Genio y figura
POR lo que se ve, la púrpura política imprime carácter. Vean a la exconsejera de Hacienda deponiendo ante el Tribunal que juzga el caso ERE en una actitud que el juez presidente hubo de calificar de «arrogante». ¡Mantenella y no enmendalla!, y señalar hacia abajo –como está mandado– para buscar responsabilidades en esos funcionarios, ¡criaturas!, que con su silencio y pasividad serían, según ella, los únicos culpables en esa olla podrida. Pero ¿es creíble que una viceconsejera ignorara docena y media de avisos preventivos de la Intervención, lo es que esos funcionarios se lo ocultaran jugándose tanto? En su propia defensa, un acusado/a tiene derecho a todo, incluso a sostener que la Tierra es plana, pero no lo tiene a cargar el peso sobre otras espaldas. Por muy encumbrados que se sientan y, menos, desde un banquillo.