Esperanza para la Real Academia
En 2007, esta institución salió de su noble inmueble por su deterioro y este no ha dejado de crecer
De entre las noticias de Córdoba de esta semana, me ha provocado una particular alegría el anuncio realizado por el alcalde, José María Bellido, del inicio de las obras de restauración de la sede de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, edificio de propiedad municipal ubicado en la calle Ambrosio de Morales, en pleno centro histórico. En 2007 la institución salió del noble inmueble por su deterioro y este no ha dejado de crecer, siendo sustituidos los venerables académicos por sucias palomas, con una imagen de abandono y olvido. Ahora esto va a cambiar.
La actuación anunciada por Bellido consistirá en la rehabilitación de las cubiertas, tanto de la cobertura como de la estructura, para asegurar la protección y mantenimiento de la edificación en general; el resanado y pintado de paramentos exteriores e interiores de planta baja; la reparación de carpintería, así como la renovación de todas las instalaciones de suministros necesarios para la recuperación del edificio. La licitación del proyecto arrancará antes de los meses de verano, el valor estimado del contrato es de 329.652,67 euros y tiene un período de ejecución de ocho meses.
Cuando en Córdoba no existía Universidad, ese papel lo cubría la Real Academia. Así se puede definir la principal función que ha desempeñado, continuada luego, tras la creación de la Universidad, como un espacio de pensamiento y divulgación. Forma parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales, del Instituto de Academias de Andalucía y del Instituto de España. Se fundó el 11 de noviembre de 1810, teniendo como antecedente a la Sociedad Económica Cordobesa de Amigos del País. Un año después tomó la denominación de Academia General de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes y en 1915 le fue concedido el título de Real.
Desde su fundación tuvo como objetivo la atención a la literatura, ampliándose luego a la educación, religión y moral, política, ciencias naturales y exactas, artes e historia. Con 214 años de existencia, podemos afirmar que es una institución imprescindible para conocer la historia de la capital y provincia y de muchos de sus académicos que son grandes investigadores y sabios de la cultura cordobesa. De su fuerza baste señalar que, a pesar de carecer de sede desde el citado año 2007, la vida académica no ha cesado. Acogida generosamente para sus actos en el edificio universitario Pedro López de Alba, allí han tenido lugar conferencias semanales, publicaciones de libros, jornadas y sesiones. El corazón de la Real Academia, sus actividades, nunca se paró y ahora su cuerpo se apresta para recuperarse. Enhorabuena a su presidente e infatigable luchador, José Cosano. Y enhorabuena a Córdoba por decidir esta necesaria inversión, al fin y al cabo en ella misma.