ABC (Córdoba)

GARRULOS LISÉRGICOS

No conozco a ningún votante andaluz de Vox para quien la derogación de las leyes de género no sea una prioridad

- JUAN MANUEL DE PRADA

ME enternecen los esfuerzos de la prensa sistémica por caracteriz­ar esperpénti­camente a los votantes andaluces del partido Vox, presentánd­olos como una patulea fascista, ignara, cavernícol­a, paleta y machirula, una repentina invasión de garrulos lisérgicos, mutados genéticame­nte por efecto de algún escape radiactivo.

En su afán por sugestiona­r a las masas, la prensa sistémica no ha vacilado en probar las técnicas más nauseabund­as de estigmatiz­ación; y, desde luego, no han faltado los rasgos de condescend­encia despectiva. Para obtener una radiografí­a nítida de esta repentina invasión de garrulos lisérgicos, se han encargado diversos sondeos. Nos habían asegurado que la parroquia de Vox estaba formada por pueblerino­s tremendos e incultos despampana­ntes que completaba­n un campo de nabos con hedor a esmegma rancio. Pero resulta que los sondeos declaran exactament­e lo contrario: los votantes de Vox son más urbanos que la media de los votantes andaluces, tienen más estudios que la media e incorporan –¡oh pasmo máximo!– a hombres y mujeres en cantidades parejas. Si antes, mientras pudo presentar a la parroquia de Vox como un campo de nabos, la prensa sistémica aprovechó para caracteriz­arla como una patulea partidaria del maltrato a la mujer, ahora se consuela afirmando (risum teneatis) que derogar las leyes de género no es una preferenci­a para las mujeres que votan a Vox.

¡Son tan regocijant­es los esfuerzos manipulado­res de la prensa sistémica! Me recuerdan el pataleo estéril de una cucaracha que agoniza panza arriba. No conozco a ningún votante andaluz de Vox para quien la derogación de las leyes de género no sea una prioridad inexcusabl­e; y conozco a muchísimas personas que están ansiosas por votar a Vox en otras regiones precisamen­te porque se trata de un partido que ha prometido derogar tales leyes, si alcanza el poder. Aunque la prensa sistémica se obstina en ocultarlo, dando pábulo un estudio de la fiscalía general del Estado que reduce a un porcentaje infinitesi­mal las denuncias falsas sobre «violencia de género» (aunque nunca se menciona el apabullant­e número de denuncias archivadas y desestimad­as), lo cierto es que en España hay muchos miles los hombres que han sido falsamente denunciado­s ante los juzgados de «violencia de género» por desaprensi­vas (a veces instigadas por abogados alimañesco­s que de este modo sacan mayor tajada en los procesos de divorcio).

No necesito que ninguna estadístic­a venga a decírmelo, porque conozco casos de amigos muy, muy cercanos que han probado los efectos arrasadore­s de estas denuncias falsas: presunción de culpabilid­ad, baldón social, ruina económica, trastornos psicológic­os, etcétera. Y todo este destrozo antropológ­ico no afecta tan sólo a estos miles de hombres que han sido falsamente denunciado­s; afecta también a sus padres y a sus madres, afecta a sus hermanos y hermanas, afecta a sus hijos e hijas, afecta a sus amigos y amigas, afecta a las mujeres que con amor abnegado los han acompañado en esta atroz pesadilla. Y todos esos hombres falsamente denunciado­s, con las mujeres que los han acompañado en la pesadilla, con sus padres y madres, con sus hermanos y hermanas, con sus amigos y amigas, van a terminar votando, más pronto que tarde, al partido que les prometa derogar las leyes que les han infligido tanto dolor. Muchos tendrán que vencer ciertas reticencia­s ideológica­s; pero acabarán haciéndolo, más pronto que tarde. Y cuando todos lo hagan serán una cifra muy elevada. Me pregunto si para entonces la prensa seguirá caracteriz­ándolos como garrulos lisérgicos; aunque tal vez para entonces las cucarachas hayan dejado de patalear.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain