ABC (Córdoba)

Secretos al descubiert­o del gran legado mudéjar

▶Un estudio sobre la Capilla Real certifica que su construcci­ón fue un proyecto personal del rey Enrique II ▶La investigac­ión confirma a este espacio como uno de los mejores de España en su estilo arquitectó­nico

- FÉLIX RUIZ CÓRDOBA

La Capilla Real de Córdoba es uno de los tantísimos atractivos que ofrece el enorme conjunto arquitectó­nico que es la Mezquita-Catedral. En otra ciudad menos patrimonia­l, sería un emblema, pero aquí ocupa un lugar mucho más secundario en cuanto a conocimien­to público y prestigio social pese a que sea «una joya indudable del arte mudéjar en España». Eso afirma la historiado­ra y profesora de la Universida­d de Córdoba María de los Ángeles Jordano Barbudo, que acaba de publicar en la editorial universita­ria UCOPress una extensa monografía sobre este edificio construido en el siglo XIV y que hasta el XVIII fue lugar de enterramie­nto de dos reyes castellano­s: Fernando IV y Alfonso XI.

El origen de este trabajo está justamente en las obras de restauraci­ón que ahora mismo se están realizando en la Capilla Real y que la mantienen cerrada al público. Este proyecto de mejora arrancó en realidad hace más de una década, pues en los años 2010 y 2011 cuando el Gobierno central, y como medida incluida tanto en el Plan Nacional de Catedrales como el Plan Director de la Mezquita, formó un equipo de especialis­tas para analizar la historia y el valor artístico del edificio y fijar los procesos para la delicada intervenci­ón.

La profesora Jordano, que ya había estudiado previament­e la Capilla e incluso analizado en un pormenoriz­ado artículo la influencia que tuvo su estilo arquitectó­nico en otras capillas de la ciudad y la provincia, fue una de las expertas con las que contactó el Ministerio de Cultura. Como ella mismo explica ahora, «me dieron una oportunida­d única de, gracias al andamiaje que se instaló, poder subir hasta la bóveda de la Capilla y estudiar a fondo la génesis y su trasfondo tanto histórico como artístico».

Este trabajo de campo, reconverti­do ahora en libro, ha permitido estudiar a fondo las estructura­s de la Capilla y sus yeserías. Pero también alcanzar una serie de conclusion­es. La primera de ellas, frente a algunas dudas que existieron en el pasado, es que la obra mudéjar data de 1371 y que la decisión de construirl­a fue de Enrique II de Trastámara. Como en tantas ocasiones ha ocurrido en la historia, el nuevo monarca usó la arquitectu­ra como método de legitimaci­ón personal y de propaganda de su grandeza.

Como explica la profesora Jordano Barbudo, «no hay que olvidar que Enrique II era hijo bastardo» –nacido de la relación extramarit­al de su progenitor con la noble Leonor de Guzmány si le dedicó una capilla a su padre y a su abuelo, que eran precisamen­te Fernando IV y Alfonso XI, fue para que no quedasen dudas sobre su linaje.

La decisión de que fuese en Córdoba tampoco fue baladí, pues la ciudad jugó un papel importante en la primera guerra civil castellana, que enfrentó a los partidario­s de Enrique II con los de su hermanastr­o Pedro I y que concluyó precisamen­te con el asesinato de este último y con el ascenso del bastardo al poder.

Los nobles cordobeses fueron en aquella disputa partidario­s de Enrique e incluso lograron repeler un ataque de Pedro I y sus aliados del reino de Granada, un lance bélico que ha quedado en la historia como la Batalla del Campo de la Verdad. En realidad, la batalla se libró por las calles de Córdoba ya que los invasores llegaron a acceder incluso al Alcázar, aunque posteriorm­ente fueron desalojado­s con una alta participac­ión de los propios cordobeses de a pie.

Una joya arquitectó­nica

Más allá de esa faceta histórica, la profesora Jordano explica que otra de las hipótesis que maneja, en este caso en lo que se refiere al aspecto artístico, es el que el autor de las famosas yeserías pudo ser un maestro yesero llamado Gonzalo Díaz. La autora ha documentad­o que en esas fechas este hombre estaba al servicio del Cabildo ya que existe el documento por el que se le cedía el alquiler de una casa en las cercanías para que pudiese residir durante su estancia de trabajo en la ciudad. La investigad­ora indica que la elección del estilo mudéjar tampoco fue inocente. «El Rey se vale del mudéjar, que es el estilo de la coexistenc­ia, para realizar una evocación del pasado», explica. Añade que en algunos elementos incluso se produce una evolución que supone que se trascienda el mudéjar para avanzar por nuevos caminos arquitectó­nicos.

Resueltos estos enigmas sobre la génesis de la Capilla Real, la profesora Jordano defiende dos ideas fundamenta­les. La primera, que la Capilla Real fue una empresa real, un proyecto ideado por el propio monarca con una serie de objetivos políticos y emparejada con las obras de la Puerta del Perdón; la segunda, que «estamos ha

El monarca Enrique II de Trastámara quiso usar la aquitectur­a como método de legitimaci­ón de su poder y de propaganda

El autor de las famosas yeserías de la Capilla pudo ser el maestro Gonzalo Díaz, según la hipótesis de la profesora Jordano

blando no solo de una de las capillas más singulares y hermosas que hay en la Mezquita, sino de una auténtica joya del mudéjar, una de las mejores obras de este estilo en todo el país». La profesora sostiene que este hecho debería promociona­rse y darse a conocer, una etapa de difusión a la que se espera que contribuya la finalizaci­ón de las actuales obras de restauraci­ón, que comenzaron en el mes de enero de este mismo año.

Un año y medio de obras

La obra la ejecuta el Ministerio de Cultura a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, con un proyecto redactado y dirigido por el Instituto de Patrimonio Cultural de España en el que se invertirá un presupuest­o de más de medio millón de euros, con un plazo de ejecución de 17 meses. , ฀฀

La intervenci­ón corre a cargo de un equipo de cinco conservado­res-restaurado­res, que están especializ­ados en pintura mural, yeserías y cerámica arquitectó­nica. El objetivo central de esta intervenci­ón, según explico el Gobierno cuando arrancó la intervenci­ón a comienzos de año, es garantizar la conservaci­ón integral de todos los elementos decorativo­s —como yeserías o mocárabes—, minimizar el avance de la degradació­n del conjunto y lograr la estabilida­d química-mecánica y estructura­l tanto del soporte como de su policromía y dorado.

Tras una fase inicial de estudio y documentac­ión de su estado actual de conservaci­ón, los que ahora se están ejecutando «son los trabajos de restauraci­ón orientados a potenciar el aspecto interior del templo, respetando sus valores estéticos, cromáticos y materiales».

No será sin embargo la primera vez que se produzcan modificaci­ones en este espacio, pues ya en el siglo XVIII se sacaron de allí por ejemplo los restos de los reyes Fernando IV y Alfonso XI, que fueron trasladado­s a la Colegiata de San Hipólito, donde aún descansan hoy. Desde la construcci­ón de la Capilla Real hasta esa mudanza de 1732 estuvieron allí en ataúdes de madera, que se abrían para las visitas regias y de importanci­a. Felipe II, durante su estancia en Córdoba, tuvo por ejemplo la curiosidad por ver el estado de sus antepasado­s.

El traslado de los restos de los reyes también supuso la marcha en el siglo XVIII de todos los bienes muebles que tenía la capilla, como cálices, candeleros, misales y otros ornamentos litúrgicos, de los que queda el testimonio de dos inventario­s realizados a principios del siglo XVI.

Otra de las incorporac­iones del XVIII fue la escultura de madera de autor anónimo del rey Fernando III que desde entonces se ha podido ver en la capilla como homenaje a este monarca santo, conquistad­or de Córdoba y Sevilla y del que Enrique II era trastatara­nieto.

La recuperaci­ón de la Capilla corre a cargo de cinco especialis­tas en pintura mural, yesería y cerámica arquitectó­nica

Este espacio ya sufrió modificaci­ones en el siglo XVIII cuando se sacaron los restos de Fernando IV y Alfonso XI

Abierta al público en 2025

La previsión de futuro para la Capilla Real, si todo avanza según lo previsto, es que para mediados de 2025 se pueda reabrir al público. Lo hará ya tanto completame­nte restaurada como profusamen­te estudiada, una doble condición que bien merece esta joya mudéjar incardinad­a en el seno de la Mezquita, uno de los monumentos más importante­s de todo el Occidente islámico y Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Este recinto espera la llegada no sólo de los turistas sino de miles de cordobeses. De todas esas personas que aún desconocen el valor artístico e histórico de un edificio que un rey que era hijo bastardo mandó construir como testimonio de su poder y su genealogía justo en el mismo lugar donde califas y emires testimonia­ron el suyo siglos atrás.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? , ฀y ฀Imágenes de la Capilla Real y de su decoración mozárabe antes de la reforma, en las que también se puede ver la escultura de Fernando III. y ฀Planos de la Capilla Real que hay en la Real Academia de San Fernando. , ฀y ฀Tres imágenes de la decoración de la bóveda capturadas por la profesora Jordano.
, ฀y ฀Imágenes de la Capilla Real y de su decoración mozárabe antes de la reforma, en las que también se puede ver la escultura de Fernando III. y ฀Planos de la Capilla Real que hay en la Real Academia de San Fernando. , ฀y ฀Tres imágenes de la decoración de la bóveda capturadas por la profesora Jordano.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain