ABC - Empresa

El kilómetro cero del viaje hacia el abismo

La caída de Lehman Brothers

-

Los empleados de Lehman recibían las malas noticias sobre la compañía en una reunión de emergencia personales –la foto de la familia, una pluma especial, el tarjetero– para salvarlos de la quema. Después de un fin de semana de infarto, en el que se discutió su posible rescate, una venta a la baja a un competidor –Bank of America y Barclays eran los principale­s candidatos– o su quiebra, prevaleció la última opción. Los reguladore­s dejaron caer al cuarto mayor banco de inversión de EE.UU. en el episodio más recordado de la crisis financiera.

Lehman Brothers no hizo algo muy diferente a otros bancos en aquella década que estrenó el siglo, en la que el negocio inmobiliar­io ayudó a dejar atrás las penas del estallido de la burbuja «punto com». El banco, fundado en 1850, cabalgó como nadie la burbuja hipotecari­a: compró entidades dedicadas a la concesión de hipotecas – incluidas dos especializ­adas en hipotecas de baja calidad– y se metió de lleno en la venta de activos respaldado­s por hipotecas – en muchas ocasiones tóxicas, de baja calidad–, como hicieron el resto de entidades, y que acabaron envenenado al sistema financiero cuando estalló el mercado hipotecari­o. Pero Lehman Brothers fue más lejos que nadie: en 2007, el mismo año en el que estalló la burbuja inmobiliar­ia, suscribió más activos respaldado por hipotecas que ningún otro banco y llegó a acumular 85.000 millones de dólares en estos títulos.

Su estrategia le había dado buen resultado. De 2005 a 2007, Lehman Brothers batió año tras año su récord de beneficios. En 2007, llegó a los 4.200 millones de dólares, frente a unos ingresos de 19.300 millones. En febrero de ese mismo año, el precio de su acción batió su récord, con 86,18 dólares, lo que le daba una capitaliza­ción de mercado de 60.000 millones.

Para aquel entonces, las grietas de la burbuja inmobiliar­ia empezaban a asustar. Los incumplimi­entos en los pagos de hipotecas se acumulaban, lo que ponía en peligro el negocio de be- neficio rampante del que disfrutaba la banca y la caída de Lehman Brothers se precipitó. Su exposición a un mercado hipotecari­o en derrumbe le condenó a la quiebra. En marzo de 2008, el colapso de Bear Sterns –fue comprado a saldo por JPMorgan Chase– fue el anticipo de su bancarrota.

Los más de 25.000 empleados de Lehman Brothers se fueron a la calle, de forma literal, de la noche a la mañana. La quiebra de una entidad con más de 600.000 millones de dólares en activos la convirtió en la mayor bancarrota de la historia.

A pesar de su importanci­a, la de Lehman Brothers fue solo la guinda de la crisis que arrancó en 2008, un colapso financiero de proporcion­es bíblicas, solo comparable a la Gran Depresión de 1929. Dos semanas después de la bancarrota de esta entidad, la Bolsa se hundió, con la mayor caída en puntos del índice Dow Jones, 777 puntos, hasta la que sobrepasó los mil puntos a comienzos de este año.

La crisis pulverizó cerca de ocho billones de dólares en el mercado de valores entre finales de 2007 y 2009, provocó una caída global del crecimient­o económico del 4%, destrozó nueve millones de empleos –el paro en EE.UU. llegó a estar en el 10%, una cifra muy alta para la economía estadounid­ense–

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain