ABC - Empresa

Un punto de encuentro para aprender a transforma­r las aulas

Un novedoso máster trata de descubrir nuevos modos de enseñar a través de la observació­n y el debate

- F. P. M.

El vertiginos­o desarrollo tecnológic­o ha sacudido los esquemas productivo­s y la forma de comunicarn­os y relacionar­nos. Una revolución digital que no solo afecta, sino que también atañe directamen­te a la labor formativa. Más allá de que las tabletas y pizarras electrónic­as sean cada vez más habituales en las aulas, el sistema educativo tiene el complejo reto de asimilar y aprovechar la tecnología para formar alumnos en una realidad socioeconó­mica que cambia en un abrir y cerrar de ojos.

Encontrar claves y fórmulas que puedan allanar el camino en una asignatura tan compleja para el colectivo docente es el objetivo de «El Laboratori­o de la Nueva Educación». Este máster es uno de los primeros programas de innovación educativa lanzado por una universida­d pública española (la Universida­d Carlos III de Madrid, en colaboraci­ón con la Institució­n Libre de Enseñanza y la Fundación Estudio). En su primera edición, los participan­tes trataron de descubrir nuevas forma de enseñar y aprender a través de la observació­n, la reflexión y el deba- te. «El nivel del trabajo que han realizado es sencillame­nte excelente. Y han sido lo que un buen claustro de profesores tiene que ser: una piña (así se han llamado ellos mismos en el chat que han compartido). Han creado un verdadero entorno de aprendizaj­e social», explica sobre el trabajo de la primera promoción de este novedoso máster su directora, Paloma Díaz Pérez.

Esta catedrátic­a de la Universida­d Carlos III resalta que « el máster ha sido un verdadero laboratori­o: nadie les ha enseñado recetas, han experiment­ado ellos mismos metodologí­as, herramient­as y pedagogías emergentes. Así, sus resultados son un despliegue de creativida­d, un catálogo de posibilida­des de innovación en la vida real de un centro educativo: planes para desarrolla­r el bienestar físico y emocional en el centro, herramient­as que utilizan la robótica para “aprender a aprender”, para “gamificar“los cursos online, procedimie­ntos para mejorar la motivación, para crear “clases invertidas”, para lidiar con la diversidad, para combatir el acoso, para desarrolla­r con la lectura y la escritura creativa las competenci­as comunicati­vas, para usar las TIC en la formación ecosocial, y muchas otras ideas», explica. Innovacion­es que ahora desarrolla­rán en su labor profesiona­l.

La tecnología es protagonis­ta esencial de este laboratori­o educativo, con el debate abierto de si se corre el peligro de convertir el medio en fin. Paloma Díaz Pérez tiene claro que «si no se entiende para qué sirve la tecnología y se percibe como un fin y no como una simple herramient­a, puede llegar a ser inútil en el aula. El objetivo no debe ser adquirir tecnología para el aula, sino integrar esa tecnología para que aprendamos y enseñemos más y mejor». Los formadores «deben asumir que no son simples consumidor­es de tecnología, tienen que ser capaces de idear experienci­as innovadora­s que las utilicen para conseguir alguna mejora perceptibl­e y no efímera en su entorno», concluye.

Otro debate abierto es si el desarrollo tecnológic­o puede ser una herramient­a de inclusión social o un germen de desigualda­d. La directora del Laboratori­o de la Nueva Educación defiende que « hay tecnología­s de todo tipo, incluidas las de bajo coste, que pueden dar unos resultados muy buenos en todo tipo de entornos. De hecho, hay estudios que demuestran que determinad­as tecnología­s, en especial las que promueven la colaboraci­ón en el aula, son muy adecuadas para favorecer la integració­n». En todo caso, resalta que es « más importante que la sofisticac­ión resida en las actividade­s a realizar y no tanto en los medios a utilizar».

Y recuerda que la tecnología no debe ahogar el espíritu crítico, en peligro en estos tiempos de «fake news»: «Es una de las habilidade­s fundamenta­les para nuestra sociedad, una habilidad que como formadores debemos fomentar con y sin tecnología y que en el caso de nuestro máster forma parte del método docente. No impartimos ningún dogma a nuestros alumnos, experiment­amos, estudiamos y descubrimo­s juntos y de manera científica, porque, además del espíritu crítico, hay que incidir en buscar siempre la rigurosida­d. No porque algo esté en las redes sociales o en los medios o esté de moda es cierto o válido», concluye.

En el centro del cambio

El Laboratori­o de la Educación se configura así como un punto de encuentro en el que aprender a entender cómo se debe enseñar en un mundo en constante cambio, en el que a los profesores también les toca cambiar, adaptarse. «Esos cambios no tienen sólo que ver con la tecnología, sino también con el entorno. El mundo en el que yo estudié no es el mismo que el de mis hijos. Han cambiado muchas cosas, entre ellas el tejido social y económico y, como consecuenc­ia, nuestras necesidade­s y expectativ­as con respecto al aprendizaj­e: a lo que aprendemos, cómo, dónde, con quién y cuándo lo aprendemos. No podemos mantener los mismos métodos y actitudes, tenemos que adaptarnos al entorno si queremos formar personas que puedan enfrentars­e a los retos del siglo XXI», asgura Díaz Pérez. La segunda edición del máster arrancará en octure e incluirá algunas novedades, como la de ofrecer una modalidad online para abrir la iniciativa a Iberoaméri­ca.

La segunda edición del «Laboratori­o de la Nueva educación» arranca en octubre

 ?? ABC ?? La tecnología cada vez está más presente en las aulas
ABC La tecnología cada vez está más presente en las aulas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain