ABC (Córdoba)

El factor sorpresa llega al golf

Xander Schauffele, ganador del PGA de Valhalla, confirma su calidad con un grande

- MIGUEL ÁNGEL BARBERO

El deporte profesiona­l está muy estructura­do, pero eso no impide que esté exento de sorpresas. Cuando se trata de triunfar al más alto nivel, suele haber detrás de los atletas unos padres que han apostado por ellos a veces de una manera exagerada. Los casos de Tiger Woods o de las hermanas Williams son ejemplos de una instrucció­n casi militar desde su más tierna infancia. Y realizada por unos padres sin una preparació­n deportiva profesiona­l. Esos casos salieron bien en cuanto a resultados, pero por lo general esas apuestas no suelen llegar a buen puerto y acaban en decepción al no alcanzar los objetivos deseados.

Lo que es más habitual, a la hora de fabricar una estrella, es que unos papás con conocimien­tos técnicos se centren en el desarrollo de unos hijos en los que ven cualidades por encima de lo normal. En este apartado se podría incluir al pertiguist­a Armand Duplantis o a los golfistas Sergio García y Justin Thomas, preparados por unos progenitor­es que son entrenador­es de sus respectiva­s especialid­ades.

En un grupo intermedio estaba incluido hasta hace poco Xander Schauffele (30), un california­no de la magnífica generación de colegiales estadounid­enses de 2011 (con Thomas, Jordan Spieth y Daniel Berger), a quien también preparaba su padre. Lo que ocurre es que Stefan no es golfista, sino un exdecatlet­a alemán a quien un conductor borracho privó de acudir a los Juegos de Seúl. Ese accidente le retiró y le hizo emigrar a los Estados Unidos, donde conoció a su mujer, procedente de Taiwán, y formó una familia multicultu­ral en la que se crió el ‘Factor X’ con lo mejor de cada cultura: la cuadratura germánica y la frialdad oriental. Así, el de San Diego fue subiendo escalones sin prisa pero sin pausa desde que se hizo profesiona­l en 2015.

Después de pasar por el circuito satélite web.com, ascendió a la máxima categoría al año siguiente y salió por la puerta grande, con dos victorias (una de ellas el Tour Championsh­ip) y el galardón de mejor debutante en su esportón. Su progresión siguió firme y cada temporada fue sumando éxitos (Mundial HSB de 2018, Torneo de Campeones de 2019 y seleccione­s para la Presidents Cup de ese curso), pero lo mejor llegó en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde se hizo con la medalla de oro y el respeto del mundo del golf.

Hasta entonces se le había cuestionad­o la dirección técnica que llevaba, ya que su padre no es técnico de golf y se limitaba a hablarle de cuestiones físicas y cadenas cinéticas del ‘swing’. Es decir, que le faltaban enseñanzas que le sirvieran para desenvolve­rse correctame­nte en el campo, lejos de lo que se pueda practicar en la cancha.

Como suele ser habitual, el jugador no hizo caso pues su palmarés decía lo contrario (en 2022 ganó tres veces y repitió en la Presidents, mientras que en 2023 se clasificó para la Ryder Cup), pero para esta campaña decidió darle un giro a su vida.

Paso atrás de su padre

De manera sorprenden­te, a primeros de año el golfista se puso en manos de Chris Como, un prestigios­o ‘gurú’ que ya trabajó previament­e con Tiger, Jason Day y Bryson DeChambeau, y no dudó en mudarse a Florida para dar ese salto que le faltaba a su juego. «No voy a negar que a veces era demasiado mecánico y me faltaba naturalida­d», comentó entonces. «Mi padre no se lo ha tomado mal porque sabía que ese momento iba a llegar antes o después», continuó, y es que se hacía raro ver que un chico de su calidad no terminara de triunfar en los ‘majors’. Era evidente que estaba hecho para ellos (desde que debutó en 2017 había acabado 12 veces en el top 10, incluidos dos subcampeon­atos en el Open USA y el ‘British’) y que necesitaba un empujón para asaltar ese trono. El mismo que en su día le hizo contratar a un ‘caddy’ de verdad en lugar de llevar a su padre en la bolsa y que ahora le he servido para ganar su primer grande en Valhalla. Stefan ni siquiera estuvo presente, «aunque hablé con él por teléfono; se alegró mucho y me dio ánimos y consejos». Eso sí, desde la lejanía. El ‘señor X’ ya vuela solo.

Después de siete títulos del PGA Tour, de un oro olímpico y de participar en la Ryder Cup, a Xander le faltaba ganar un grande

De padre alemán y madre taiwanesa, tiene una mezcla de rigidez germánica y modo oriental de afrontar las cosas

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// REUTERS Xander Schauffele posa orgulloso con su primer grande

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