«La prima de riesgo del bono español podría bajar todavía más»
Todos hemos aprendido a no subestimar a Draghi. Ha demostrado destreza en su manejo de las expectativas de los mercados. Es justo pensar que cualquier cambio en las políticas será muy progresivo. Aunque Benoît Coeuré (miembro del BCE) ha afirmado que de momento la fortaleza del euro no es preocupante, dudo que Draghi quiera ser el catalizador que empuje a la divisa aún más hacia arriba.
—Se habla de que el «bund» alemán está caro, pero la prima de riesgo de países periféricos, como España, se ha estre- chado a mínimos previos a la crisis del euro en 2012. Es cierto que hay elecciones en Italia este año, pero el castigo a la deuda gubernamental italiana nos pareció exce- sivo. Me pregunto si no fue más bien un contagio por la situación política en España. Ahora el sentimiento inversor está cambiando. Está quedando claro que los comicios italianos el 4 de marzo no suponen verdaderamente un riesgo político. Y lo mismo con España. Las tensiones políticas en Cataluña se han relajado. La agencia Fitch acaba de subir el rating de España y lo más probable es que las demás sigan su estela. —Pero la prima de riesgo de España ha llegado a bajar de los 80 puntos básicos. ¿Es una valoración adecua- da teniendo en cuenta que el BCE va a ser más restrictivo en su compra de activos este año?
Es que la reducción de las compras del banco central de hecho es positiva para los periféricos porque el impacto en la deuda alemana será mayor y esto, en comparación, fomentará un estrechamiento de los diferenciales. Nadie sabe cuál es realmente el precio justo del bono español, pero la tendencia seguirá siendo positiva, por lo que la prima de riesgo podría bajar aún más. —Los bancos centrales han sido los principales compradores de deuda gubernamental. Ahora que se reti- ran, ¿quién asumirá su papel?
Es la encrucijada del año. El comprador «automático» de la deuda se está retirando y la gran pregunta es si el sector privado asumirá su papel. Y el dilema es aún mayor en EE.UU. Como consecuencia de las políticas de Donald Trump el déficit del país está aumentando, por lo que tienen que acudir aún más al mercado para financiarse, en un contexto en el que la Fed no solo ha reducido sus compras sino que está vendiendo los activos en su balance. En Europa, en cambio, la necesidad de financiación es inferior ya que el déficit se está, de hecho, reduciendo. Dicho lo cual, los bancos centrales seguirán controlando una parte más que significativa de la deuda gubernamental emitida, por lo que seguirán siendo quienes marquen el ritmo. Seguirán teniendo capacidad de estabilizar los mercados si fuese necesario.