Una ciudad parada y sin impulso
A LOS CUATRO VIENTOS
Los asesores de Isabel Ambrosio en esta precampaña electoral —pues la alcaldesa parece haber dado por cerrado el mandato y anda en sus cosas de candidata— no deberían estar muy contentos con la puesta en escena de ayer de la regidora socialista. Cuando resta medio año de mandato, Ambrosio anuncia un «plan para impulsar la ciudad». Implícitamente está admitiendo que la tiene parada desde que en 2015 tomó las riendas. Sin pulso. Sin un equipo competente, como ella misma ha asegurado. Sin presupuesto para 2019, pero 112 millones sin gastar en la caja municipal. Con infinidad de proyectos atascados, sin nuevas ideas, cercando a empresas, viviendo de un bucle ideológico y melancólico sin rédito alguno y, por contra, sectario, que divide a los cordobeses. Arguyó ayer Ambrosio que durante este tiempo ha estado dedicada a «reconstruir» el Ayuntamiento, por ello no ha podido centrarse en generar las condiciones óptimas para que Córdoba salga de un letargo absoluto. Parece que olvida que su partido e IU dejaron casi en la quiebra en 2011 al Consistorio. En resumen, da la sensación por sus palabras de que se ha perdido el tiempo.