«Me gusta el flamenco: soy la jefa de esa sección»
Ana Leticia Solana Lara se sabe al dedillo dónde está cada artículo en el Decathlon de la carretera de Palma del Río. A cada apartado del establecimiento ella les llama «universos». «Hay muchos: tenemos los deportes acuáticos, el fútbol, el baloncesto, el ciclismo, la caza y el ‘running’», completa esta chica de 26 años, vecina de Santa Rosa y que tiene un hermano de 30 y «una media hermana» de 18. La forma en la que ella se refiere a la hija de su padre y de su mujer es tan precisa como cariñosa. «Mi madre se fue al cielo cuando yo tenía nueve años», detalla esta joven con síndrome de Down que empezó a trabajar en la tienda de deportes el 4 de septiembre de 2016. «Era el día de mi cumpleaños», informa con una media sonrisa. Con una jornada laboral exigente —tres días a la semana de nueve de la mañana a dos de la tarde—, ella empieza la faena en la zona del Decathlon en la que se reciben los artículos. «Mi función es meterlos en cestas dependiendo del universo al que haya que llevarlos: cuando lo tengo todo ordenado voy a cada pasillo y los pongo donde tienen que estar para que la gente los pueda ver y los pueda comprar», dice.
Ana Leticia habla de la tienda de deportes como quien se describe un mundo de oportunidades. No exagera. Ella, que es una de las tres personas con síndrome de Down empleadas en las instalaciones, tiene el honor de haber sido nombrada, según ella asegura, como la responsable de la sección de flamenco. «A mí me gusta bailarlo, y se enteraron en la tienda: ahora soy yo quien está pendiente de las cosas que se venden allí para poder practicarlo», agrega.