Recuperar la confianza para atraer las inversiones, el verdadero reto de Macri
El Gobierno argentino intenta abrirse al mundo con un mensaje de seguridad jurídica
España confirma un cambio de actitud, tras las «graves dificultades» En Argentina hay alrededor de 200 compañías españolas
Argentina vuelve a estar en el punto de mira de las empresas españolas. El empeño del presidente Mauricio Macri en ofrecer una imagen de apertura al exterior comienza a dar sus frutos. La nueva era, que da carpetazo a la etapa de inseguridad jurídica del kichnerismo, con el conflicto Repsol-YPF como gran y negro emblema, se ha hecho visible en el Foro de Inversión y Negocios que se ha celebrado esta semana en Buenos Aires. Una apuesta personal de Macri que popularmente se ha bautizado como «el mini Davos» porteño. Buena parte de sus ministros expusieron sus opiniones acerca de la nueva realidad argentina. El desfile de CEOs de algunas de las principales multinacionales del mundo por el Foro ha sido constante. Un centenar de empresas españolas, con amplia presencia de los gigantes del IBEX, tampoco fallaron en la cita que busca consolidar el cambio de paradigma en el país suramericano.
«Argentina se abre al mundo», repetían gobernadores, ejecutivos, banqueros y políticos de ambos lados del hemisferio. Ahora, sólo queda que el mundo aterrice en Argentina donde España, a veces contra viento y marea, desembarcó en los años 90 y hoy, superadas las turbulencias no muy lejanas, se mantiene como el segundo país inversor por detrás de Estados Unidos, con un acumulado superior a los 6.400 millones de euros. En Argentina hay instaladas alrededor de doscientas empresas españolas, vinculadas, sobre todo, a los sectores de las telecomunicaciones, la banca, la energía o los seguros.
Principales espadas
La vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti, participó con el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti; el presidente del Congreso de Diputados, Emilio Monzó; el responsable del Banco Central, Federico Sturzenegger, y Jorge Familiar, número dos del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Fue, posiblemente, la mesa redonda más importante de esta cumbre. Moderada por el exministro español de Justicia Alberto-Ruiz Gallardón, las principales espadas de los tres poderes del Estado abordaron y analizaron cómo transformar Argentina en un modelo de transparencia, calidad institucional y cumplimiento. Dicho en lenguaje de los in- versionistas, cómo dar garantías de seguridad jurídica a los empresarios que, como el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ahora ven en el país «una oportunidad». El líder de la patronal española da por cerrrado el «affaire» Repsol-YPF. «Las consecuencias fueron negativas para ambas partes. Fue una pena porque Ypf y Repsol eran, técnicamente, complementarias. Para Vaca Muerta (uno de los mayores yacimientos del mundo por explotar) Repsol era imprescindible...», asegura.
Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio español, recordó: «En el pasado hemos tenido dificultades graves con Argentina por la actitud del Gobierno anterior con las empresas españolas. Ahora, vemos otra actitud». Optimista, como la mayoría, anticipó que «vamos a ver inversiones españolas en sectores como energía, infraestructura, servicios financieros y seguros. En algunos casos serán masivas si se logra un acuerdo favorable entre el Mercosur y la Unión Europea».
Ejecutivos y CEOs de Microsof, Airbus, Coca-Cola, Toyota, IBM, Citigroup, Total, British Petroleum, Siemens, JP Morgan o Goldman Sachs formaron parte de las «1.900 personas de 67 países» que, como anunció el presidente Mauricio Macri, tienen a la Argentina en su agenda. Pero también ellos anotan que la coalición de Gobierno que forma Cambiemos no tiene mayoría en el Congreso y el próximo año se celebran elecciones legislativas de medio término. ¿Quién les garantiza que las «reglas de juego claras» que defiende el presidente de Argentina serán duraderas?
El conflicto del gas
De hecho, en Argentina el conflicto empresarial siempre puede estar a la vuelta de la esquina. Estos días, 373 oradores están tomando la palabra para debatir sobre el cuadro tarifario del servicio del gas, subido abruptamente (la tarifa para el consumo residencial crecería un 203%) por el ministro de Energía, Juan José Aranguren. La Corte Suprema suspendió la medida por no cumplir con el paso previo obligado por ley de convocar audiencias públicas.
Gas Natural Fenosa, compañía con las tarifas prácticamente congeladas, desde el año 2001, había visto, en un abrir y cerrar de ojos, roto el sueño de actualizar las facturas. En la empresa confían en la palabra del Gobierno y aguardan pacientes a que transcurran los tres días en los que ciudadanos de a pie, políticos como el exministro Axel Kicillof, expertos en el tema y el propio ministro Aranguren, pondrán sobre la mesa los argumentos a favor y en contra aunque, en ningún caso son vinculantes frente a lo que decida el Ejecutivo.
Los inversores españoles reconocen el buen clima pero hay flecos pendientes. Movistar es uno de los más gruesos. En la empresa lamentan que el Gobierno de Mauricio Macri aún «no nos de la posibilidad de ofrecer servicio de televisión». Sus responsables están convencidos de que es necesario y su efecto impulsará «las inversiones y la competencia, además de favorecer la conectividad en Argentina». El presidente de CEOE
asegura que «Telefónica está en medio de una reorganización del sector y hay que ver cómos se resuelve», pero insiste en la idea de que los problemas pendientes de las empresas españolas en Argentiana «están resueltos o en fase de resolución».
«Recibimos con alegría el anuncio de miles de millones de dólares de inversionistas para los próximos cuatro años», aseguró el presidente Macri. El compromiso era y es una buena noticia pero «la lluvia de inversiones» prometida sigue sin volcarse en la web que el Ministerio de Economía actualiza a diario. Las inversiones registradas antes del Foro son las mismas a día de hoy: 32.636 millones de dólares. No obstante, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, en la clausura del citado Foro, aseguró que «en los últimos días las inversiones suman 40.000 millones de dólares, de los cuales, 25.000 ya están en ejecución».
Muhtar Kent, presidente de CocaCola, le dió una alegría al expresar su confianza en el nuevo clima que envuelve Argentina: «Creo en el futuro del país y por eso tenemos un programa de inversión de mil millones de dólares para los próximos tres años y medio», se felicitó. Argentina vuelve a cotizar en un valor seguro: la confianza.