El BCE esboza un eurobono que ya tiene el «no» alemán
Los SBBS permitirían a los bancos separar el riesgo de la deuda de los estados de su balance
El presidente del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (CERS), Philip Lane, ha presentado esta semana un primer proyecto de bono europeo. Se trataría de que cualquier institución pública o privada pudiese empaquetar y vender deuda soberana de los Estados, un porcentaje de cada país según la proporción en la que participa en la zona euro, planteado como «una opción atractiva e interesante de diseñar un activo de bajo riesgo para todo el área sin romper el principio de que cada país se responsabilice de su deuda». Los padres de la criatura se niegan en redondo a utilizar el término «Eurobono» por sus connotaciones negativas para los alemanes, de modo que hablan de Sovereign BondBacked Securities (SBBS) y lo dividen en tres tramos. El tramo más seguro, denominado «senior» tendría un volumen del 70%, el tramo intermedio, «mezzanine» del 20% y el de más riesgo, «junior», del 10%. Los tramos mezzanine y junior, con contratos de diseño más sencillos, serían los que absorberían las pérdidas en caso de un impago y estarían en manos de inversores no bancarios que buscan rendimientos más altos y tienen capacidad para soportar el riesgo adicional. El bono senior, el que quedaría en manos de los bancos, sería muy seguro y solo se vería afectado por pérdidas en caso de que cinco países (Grecia, Chipre, Portugal, Italia y España) no pudieran pagar.
Su principal ventaja para los bancos es la ayuda que supondría para separar el riesgo de la deuda de los estados del sistema bancario. Durante la última recesión quedó en evidencia que la crisis de la deuda de un país constituía una amenaza para todo el sistema. Este producto permitiría sacar deuda del balance de los bancos, rompiendo ese peligroso vínculo, y aumentar el volumen de créditos que pueden conceder. Pero va a ser necesario bastante más que evitar la palabra eurobono para convencer a los socios europeos. Su principal ventaja para los Estados es que no volvería a ocurrir, explica uno de los diseñadores, Markus Brunnermeier, eso que vimos durante la última crisis, un flujo de capital hacia los países de deuda triple A (Alemania, Holanda y Luxemburgo) que descapitalizaba el resto de la zona euro. Y en todo caso, según la propuesta, si un país pierde el acceso al mercado ya no estaría en la cartera, al tiempo que cada gobierno sigue emitiendo y sirviendo sus propios bonos.
La idea es presentar una propuesta en Bruselas en otoño que implicaría modificaciones regulatorias, porque la actual ponderación de riesgo del 15% para
La idea es que el dinero no se refugie en los países Triple A
los bonos gubernamentales no estaría justificada para los SBBS senior. Un grupo franco-alemán de 14 economistas se ha pronunciado a favor, incluido el nuevo presidente del Instituto IFO de Múnich, Clemens Fuest, pero el economista jefe del Ministerio de Finanzas alemán, Ludger Schuknecht, ha ya adelantado su rechazo en el Eurogrupo, alegando que es «una construcción que puede funcionar con vacas gordas, pero no en contexto de crisis».
«En tiempos de dificultades, el Estado con más problemas financieros de-
terminará la calificación de todo el paquete», dice también el experto financiero de la Hacienda alemana Levin Holle. El último informe de los «Cinco Sabios » alemanes, también muestra escepticismo, anotando que, incluso en el caso de que las deudas no se comunitaricen, existen «riesgos implícitos de responsabilidad» y advirtiendo que «la creación de SBBS sin privación simultánea debe ser estrictamente rechazada», en referencia al cambio de regulación que exige el proyecto, de forma que la exigencia de capital para los ban- cos que tengan un bono soberano o un bono de titulización de deuda soberana sea la misma. Los sabios consideran además que las instituciones públicas estarían sometidas a demasiada presión en situación de crisis, por lo que solo deberían manejar los SBBS los actores privados. «Esto no es un juego», critican experimentadas fuentes alemanas, «ya probaron a empaquetar hipotecas buenas con hipotecas malas y venderlas por todo el mundo. ¡Menuda la que se montó! ¿Y ahora quieren hacerlo con la deuda?».