ABC (Córdoba)

Álbum de familia

LOS FAMOSOS EN OTRO PAPEL

- ÁNGEL ANTONIO HERRERA

Hay mucho retrueno de polémica porque Christian Gálvez, el chico de «Pasapalabr­a», impulsa una exposición sobre Leornardo da Vinci, en la Biblioteca Nacional. Algunos historiado­res le han adornado de «intruso profesiona­l». Pero resulta que Gálvez es un tipo de éxito en la tele que, además, reúne cátedra sobre Leonardo, empezando o acabando por el libro «Leonardo da Vinci. Cara a cara», un ensayo que se adorna con el premio de periodismo científico Concha García Campoy, del año en curso.

Galvéz está, hoy, en otro papel, como tantos famosos. Aquí lo que pasa, quizá, es que no se puede estar en la tele de bullicio y repicando en las biblioteca­s, según algunos. Uno ve, modestamen­te, que el famoso es siempre un intruso, porque el famoso no es sólo famoso, sino un hombre o una mujer que hace tele o cine cuando deja de anunciar cacerolas o perfume, o al contrario. Quiero decir que el famoso es un pluriemple­ado de sí mismo, más tarde o más temprano.

Carlota Casiraghi, por ejemplo, se metió un día a maniquí de Gucci. Pasa a veces con las jóvenes aristócrat­as que huyen de la prensa. Van, pillan carrera, y se esconden en un anuncio, donde las ve todo el mundo, pero nunca llegan los paparazzis. Carlota es una monada de anuncio, y ahora es un anuncio de monada, porque las famosísima­s suelen ser una propaganda de sí mismas, aunque posen promoviend­o un yogur o una pamela. No se sabe bien si Carlota promociona ropa o la ropa la promociona a ella, aunque hablamos de una firma y de una chica que promoción necesitan poca. Pasa muy frecuentem­ente.

Los futbolista­s promociona­n tatuajes, y entre partido y partido te vende una crema de spot. Eso, y que la camiseta que sudan van subvencion­ada. Son los intrusos de unos maniquíes que ya son ellos mismos.

El famoso es siempre un tirón publicitar­io, aunque hay quien arriesga que George Clooney no anuncia un café, sino que el café anuncia a George Clooney, previo pago de un cafetal de euros, naturalmen­te.

El caso es que uno mira aquí y allá, y sale todo un guateque de famosos que van vendiendo coches, viajes, biquinis y otras mercancías de la austeridad. Cela hacía anuncios, y Punset. Hay más famosos en el pluriemple­o de la publicidad que en la sala de espera del Juzgado, que ya es nutrida sala.

Scarlett Johansson anuncia champán, que es lo suyo, porque no tiene lámina de recomendar cacerolas. Megan Fox anuncia corsetería, casi como en la vida misma. Y todas las modelos de vitola, que parecen un cálculo de hermana de Irina Shayk, nos venden esas cremas antiarruga­s que todas, o todos, vamos necesitand­o, menos ellas. Quiero decir que el famoso ya es un spot en sí mismo, y sólo falta que una firma vaya, se fije y le prepare el contrato. Eso, y que algunos escriben libros. Desde Bisbal a El Cordobés. Pasando por Gálvez. Hay famosos, y hay famosos, que es como decir que hay intrusos y hay intrusos.

 ?? CORDON ??
CORDON
 ??  ?? A la derecha , Carlota Casiraghi en Niza. Más abajo, George Clooney a la salida de un restaurant­e en Nueva York
A la derecha , Carlota Casiraghi en Niza. Más abajo, George Clooney a la salida de un restaurant­e en Nueva York

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain