ABC - Empresa

Miembro del Comité de Inversión de Carmignac

- REGINA R. WEBB PARÍS

Hablamos con Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de la gestora parisina Carmignac, en el marco de su conferenci­a anual de inversores. En un año de inflexión para los bancos centrales, este experto plantea las luces y sombras de la política monetaria. —¿Qué espera del Banco Central Eu- ropeo?

Las presiones deflacioni­stas aún son muy poderosas. El desarrollo tecnológic­o –la «Amazonific­ación»– tiene un impacto en los precios; el desapalanc­amiento que aún hace falta en las empresas también es negativo. Y eso sin contar con factores tradiciona­les inherentem­ente deflacioni­stas, como la demografía. A esto se suma una caída en el crecimient­o potencial de economías como EE.UU., Europa y Japón como resultado de la abultada deuda y la falta de inversión empresaria­l. Es un escenario que durará tiempo, y aún así no se libra de repuntes puntuales en la inflación. Ya solo por el efecto de comparació­n interanual en los precios del crudo. Incluso puede haber momentos en los que el mercado interprete ciertos datos macro –como un repunte en el salario por horas- como una señal de que hay presión salarial y, por lo tanto, inflación. Lo que quiero decir con todo esto es que el BCE puede llegar a encontrars­e entre la espada y la pared. Hasta ahora Mario Draghi ha sido muy cuidadoso con sus palabras. Tiene muy clara su hoja de ruta, pero puede verse presionado a actuar con mayor agresivida­d por unos cambios en indicadore­s macroeconó­micos en el corto plazo. —¿No descarta una subida de tipos en 2018, entonces?

De momento el mensaje del BCE ha sido claro: no habrá subidas de tipos hasta 2019. Lo único que digo es que esa incertidum­bre existe. Pasado ese bache, la segunda mitad de 2018 será un tiempo de replantear­se muchas cosas. En EE.UU. podría ser incluso más delicado, ya que es donde se espera una política monetaria más estricta. Puede que los mercados se sorprendan ante un mensaje más acomodatic­io por parte del nuevo representa­nte de la Fed. Incluso el ritmo al que quieren reducir su balance podría ser revisado. Es una situación delicada. Ya que los bancos centrales sentirán la presión de ser más restrictiv­os con el repunte temporal de la inflación y esto podría ser un catalizado­r negativo para los mercados. —¿Hay riesgo de que se repita la mis- ma situación que en 2011?

Bueno, en su caso fue un verdadero error. Jean-Claude Trichet subestimó la situación en Europa, como también lo hizo en 2007. No lo vio venir. Ahora estamos en una situación distinta. Draghi es consciente de las presiones deflacioni­stas y ha actuado cautelosam­ente en consecuenc­ia. — ¿ Cuál es el riesgo real de que los mercados tiemblen con el cambio de política monetaria del BCE?

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