Cruces empapadas que no sucumben a la lluvia
Las precipitaciones intermitentes y las amenazantes nubes de la borrasca Sancho no frenan la asistencia a la fiesta, que ayer volvió a bullir por las ganas de diversión
Claveles empapados y cruces desoladas, las cosas del Mayo Festivo cuando arranca en abril. El viraje vaticinado del tiempo dejó ayer las calles como recién fregadas, y dibujó un cuadro invernal de paraguas y abrigos en una Córdoba que despertó borrascosa.
La estampa de las 46 instalaciones, que el viernes por la noche bullieron con la marabunta, fue ayer de unas Cruces yermas en su arranque, pero que poco a poco, con los claros que abrieron paso en el cielo, fueron ‘resucitando’ a la deseada fiesta.
Por las calles del Centro de la capital, la fauna urbana fue enfilando el camino hacia los montajes florales. Turistas ataviados con mochilas y mapas, grupos de jóvenes que agarraban ya sus tercios de zumo de cebada; parejas con hijos; parejas sin hijos; yayos con bastón... Todos con el Mayo Festivo escrito en la cara.
En la Cruz del Jardín de las Dueñas, Pilar y su amiga Gloria, dos septuagenarias vecinas de la calle San Fernando, comentaban, sentadas en un banco de la plaza, «lo bonitas que son las flores que han puesto» en la instalación, lilas y rosas. «Hemos aprovechado para venir tempranito, antes de que se forme el mogollón de ayer [por el viernes]. Por la tarde empieza a venir la gente joven y ya se llena todo», señalaban.
Las tapas y bebidas empezaron a desfilar sobre las 13.00 horas en la barra de la Cruz del Bailío; desde la plaza de Capuchinos, la calle Alfaros, y Carbonell y Morand, propios y extraños iban acercándose a este montaje y ocupando las mesas de barril, como Antonio y su familia. «Menos mal que ha dejado de llover. Parece que el tiempo nos va a dejar comer», agradecía este cordobés.
Muy cerca, en la plaza del Cristo de los Faroles (protegido por vallas para no convertirse en ‘botellódromo’) la instalación floral de la Hermandad de los Dolores no dejaba de ser inmortalizada por los flashes sus visitantes; este particular enclave se ubica en un recinto cerrado, con cerca de una decena de mesas y sillas de enea, y una hermosa Cruz descansando en una de sus paredes, rodeada de macetas con gitanillas rosas.
En las Tendillas, el Gran Capitán ha relegado su habitual protagonismo al destacado montaje a base de claveles rojos que preside la céntrica plaza. «Es preciosa», señalaba ayer María Jesús, visitante madrileña que está pasando el fin de semana en Córdoba junto a su marido. «Es la primera vez que venimos a las Cruces de Mayo y nos está gustando mucho el buen ambiente que hay», apuntaba esta turista, sin dejar de captar cada ángulo y detalle de la instalación.
Dos parejas animaban con su baile por sevillanas el ambiente en la plaza de la Compañía, mientras en la barra se servían platos de salmorejo, calamares fritos y tortillas de patatas. «Los precios están bien, más o menos similares a los del año pasado», comentaban en una de las mesas. Este 2024 las jarras de rebujito rondan los diez euros, la cervezas cuesta dos y las raciones de comida están entre entre los ocho y los diez euros.
La popular fiesta está transcurriendo, hasta el momento, sin incidencias significativas, según informó la Policía Local, que facilitó el parte de actuaciones del viernes de los efectivos desplegados en los distintos puntos de la celebración.
En total, los agentes interpusieron el primer día de la celebración 127 denuncias por miccionar en la vía pública, además de otras 89 por botellón (49 en el turno de tarde y 40 en el turno de noche) y una decena «por incumplimiento de la Ley de Seguridad Ciudadana».
En lo que respecta al cumplimiento de las bases del Concurso de Cruces de Córdoba, la Policía Local denunció el viernes a una de las instalaciones por violar la norma que especifica la obligación de que las barras estén ambientadas exclusivamente con música tradicional cordobesa, sevillanas y rociera.
Con respecto al tráfico rodado, el Ayuntamiento informó de que fue preciso cortar la circulación en Santa Isabel (habilitando un desvío por Isabel Losa sentido Puerta del Rincón) y en la calle Alfaros, para garantizar la seguridad por la asistencia masiva de personas.
A pesar de que la fiesta de las Cruces no ha registrado sucesos de calado, la asociación de vecinos La Fuenseca, Santa Marina y Orive denunció ayer la situación de «inseguridad» en la que se encuentran los residentes de la plaza Conde de Priego debido a la «masificación» durante determinados días y horas de la celebración.
Según una nota, los vecinos aseguran que la elevada concentración de personas provoca un «efecto cárcel» en las comunidades «que con más de 80 viviendas se ven imposibilitadas de atender una eventual urgencia sanitaria o de bomberos, amén de la casi imposibilidad de acceder o salir de sus viviendas».
El colectivo vecinal advierte que tiene el encargo de «evaluar la posibilidad de presentar una demanda preventiva en el juzgado de guardia por los evidentes riesgos para la seguridad de las personas» ante la falta de medios para evitar esas concentraciones, que se repiten cada año.
Hasta ahora, la comunicación pública es que «el Ayuntamiento de Córdoba iba a vallar determinadas zonas para evitar botellones durante las Cruces, como son la plaza de Capuchinos, San Basilio, San Andrés o la plaza del Conde de Priego», pero los residentes insisten en que «el problema denunciado no es de botellón sino de seguridad».
La Policía Local denunció el viernes a 127 personas por orinar en la calle e interpuso 89 multas por hacer botellón