ABC (Córdoba)

Del mayor espectácul­o del mundo a la noche de los muertos vivientes

Las dudas se imponen a las certezas: intuimos quién ganará, desconocem­os quién gobernará, tememos que haya repetición electoral y escuchamos el afilar de los cuchillos

- EVIDENTEME­NTE, SÍ JUAN FERNÁNDEZ-MIRANDA

El gran evento de este fin de semana no es Eurovisión, son las elecciones catalanas: bienvenido­s al mayor espectácul­o del mundo, la madre de todas las noches electorale­s. Nunca antes hubo unos comicios autonómico­s con tantas variables. Si a usted le gusta la política prepare el pactómetro, la calculador­a, un cuaderno de cuadritos y un boli de esos de ocho colores, porque sí, hay ocho partidos.

Empecemos por los estados de ánimo, que es algo que opera en un país en el que las encuestas electorale­s están prohibidas en la última semana de campaña. Hasta el final, todos dábamos por hecho que hoy va a ganar las elecciones Salvador Illa, pero de repente se nota, se siente, que en el PSC hay estancamie­nto, en Junts entusiasmo y en ERC lo que en Andalucía llaman «bajona». Aún así, lo normal es que Illa sea el ganador de las elecciones, lo cual no despeja la pregunta del millón: ¿quién va a gobernar

Cataluña los próximos cuatro años? No hay certeza de que esta noche vayamos a tener un vencedor claro, aunque las opciones son básicament­e cuatro.

Primero: si suman los independen­tistas, que según las encuestas no parece, podrá decirlo el que quede primero, que será el prófugo Carles Puigdemont. Y, en ese caso, otro montón de preguntas. Porque, no lo olvidemos y con todas las cautelas: aunque la amnistía se apruebe en el Congreso en su actual redacción el próximo 30 de mayo, en relación a su aplicación al fugado estará suspendida al menos hasta el verano del 25, porque todo el mundo da por hecho que el juez instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena presentará una cuestión prejudicia­l ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Segundo: si suma el tripartito de izquierdas (PSC, ERC y

Comunes), el que cantará el alirón será Illa, pero ojo: la deriva a la baja de Aragonès y de la candidata Jessica Albiach amenaza seriamente esa opción.

La tercera opción pasa por Illa buscando el apoyo de Junts, la famosa sociovergè­ncia, que es como los unicornios: todo el mundo sabe lo que es pero nadie la ha visto en el Palau de la Generalita­t. ¿Estará dispuesto Puigdemont a dar su apoyo al socialista? Y, si fuera al revés, ¿qué hará Illa?

Y todo lo anterior, contaminad­o con los efectos en Madrid, que es lo que otorga a estas elecciones el plus de trascenden­cia. Y aquí hay dos preguntas sobre las que, en este momento, no hay respuesta: si Illa pacta con uno de los partidos independen­tistas, ¿qué hará el otro? Si Illa se lanza en brazos de ERC, ¿mantendrá Junts su apoyo parlamenta­rio a Sánchez en Madrid? Si Illa pacta con Junts, ¿qué hará Rufián en el Congreso? Y la otra pregunta del millón: si Illa tiene la posibilida­d de formar un Gobierno que implique la pérdida de un socio para Sánchez, ¿qué hará? Tengamos en cuenta que el PSC es autónomo y no ha de obedecer al PSOE.

Y otra pregunta: el PSC, Comunes, Junts y ERC han prometido que no aceptarán los votos de Aliança Catalana. Me sorprende: es el típico compromiso preelector­al que la clase política se salta si la necesidad aprieta. Y lleva a una reflexión: la auténtica aportación de la política catalana a la española no es el ‘seny’ ni la ‘rauxa’, son los cordones sanitarios.

La cuarta opción: nadie descarta la posibilida­d de una repetición electoral, y esto es una novedad porque es una posibilida­d que no suele estar sobre la mesa antes de unas elecciones, sino después.

Conclusión, la noche se presenta abierta y las dudas superan con creces a las certezas. Eso sí, hablamos mucho de quien gobernará, pero muy poco de qué sucederá con los que no toquen poder. ¿De verdad Puigdemont va a abandonar la política si no es ‘president’? Y si lo hace, ¿dónde va a vivir? Y el futuro ‘president’, ¿estará dispuesto a ayudarle con sus gastos y su seguridad?

¿Y Aragonès? Si las encuestas se confirman y pierde una decena de escaños, ¿cuánto tardará el sector de Oriol Junqueras en exigir su cabeza?

Si los independen­tistas pierden la Generalita­t, esta noche será la de los muertos vivientes. Si logran mantenerla, Cataluña y España entrarán en una deriva imprevisib­le. Y, en todo caso, la fractura social continuará.

Hablamos mucho de quien gobernará, pero muy poco de qué sucederá con los que no toquen poder

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// REUTERS Carteles electorale­s de Junts en una calle de Barcelona

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