incendio mortal estuvo horas con los agentes del cordón policial
Arranca el juicio contra una vecina de 66 años que se enfrenta a 18 años de prisión
Teresa J.R., la vecina de 66 años acusada de prender fuego a las 4.20 horas de la madrugada del 9 de julio de 2020 con un líquido inflamable la ventana de una casa en el centro de Aguilar de la Frontera, y provocar un incendio en el que murió una mujer, negó ayer los hechos y sólo reconoció que ella es la que aparece en una de las cámaras de seguridad de una entidad bancaria a la que a esa hora fue a sacar 50 euros del cajero para que su hijo echara gasolina antes de entrar a trabajar. Sin embargo, la acusada negó que fuera ella la figura que aparece en otras grabaciones que la sitúan en el lugar de los hechos con la misma vestimenta —en camisón corto de color claro y zapatillas—, en otros establecimientos que captaron cómo a la misma hora —en tiempos correlativos con su itinerario— pasando por delante de la casa de este matrimonio con sus hijos y que prende fuego en la ventana con un líquido inflamable y un mechero.
«Esa no soy yo, esa mujer tiene más barriga y está obesa», llegó a decir ayer la acusada a preguntas de la fiscal, mientras que frente a otras de las imágenes visionadas en la sala aseguraba que «esos andares no son míos», pese a que lasúnicas grabaciones a esa hora es de una sola persona por el centro de Aguilar, según constataron en el juicio los agentes que visionaron las imágenes de las cámaras de seguridad.
Gran parte de la primera sesión de este juicio se centró en dilucidar por parte de la Fiscalía y la acusación particular ejercida por el letrado Marcos García Montes cómo se llegó a identificar a esta mujer —que actuó sabiendo lo que hacía sin enajenación mental, según los forenses— como la posible autora del incendio para resolver cualquier duda ante la sala. Los agentes llamados a declarar como testigos señalaron que en un primer momento barajaron la posibilidad de que se tratase de un incendio provocado por los cables de la calle, pero dos días más tarde y una vez que recuperaron los establecimientos la luz, llegaron unas imágenes de un local donde se veía a una mujer a esa hora de la madrugada rociar con un líquido la ventana de la planta baja de la vivienda y prenderle fuego. Dos de los agentes, tras ver algunas imágenes de captura de pantalla realizadas por la Policía Judicial, identificaron a la acusada plenamente porque la tenían bajo protección en el sistema Viogén para víctimas de Violencia sobre la Mujer. Un sistema que habría vulnerado varias veces la acusada al romper la orden de alejamiento su marido, y convivir con el que se suponía que era su maltratador, y al que ella reconoció en el juicio «que le quitaba las pastillas porque tenía depresión». En esta misma sesión del juicio, uno de los agentes de la Guardia Civil encargado de mantener el cordón policial durante el levantamiento del cadáver, y hasta que los equipos de Policía Judicial y de Incendios analizaran el escenario, dijo que la ahora acusada estuvo desde primera hora —en torno a las 6.00 horas de la mañana— junto a estos agentes mirando todo lo que ocurría y hablando incluso ante las cámaras de televisión, y relatando lo ocurrido y apuntando a la posibilidad de que fueran los cables de la calle los que hubieron provocado el fuego.