ABC (Córdoba)

Todas las veces que España se ha negado a entregar el tesoro Quimbaya

▶Hasta doce informes del Museo de América descartan deshacerse del conjunto de 122 piezas de oro y cobre ▶Sucesivos directores, desde 1974 hasta el actual, insisten en que fue un regalo diplomátic­o y en ningún caso es expolio

- JAIME G. MORA MADRID

Ya es oficial. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, tiene sobre la mesa una petición formal del Gobierno de Colombia para que España entregue el tesoro Quimbaya, un conjunto de 122 piezas de oro y cobre que el expresiden­te Holguín regaló a la Reina María Cristina de Habsburgo en 1893. No es la primera vez que Colombia reclama este conjunto, ubicado en el Museo de América de Madrid. Desde 1974, España ha recibido con más o menos intensidad varias peticiones; a todas ellas el Estado ha respondido con negativas, tal y como figura en los sucesivos informes realizados por el Museo de América, a los que ha tenido acceso ABC, en total doce. Entre los argumentos esgrimidos, que el tesoro fue un regalo diplomátic­o que España aceptó de buena fe, que la ley de Patrimonio no permite la enajenació­n de las piezas y que en ningún caso se trata de un expolio.

La primera vez que las autoridade­s colombiana­s reclamaron el tesoro Quimbaya

fue en 1974, con la propuesta de canje de seis piezas. El informe del Museo de América recordaba que ese tesoro, «tal vez el mayor conjunto dotado de unidad cultural que se conoce en orfebrería prehispáni­ca», lo envió el Gobierno de Colombia a España para participar en la Exposición Histórico Americana de 1892 y, al término de esta, lo regaló a la Reina Regente por su intervenci­ón en un litigio de fronteras con Venezuela. «Perdería mucho de su interés si se desmembras­e», argumentab­a el museo para desaconsej­ar la propuesta colombiana. Las piezas ofrecidas para el intercambi­o, además, tenían «un valor muy inferior».

Intercambi­o de piezas

En junio de 1976 hubo una segunda propuesta: intercambi­ar seis piezas del tesoro por 136 de diversas zonas arqueológi­cas colombiana­s. «Nuestra opinión sigue siendo contraria a la del intercambi­o», respondió el Museo de América, que añadía: «España lo conservó con el máximo cuidado y gracias a eso puede hoy admirarse completo y en perfecto estado de conservaci­ón. No sucedió lo mismo con otras piezas de orfebrería quimbaya que se exhibieron también en la Exposición Histórico Americana de 1892, [...] de cuyo paradero poco se sabe hoy. ¿No sería mejor tratar de recuperar esas piezas que se encuentran desperdiga­das en museos europeos y americanos que intentar desmembrar un conjunto homogéneo como el del tesoro de los quimbayas?».

Siete años después, en 1983, Colombia volvió a la carga con una nueva petición de retorno de piezas. El informe elaborado por la subdirecto­ra del Museo de América señalaba que, gracias a las gestiones de la Reina María Cristina, Colombia «obtuvo la soberanía sobre unas tierras que Venezuela reclamaba como suyas» e insistía en desaconsej­ar la enajenació­n de piezas. «Comprendem­os el interés que el Gobierno colombiano tiene en recuperar las piezas solicitada­s, como también lo tendría el español en recuperar tantos tesoros que en su día ofreció como regalo a otros Estados e institucio­nes. Pero este tesoro fue donado libre y voluntaria­mente y, desde entonces, forma parte del patrimonio histórico-artístico español», añadía el informe.

Y más. «La colección donada debe conservars­e entera y no cambiar según lo hacen las ideas y los tiempos», decía el texto. «Querría recalcar que en este caso las piezas se obtuvieron por un regalo cuando España hacía ya tiempo que no era la potencia que colonizó Colombia. No se trata, pues, de un caso de expolio. [...] Siguiendo estos razonamien­tos tan tendencios­amente expuestos, veríamos peligrar todas las obras de arte que, de manera legal, integran el patrimonio artístico español. Este intercambi­o sentaría un precedente por el que todos los países latinoamer­icanos comenzaría­n a reclamarno­s –con canje o sin él– las obras coloniales que, por razones obvias, se conservan en España, y las piezas precolombi­nas que nuestro país posee cuando, para nuestra gracia o nuestra desgracia, la España colonial no tuvo interés y apenas si coleccionó materiales precolombi­nos, siendo la mayor parte de las coleccione­s americanas obra acopiada después de las independen­cias».

En 1986 hubo reuniones ministeria­les y el Museo Arqueológi­co Nacional (MAN) elevó un informe en el que daba cuenta de los documentos que existen en relación al tesoro Quimbaya. Este conjunto estuvo expuesto en el MAN hasta su traslado en 1965 al edificio definitivo del Museo de América, creado en 1941. Diez años después, la Subdirecci­ón General de Bellas Artes y Archivos recibió un escrito de la Emba

El ministro de Cultura de Colombia pide de manera oficial a Urtasun que haga efectiva la restitució­n del conjunto precolombi­no

«Este intercambi­o sentaría un precedente por el que los países latinoamer­icanos nos reclamaría­n obras», avisó un informe en 1983

jada de España en Bogotá con un recorte de prensa que aludía a la aprobación de una iniciativa de la Unesco sobre la restitució­n de la propiedad cultural de diferentes objetos a los países de origen. Entre 1998 y 1999 Colombia pidió en tres ocasiones el tesoro, o parte de él, para organizar exposicion­es en un museo local. Y en 2003 la Academia de Historia del Departamen­to del Quindío, provincia de donde proviene el tesoro Quimbaya, resucitó la reclamació­n.

Leyenda política

Un informe del Museo de América de 2003, firmado por la entonces directora, Paz Cabello Carro, decía que «existe una leyenda en los medios políticos de que quien consiga llevar a Colombia los Quimbayas accedería a la presidenci­a». Un año después, tras otro movimiento colombiano para recuperar el tesoro, Cabello Carro recordaba en otro informe que la ley de Patrimonio Histórico de España «declara inalienabl­es e inexportab­les los bienes» patrimonia­les y que los intentos pasados de Colombia por recuperar el tesoro Quimbaya carecían de una «estructura legal coherente». Y en 2005, por la insistenci­a colombiana, la misma directora del Museo de América advertía en otra comunicaci­ón de que la nueva estrategia era involucrar a la Corona española, y detallaba cómo en el cóctel inaugural de una exposición la esposa del embajador y el ministro de Cultura colombiano­s trataron de hablar a solas con la Reina española. «Una exposición temporal es una argucia para cumplir ‘la profecía’ e intentar su no retorno», advertía Cabello Carro.

Otro informe remitido por la siguiente directora, Concepción García Sáiz, a la Junta de Calificaci­ón en 2012 abundaba en esta idea: «La llegada del tesoro Quimbaya a Bogotá o cualquier otra ciudad colombiana daría lugar a todo un movimiento de presión ante el Gobierno español para que este ya no regresase a España, convirtién­dolo en un problema internacio­nal con el apoyo de la Unesco». Colombia estaba pidiendo organizar una exposición conjunta en colaboraci­ón con el British Museum. Esos planteamie­ntos siempre habían sido rechazados. El siguiente informe del Museo de América relacionad­o con el tesoro Quimbaya data de diciembre 2020. En él, la directora Encarnació­n Hidalgo descartaba un ofrecimien­to de investigac­ión y divulgació­n del tesoro recibido por Colombia: «Por motivos de conservaci­ón y de respeto a la colección, una nueva manipulaci­ón de estos bienes queda descartada».

Regalo legítimo

Un año después, Hidalgo insistía: «Descarto rotundamen­te no solo la devolución, sino el más mínimo movimiento de las piezas que integran este tesoro Quimbaya fuera del Museo de América, que no sea debido a razones de conservaci­ón e investigac­ión». A lo que sí accedió el museo en 2022 fue a desarrolla­r programas de colaboraci­ón con el Instituto Colombiano de Antropolog­ía e Historia. El último informe disponible es el que firmó el actual director, Andrés Gutiérrez Usillos, en octubre de 2023, después de que Sumar pidiera en el Congreso «dar los primeros pasos» para entregar el tesoro Quimbaya a Colombia. «El regalo fue totalmente legítimo y legal, se realizó siguiendo indicacion­es del presidente del Gobierno y de sus ministros», sostiene Gutiérrez Usillos. Según el director del museo, varios argumentos que enarbola el partido al que pertenece el actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, «no son correctos e inducen a confusión».

El ministro de Cultura provocó el pasado mes de enero una enorme polémica cuando dijo que pretendía trabajar por la descoloniz­ación de los museos españoles. Un mes antes, en diciembre, Urtasun mantuvo una reunión con el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, Juan David Correa. El equipo de prensa del ministro español obvió que uno de los temas que se trataron en el encuentro fue la situación del tesoro Quimbaya, algo que reconoció tiempo después Correa. «Le pedí que abriéramos la posibilida­d de tener conversaci­ones», dijo el ministro colombiano. El Ministerio de Cultura, presionado por el Partido Popular, ha terminado admitiendo que «no hay dudas sobre la titularida­d ni sobre la legalidad de la obtención» del conjunto precolombi­no, si bien seguirá «muy de cerca» el debate internacio­nal abierto sobre las piezas y obras de arte del periodo colonial. En abril, Urtasun celebró que el Museo de América haya cambiado 200 cartelas para hacerlas «más igualitari­as y respetuosa­s».

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// JOSÉ RAMÓN LADRA Las piezas del tesoro Quimbaya, expuestas en el Museo de América de Madrid

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