Trajes de fiesta en la sala de recibir
▶Detalles y novedades pueblan la fiesta cuando se concibe como disfrutar en un espacio propio que abre las puertas de la diversión a los amigos
LA Feria de Nuestra Señora de la Salud tiene éxito por cieto carácter dual. Sus casetas, las tradicionales y las que buscan el cuidado de la estética, son a la vez lugares familiares y sitios de traje, trozos de casa y lugares para salir con las mejores galas. Lo saben bien quienes la disfrutan, que al mismo tiempo que están en su sitio, reciben.
Porque la caseta de siempre es parte de la extensión de la intimidad de uno, y eso lo dijeron siempre los que saben disfrutar. Se paga todo el año, se cuida y se diseña y después se sienta uno para ver que lo que se ha hecho es bastante bueno. Y a la vez, se recibe en un día de fiesta, con la chaqueta de los colores que sólo son de Feria, los trajes de flamenca con sus mantoncillos y el toque deslumbrante que sólo está en esos días.
Y son días, desde luego, en los que se recibe y se enseñan los detalles de la decoración, la forma en que los farolillos están dispuestos, quizá algún patio en que poder disfrutar en estos días en que el sol no castiga con demasiada furia a la Feria de Córdoba. Tal vez un cuadro antiguo, alguna novedad que no estuviera otros años.
Brillan las tradicionales y otras que, sin serlo al menos por no estar asociadas, también buscan cuidar la estética y abren sus puertas con el esparto haciendo de celosía, con algunas fotografías en blanco y negro y con el cuidado de pensar que no es una fiesta como todas las del año, sino una ocasión para recibir en una sala hermosa, que durará poco tiempo como cualquier fiesta efímera, pero que hay que disfrutar hasta el último sorbo.