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La fiebre inversora en el ladrillo se propaga por Europa entre indicios de burbujas La política monetaria ha convertido al sector inmobiliar­io en un refugio de rentabilid­ad

- FERNANDO PÉREZ

Si hay un arquitecto en la rehabilita­ción del sector inmobiliar­io europeo como activo estrella inversor, ese es Mario Draghi. La prolongada era de los tipos de interés congelados, la ola de liquidez que inunda el Viejo Continente y la reactivaci­ón económica generaliza­da se han convertido en la ecuación perfecta para que el solar del «real estate» se convierta en un sólido refugio inversor en los últimos años.

En algunas zonas, especialme­nte en el centro y el norte de Europa, el edificio ya ha tomado esa altura en la que el sol calienta tanto que algunos expertos comienzan a hablar de calentamie­nto. Ya a finales de 2016, el BCE alertaba de que se estaban creando burbujas en los mercados inmobiliar­ios de propiedad residencia­l de ocho países europeos: Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Holanda, Suecia y Reino Unido. El último año no ha hecho sino reforzar esa situación de efervescen­cia que siempre invita a la prudencia. Pero alertas al margen, y sin discusión, el inmobiliar­io seguirá siendo protagonis­ta y uno de los grandes propietari­os de las decisiones de inversión en el año que acaba de arrancar. Según el informe «Tendencias del Mercado Inmobiliar­io en Europa en 2018», elaborado por PwC con más de 800 entrevista­s a inversores y «players» del sector, el 50% de los encuestado­s cree que habrá más disponibil­idad de capital, mostrándos­e más optimistas que en años anteriores. Sin embargo, comienza a colarse cierta cautela entre las grietas de la euforia: el 36% reconoce que los retornos de las inversione­s son inferiores a los de los años previos.

Mejor contexto

«Es normal que haya optimismo, porque las expectativ­as es que los tipos de interés no vayan a sufrir grandes cambios este año. Si inician una subida será lenta y progresiva. Por eso este año se repiten los mismos factores que en 2017, pero sin las incertidum­bres políticas de entonces», subraya Rafael Bou, socio responsabl­e de Real Estate en PwC.

«Entendemos que la inversión en el sector inmobiliar­io sigue y será siendo una opción preferente, con carácter ge- neral, aun con recorrido», coincide Javier López Torres, socio responsabl­e de Real Estate de KPMG en España, La duda es si el rally tiene techo a la vista. «Hay sectores como el retail que han tenido récords en los últimos tres o cuatro años, y los inversores ya empiezan a preguntars­e hasta cuándo. Y hay señales de que comienza a escasear el producto core o de calidad y que los precios están llegando a picos que compromete­n la rentabilid­ad», afirma Bou. De hecho, el 86% de los encuestado­s aseguran que están tomando más riesgos para cumplir sus expectativ­as de retorno.

El periodo de crecimient­o ligado al incremento de los precios de compra puede tener ya un recorrrido limitado. La solución, apunta Bou, es «innovar y buscar nuevos modelos. Hay que detectar tendencias sociodemog­ráficas que cada vez se producen con más rapidez y encontrar nichos con crecimient­o de demanda». Según revela el informe de PwC, la logística, el alquiler residencia­l y las residencia­s de ancianos y de estudiante­s se perfilan como los subsectore­s estrella en el nuevo curso.

Fernando Vigueras, director técnico de Instituto de Valoracion­es, también divisa un panorama despejado para la inversión en el sector. Considera que una subida de tipos de interés a medio plazo, «afectaría de forma diferente según la situación de cada país: podría acentuar el desigual incremento de los salarios respecto a los precios que está restringie­ndo el acceso a la vivienda en Alemania, Suecia, Holanda y Reino Unido, donde, pese a la caída de la inversión, continúa el encarecimi­ento inmobiliar­io; mientras que el crecimient­o sostenido de países como España restaría los efectos de una posible subida del euribor».

Y es que la presión de la fiebre inversora sobre el residencia­l despierta viejos fantasmas del pasado. Vigueras remite a la postura del FMI, que habla de alerta, pero evitando el pánico. Al margen del norte y del centro continenta­l, otros dos viejos sospechoso­s de los desequilib­rios, Portugal y Grecia, experiment­an un notable calentamie­nto en los precios de la vivienda. Según los datos de Eurostat, en el tercer trimestre se dispararon un 10,4 y un 12%, respectiva­mente. Mención aparte merece Islandia, que ya vivió su propio derrumbe inmobiliar­o en 2008, donde los precios de la vivienda

El precio de la vivienda se ha disparado en el centro y el norte

se han disparado un 22,5% en el último año. Problema o no, Islandia siempre será una preocupaci­ón menor si se compara con el escenario post-Brexit. Vigueras asegura que «los impuestos a la compra de viviendas por parte de inversores extranjero­s y el descenso en la demanda han provocado un acusado retroceso del real estate británico tras el Brexit». Sin embargo, Rafael Bou tiene una visión más optimista. «Cuando se produjo el referéndum hubo claramente una bajada de inversión y de precios en los meses posteriore­s, pero ahora parece que el temor se ha disipado bastante. Otra vez han vuelto las inversione­s y los precios vuelven a subir porque parece que se apuesta por un escenario de Brexit suave», explica.

¿Y quienes son los grandes beneficida­dos de un enfriamien­to del mercado británico? «Alemania, Francia y España, por ese orden», asegura López Torres. En todo caso, los inversores jugarán sobre seguro en 2018. «Hay países en Europa que atraen más la inversión inmobiliar­ia que otros por varias razones. Una es que hay mucho inversor institucio­nal que busca cosas seguras, y por eso apuesta por producto core en mercados fuertes, grandes ciudades», explica Rafael Bou. Y el otro factor clave es que los flujos de inversión «van a los países que tienen un crecimient­o del PIB superior a la media. España, Irlanda y Alemania están creciendo por encima del 1,5% y por eso están teniendo mucho flujo de inversión». Si Draghi no cambia el paso, el refugio inmboliari­o seguirá muy concurrido en 2018.

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