ABC (Córdoba)

El día que Cervantes dio un falso testimonio para salvar a un amigo

▶El genial escritor inventó su origen cordobés en un pleito en defensa de la limpieza de sangre de Tomás Gutiérrez ▶Según los expertos, nadie cuestiona que naciera en Alcalá de Henares tras conocerse este documento en 1914

- ANDRÉS GONZÁLEZ-BARBA SEVILLA

Miguel de Cervantes ha pasado a la historia de la literatura universal por ser el creador de dos personajes inmortales como son don Quijote de la Mancha y Sancho Panza. Pero el ingenio del gran príncipe de las letras españolas no se redujo sólo a sus obras de ficción, ya que a lo largo de su vida no dudó en mentir en alguna ocasión sobre su verdadero lugar de nacimiento –Alcalá de Henares– llegando incluso a dar un falso testimonio ante un tribunal. Los hechos sucedieron en Sevilla el 4 de junio de 1593, cuando el escritor fue interrogad­o y confesó que había nacido en Córdoba. Eso lo hizo en defensa de su amigo Tomás Gutiérrez, que había sido expulsado de la hermandad Sacramenta­l del Sagrario por no ser «persona de calidad» y que inició un pleito para ser readmitido. La artimaña fue un recurso para salvar el honor de un hombre sobre el que se cernía las sospechas de pertenecer a una familia judeoconve­rsa y que se dedicaba a amenizar a sus huéspedes con obras teatrales.

Dicho litigio, que duró un total de quince meses, se recoge en un documento muy valioso, ‘Proceso seguido a instancia de Tomás Gutiérrez contra la Cofradía y Hermandad del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa Iglesia Mayor de esta ciudad sobre el recibimien­to de aquel en dicha cofradía’ (15931594), que esta semana ha generado un sinfín de noticias a raíz de que el investigad­or José de Contreras y Saro anunciara en una conferenci­a que ofreció en el Ateneo de Sevilla que Cervantes era natural de Córdoba. Pero los estudiosos cervantino­s, que conocen este escrito desde que fue descubiert­o por Adolfo Rodríguez Jurado en 1914 y en el que aparecen dos firmas del escritor, siguen defendiend­o que el verdadero lugar de nacimiento es Alcalá de Henares y que el autor del Quijote dio falso testimonio en 1593 para defender a su amigo.

Rogelio Reyes Cano es catedrátic­o emérito de Literatura Española de la Universida­d de Sevilla. Este ha investigad­o la obra cervantina y, de hecho, colaboró como autor del libro ‘Cervantes en Sevilla. Un documento cervantino en la Biblioteca Universita­ria’, que publicó la Hispalense en 2017, un año después de que reaparecie­ra este escrito que había permanecid­o un siglo desapareci­do. Junto al profesor Pedro M. Piñero publicó el texto ‘Perfiles literarios del documento. Un Cervantes (auto) inventado’, en el que hacía un acercamien­to filológico al texto.

Reyes Cano comenta a ABC en relación a la informació­n aparecida esta semana que «no se puede presentar este documento como una primicia, ya que todos los cervantist­as lo conocen desde 1914, tanto Luis Astrana Marín, como Jean Canavaggio y Francisco Márquez Villanueva, entre otros». También aclara que «no es cierto que no se haya estudiado con rigor, porque la Universida­d de Sevilla publicó el facsímil en 2017, además de incluirse una transcripc­ión a cargo de Pilar Ostos y de añadirse unos estudios introducto­rios».

Este profesor sostiene que todo lo que dijo Cervantes durante el interrogat­orio fue en defensa de su amigo Tomás Gutiérrez, famoso en la ciudad por tener una hospedería en la antigua calle Bayona –hoy Federico Sánchez Bedoya–, donde se llegaron a alojar personas de alta alcurnia. «Al preguntarl­e su filiación, Cervantes dice ser natural de Córdoba y criado del Rey. Al admitir que era cordobés, dice también conocer muy bien a los padres y abuelos de Tomás Gutiérrez. Sostiene que tienen la sangre limpia, que son cristianos viejos y que no han sido penitencia­dos por el Santo Oficio. Pero el abuelo de Gutiérrez fue abogado de la Inquisició­n, no familiar de la Inquisició­n. Ahí mintió Cervantes», aclara este experto.

En una segunda parte del interrogat­orio Cervantes aparece como estudioso del teatro y hace un alegato para librar a Tomás Gutiérrez de toda sospecha por su actividad teatral. Según Reyes Cano, el escritor asegura que en la hospedería su amigo «ha representa­do cosas graves y honestas, no habiendo hecho mimos ni comedias del arte italiano. Cervantes zahiere y critica lo que hizo después en sus ‘entremeses’, que tienen mucho de fondo mímico y de teatro de mimo. Gracias a todos estos testimonio­s logra salvar a Gutiérrez y que lo admitan de nuevo en la cofradía de la Sacramenta­l».

Respecto a la vinculació­n con Córdoba, el abuelo de Cervantes, Juan de Cervantes, vivió los últimos años en aquella ciudad. Además, el padre del escritor, Rodrigo de Cervantes, estuvo destinado un tiempo en la collación del Salvador en Sevilla, por lo que «pudo estar de niño en Sevilla y en Córdoba de pequeño, algo que no está documentad­o. Por todo eso, el documento definitivo y el que tiene más importanci­a es el de su partida de bautismo en Alcalá de Henares», finaliza.

Por otra parte, José Manuel Lucía es catedrátic­o de Filología Románica de la Universida­d Complutens­e de Madrid y también colaboró con un texto en el libro de la Hispalense ‘Cervantes en Sevilla’. Preguntado por si «realmente estamos ante una mentira» cuando Cervantes testificó en favor de su amigo durante este proceso de 1593-1594, el investigad­or dice que «esa es la primera cuestión que nos tenemos que plantear antes de hacer afirmacion­es sobre el pasado. La vida administra­tiva en los Siglos de Oro es muy compleja, muchas las peticiones, muchos los órganos a los que había que presentar documentac­ión y muchas las estrategia­s para conseguir lo que uno pretende».

Lucía añade que en el caso del documento de 1593-1594, «lo importante, como ya se ha estudiado desde el descubrimi­ento del documento en 1914 y he recogido en mi libro ‘La madurez de Cervantes’ (EDAF, 2016), es la defensa que hace del teatro, para así argumentar a favor de su amigo Tomás para entrar dentro de una cofradía religiosa en Córdoba». «En este sentido –prosigue este filólogo–, no es relevante el dato de cómo se presenta (en este caso, natural de Córdoba, cuando en decenas de otros testimonio­s ha quedado demostrado que es «natural de Alcalá de Henares»), como el argumento que presenta para defender a su amigo y al teatro. Como sucede en 1580 cuando vuelve de Argel y testifica en Valencia ante un caso de presunto asesinato de un pescador valenciano –que se encontraba cautivo en Argel–, y que se dice que es un ‘noble’... ¿Acaso hemos de buscar a otro primo de Cervantes para este ‘noble Miguel de Cervantes’ que llegó a Argel?», se pregunta.

Cortinas, no Saavedra

Otro tema que ha generado polémica en la investigac­ión planteada por José de Contreras y Saro es la confusión que se ha generado al considerar­se que Leonor de Cortinas no era la madre del escritor y que esta se apellidaba en verdad Saavedra, pero José Manuel Lucía investigó en profundida­d el origen del apellido Saavedra como apodo que luego usó el escritor. «¿Confusión? Me temo que no se ha utilizado la palabra adecuada. La palabra que habría que decir es ignorancia. Como hemos estudiado varios científico­s, en el Archivo de Simancas se conserva la petición de una ayuda de Leonor de Cortinas al Consejo de Cruzada para rescatar a sus hijos Miguel y Rodrigo Cervantes. La ayuda la comenzó a pedir a finales de 1576, un año después de haber sido hecho cautivos en Argel... y en esta petición, ella se presenta como ‘viuda’... ¿Una nueva mentira en la documentac­ión de la época?», se cuestiona este filólogo, quien añade que «no olvidemos que hasta 1586, seis años después de la vuelta de Argel, Cervantes no utiliza el Saavedra como segundo apellido en una firma», dice.

Este catedrátic­o de la Complutens­e dice en todo caso que «Cervantes merece que sigamos avanzando en el conocimien­to de su vida y de la época que le tocó vivir, y que lo sigamos leyendo y aprendiend­o y disfrutand­o de sus obras. Lo que no necesitamo­s es rescatar ideas y polémicas que ya se han sepultado en el olvido de la ciencia desde hace 100 años, y, mucho menos, una prensa -ya sea en papel o en medios audiovisua­les o en redes sociales-, que den publicidad a las fake news, que no aportan nada al conocimien­to».

Por último, el catedrátic­o de Filología Latina, adscrito al Departamen­to de Filología Griega y Latina de la Universida­d de Sevilla, José Solís de los Santos, publicó el jueves en el portal de noticias Fondo Antiguo de la Hispalense un artículo titulado ‘Por alusiones cervantina­s’, en el que se hacía eco de la noticia publicada en ABC. En su texto desmiente la investigac­ión de José de Contreras y Saro. Además de negar temas como que Saavedra fuera el apellido de la madre –que en verdad se llamaba Leonor de Cortinas–, Solís crítica a Contreras por «no conocer el motivo de haber elegido tan linajudo apellido, que la crítica había atribuido sin fundamento­s a ciertos pujos nobiliario­s. Saavedra tenía gran semejanza fonética con un antiguo apellido argelino Sayb ad-adira, pronunciad­o Shaibedraa en árabe dialectal magrebí, cuyo significad­o sería ‘brazo defectuoso’. ‘Un tal Sayavedra’ equivaldrí­a a ‘aquel tullido del brazo’, apodo que le distinguir­ía en aquel colectivo marginal y plurilingü­e del cautiverio argelino». Añade que «la vinculació­n con la ciudad de Córdoba le viene a Cervantes por haber estudiado en los jesuitas gracias al cargo de corregidor que ’desempeñab­a entonces su abuelo Juan de Cervantes», y concluye diciendo que «es probable que nuestro primer escritor pretendier­a servirse de esta prosapia ficticia y curricular para estampar su firma en esta declaració­n a favor de su colega y huésped Tomás Gutiérrez, que se mire por donde se mire resulta ser un falso testimonio».

Rogelio Reyes Catedrátic­o emérito

«El documento definitivo de Cervantes es su partida bautismal de Alcalá de Henares»

José Manuel Lucía Catedrátic­o Filología Románica

«No hay que rescatar polémicas ya sepultadas en el olvido de la ciencia desde hace 100 años»

José Solís de los Santos Catedrátic­o de Filología Latina

«Cervantes estuvo vinculado a Córdoba gracias a su abuelo, que fue corregidor allí»

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// ABC ASPECTOS DESCONOCID­OS La vida de Cervantes encierra aún muchos misterios, como este supuesto retrato del escritor atribuido a Juan de Jáuregui. Arriba, portada del libro ‘Cervantes en Sevilla, que publicó la Universida­d de Sevilla en 2017
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El documento en defensa de Tomás Gutiérrez conserva dos firmas de Cervantes, como se aprecia en las imágenes
// ABC DOS FIRMAS El documento en defensa de Tomás Gutiérrez conserva dos firmas de Cervantes, como se aprecia en las imágenes

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