La ‘flota oscura’ que Rusia utiliza para eludir las sanciones
Desde la guerra en Ucrania, el número de buques ha aumentado a cerca de 1.400
Oficialmente no existen. No se sabe a quién pertenecen y operan fuera de las leyes marítimas internacionales. Pero gracias a ellos, Rusia sigue engrosando sus arcas con la venta de petróleo a pesar de las sanciones de Occidente. Se trata de la conocida por los investigadores como ‘la flota oscura’ o ‘flota en la sombra’ que el Kremlin está utilizando para sus exportaciones de crudo.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2021, la Unión Europea y Estados Unidos han estado implementando una serie de sanciones para ahogar la economía rusa, como la prohibición de transportar su crudo. Sin embargo, Moscú ha buscado otras formas de mantener sus cuentas y eludir estos castigos, sobre todo en el sector que más beneficios le da: la venta de crudo.
El 4 de abril, la Escuela de Economía de Kiev aseguraba que «Rusia todavía depende en gran medida de la flota oscura». Esta flota exportó cerca de 2,4 millones de barriles por día de crudo, según una investigación del Atlantic Council. Y desde las instituciones europeas ya están empezando a debatir sobre cómo pararla. «Nos aseguraremos de que incluyamos en el nuevo paquete de sanciones una prohibición de importar gas natural licuado, así como medidas para frenar la flota rusa en la sombra», decía esta semana el ministro de
Exteriores sueco, Tobias Billstrom, durante la reunión del Consejo Europeo en Luxemburgo. Pero no parece ser tan sencillo el tomar medidas contra esta flota.
«Es muy difícil conocer el número exacto», dice Elisabeth Brew, investigadora principal del Atlantic Council y experta en seguridad. Brew ha escrito sobre estos barcos y conoce cuáles son los principales riesgos que representan. Según los expertos, el número de barcos opacos está creciendo rápidamente y ya llegan a cerca de los 1.400. Comprende en su mayoría barcos viejos que navegan sin el seguro estándar de la industria, tienen propiedad opaca, cambian con frecuencia sus nombres y registros de bandera y, en general, operan fuera de las regulaciones marítimas.
China e India, compradores
Las banderas que más se repiten en estos buques son las de Gabón, Liberia, Islas Marshall, Rusia y Panamá. Y los países que más están utilizando estos buques para la compra de crudo son China e India. Las exportaciones de petróleo ruso a estos dos países alcanzaron máximos históricos en enero, tras la entrada en vigor de la prohibición europea de transportar petróleo ruso por vía marítima según Kpler, una empresa de datos y análisis.
«Como el mundo carece de una policía marítima, los buques han operado de esta manera prácticamente desde que existe una industria marítima organizada. Sin embargo, en las últimas décadas, a medida que los gobiernos occidentales impusieron sanciones económicas a Irán, Corea del Norte y Venezuela, la flota se ha convertido en un fenómeno establecido», explica Brew. De hecho, los tres países han ido perfeccionando el uso de estos barcos, que transportan todo tipo de mercancías.
Pero lo que más preocupa son los riesgos medioambientales que representan. Cerca del 85% de estos petroleros tienen más de 15 años y los riesgos de fugas son grandes. Por eso, los países con salida al mar Báltico, como Estonia, son los que más preocupación muestran, ya que tendrían que hacer ellos frente a los daños que un accidente. «Estonia apoya todas las propuestas que impidan a Rusia eludir las sanciones en vigor. Estamos trabajando en las discusiones sobre el próximo paquete de sanciones de la UE para seguir presionando a la economía rusa», aseguran fuentes del Gobierno estonio. «Claro que nos preocupan estos petroleros. Se trata de flotas muy antiguas y son una gran amenaza para el medio ambiente», denuncian. Aunque los países occidentales han prohibido la mayor parte de las importaciones de petróleo ruso, no hay ninguna norma que impida a los buques hacer entrega a compradores como Pekín o Nueva Delhi, siempre que se respeten los precios del G7: 60 dólares el barril.
«La flota en la sombra parece destinada no sólo a transportar mercancías hacia y desde Rusia, sino también a causar daño a otros países. Por eso, los países deberían comenzar por reconocer que la flota no es sólo una herramienta para el transporte marítimo», señala la investigadora.
Lo que más preocupa a los gobiernos son los riegos medioambientales que tienen al ser flotas muy antiguas