Vladímir Putin inaugura su quinto mandato más aislado que nunca
Francia, Eslovaquia y Hungría fueron los únicos países de la UE presentes en el Kremlin
El Gran Palacio del Kremlin acogió ayer la toma de posesión de Vladímir Putin para su quinto mandato presidencial tras las elecciones de marzo, en las que, según datos oficiales, obtuvo el 87,28% de los sufragios, la victoria más abultada de las cinco convocatorias electorales en las que participó en el último cuarto de siglo, desde el año 2000.
De esta forma, Putin podrá continuar en el poder seis años más, hasta el 7 de mayo de 2030, momento en el que se convertirá en el jefe de Estado ruso que más tiempo ha detentado el poder después de Iván el Terrible y Catalina II la Grande. Superará incluso al dictador comunista Iósif Stalin. Tendrá también entonces la opción de presentarse a otro mandato presidencial más hasta 2036.
A la ceremonia fueron invitados los jefes de todas las misiones diplomáticas acreditadas en Moscú, pero el Alto Representante de la Unión Europea de Seguridad y Exteriores, Josep Borrell, llamó a los embajadores europeos a no participar en el evento. La mayor parte de ellos no lo hizo, a excepción de los embajadores de Francia, Hungría y Eslovaquia, que anunciaron con antelación su presencia.
Tampoco estuvieron ni el embajador estadounidense ni el británico.
Acudieron miles de invitados entre altos funcionarios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, prelados de las principales confesiones religiosas, representantes de organizaciones sociales y periodistas. En la toma de posesión anterior, el 7 de mayo de 2018, estuvieron presentes unas cinco mil personas. Según la tradición establecida, el acto tiene lugar al mediodía. Unos minutos antes, el presidente llegó al Palacio, en cuya entrada fue recibido con su informe de revista de las unidades el comandante en jefe de la Guardia del Kremlin. A continuación, Putin avanzó a través de los suntuosos salones de San Jorge y San Alejandro, hasta llegar al de San Andrés, en donde, en presencia del presidente del Tribunal Constitucional y de los jefes de las dos Cámara parlamentarias, juró sobre un ejemplar de la Constitución rusa y pronunció después el habitual discurso.
Proyecto internacional
«Quiero inclinarme ante nuestros héroes, los participantes en la Operación Militar Especial, todos los que luchan por la Patria» en Ucrania, dijo al comienzo de su breve alocución, y agradeció a los rusos «su apoyo». Putin subrayó que el texto del juramento presidencial sobre la Constitución «concentra la esencia de la misión más alta del Jefe de Estado: proteger a Rusia y servir a nuestro pueblo» y prometió que «nosotros mismos determinaremos el destino de Rusia, sólo nosotros por el bien de las generaciones actuales y futuras». Dijo además estar seguro de que «atravesaremos con dignidad este difícil período histórico, nos fortaleceremos aún más y definitivamente implementaremos planes a largo plazo y proyectos a gran escala destinados a lograr los objetivos marcados de desarrollo».
Sobre la comunidad internacional, señaló que «hemos estado y estaremos abiertos a fortalecer buenas relaciones con todos los países que ven a Rusia como un socio fiable y honesto. Y esta es verdaderamente la mayoría global».
Declaró a continuación que «no rechazamos el diálogo con los Estados occidentales. La elección es suya: ¿tienen la intención de seguir intentando frenar el desarrollo de Rusia, continuar con la política de agresión, con la presión continua sobre nuestro país durante años o buscar un camino hacia la cooperación y la paz? Repito: es posible [con Occidente] un diálogo, incluso sobre cuestiones de seguridad y estabilidad estratégica. Pero no desde una posición de fuerza y de arrogancia (…) sólo desde la igualdad, respetando los intereses de cada parte». A su juicio, «hace falta crear un orden mundial multipolar y un sistema de seguridad igualitario e indivisible».
En alusión a la depauperada oposición rusa, Putin insistió en que «es importante que no nos olvidemos del trágico precio de la agitación interna (…) nuestro sistema estatal y sociopolítico debe ser fuerte y absolutamente resistente». Terminó su intervención asegurando que «miramos con confianza hacia adelante, planificamos nuestro futuro, delineamos y ya estamos implementando nuevos proyectos y programas que están diseñados para hacer nuestro desarrollo aún más dinámico, aún más poderoso. Somos una gran nación unida y juntos superaremos todos los obstáculos, haremos realidad todos nuestros planes. ¡Juntos venceremos!».
El mandatario dijo que «es posible un diálogo» con Occidente, pero sólo «desde la igualdad, respetando los intereses de cada parte»