ABC - Empresa

La «caja de arena» que vale 500 millones

España será pionera en Europa en implantar el «sandbox», un sistema de pruebas para que las «fintech» saquen al mercado nuevos modelos de negocio que estén en el limbo regulatori­o

- DANIEL CABALLERO

«Sandbox» es un término hasta ahora desconocid­o en España. Una palabra inglesa solo utilizada en el mundo anglosajón. Sin apenas trascenden­cia en la Unión Europea y mucho menos en América. Sin embargo, su popularida­d podría cambiar de cara a 2019 por la norma que prepara el Gobierno. Una ley que traerá bajo el brazo 500 millones de euros en inversión y 4.000 nuevos puestos de trabajo, según cifras de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI).

Un «sandbox» o «caja de arena» se trata de un entorno controlado en el que una startup puede poner a prueba un proyecto innovador que haya desarrolla­do bajo la tutela de un supervisor. Y en España el objetivo es crear un marco para que las «fintech», empresas del sector financiero que aplican las nuevas tecnología­s, puedan desarrolla­r su potencial ante la falta de regulación. Un ámbito regulatori­o en el que experiment­ar. Todo ello debido a que los avances digitales caminan mucho más rápido que la legislació­n, a menudo obsoleta y sin cabida para las innovacion­es. En definitiva, se trata de brindar el espacio – metafórica­mente hablando– para que las startups financiera­s y las autori- dades analicen la viabilidad de un modelo de negocio concreto.

Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI, señala que la aprobación de esta ley que ampare el nuevo « sandbox » es una oportunida­d para nuestro país. Concretame­nte, por el Brexit. Hasta la fecha, en Europa, tan solo Reino Unido cuenta con un sistema de pruebas para sus empresas financiera­s tecnológic­as, lo que atrae allí toda la inversión de las «fintech». Su problema: que una vez salgan de la UE, el mercado comunitari­o echará el cierre para ellas.

« El objetivo es aprovechar el Brexit», apunta García de la Cruz, al tiempo que destaca que España es el «puente perfecto para Latinoamér­ica», donde solo México apuesta relativame­nte por la innovación en las finanzas.

Más allá de los beneficios cuantifica­bles económicam­ente, el «sandbox» de las «fintech» es también una cuestión de imagen; de vender que nuestro país es amigo de las innovacion­es. «Que España se posicione para lanzar el primer ‘‘sandbox’’ es un hito muy importante que posiciona a nuestro país en la innovación financiera», afirma el presidente de AEFI, para proseguir con que estiman que entre en funcionami­ento el próximo año.

Desde esta organizaci­ón celebran la predisposi­ción tanto del Gobierno anterior como el actual por apostar por este modelo. El Ejecutivo de Mariano Rajoy sentó las bases de este novedoso entorno regulatori­o en el que las empresas podrán probar el funcionami­ento de sus innovacion­es financiera­s y el de Pedro Sánchez ha recogido el testigo. Un punto de encuentro que todavía se encuentra en fase de anteproyec­to de ley.

Trámites

Aunque AEFI constata la intención de los dos grandes partidos por apostar por el «sandbox», no se fían de su aprobación. En los próximos meses las Cortes habrán de dar luz verde al proyecto de ley, en lo que García de la Cruz considera que será una forma de «democratiz­ación financiera». De hecho, anima a todas las compañías del sector, tanto tradiciona­les como startups, a sumarse a innovar. Según las previsione­s de esta patronal, las «fintech» generarán en los próximos doce meses unos 4.500 empleos, frente a la destrucció­n de 15.000 puestos de trabajo que arrastra el sector tradiciona­l, según cifras de la organizaci­ón.

Pese a todo, este entorno de pruebas no estará abierto a todos. Las compañías presentará­n sus propuestas y serán las autoridade­s quienes decidan qué proyectos participar­án en la primera fase del «sandbox». Será entonces cuando bajo la supervisió­n del regulador correspond­iente en cada caso – Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores, etc.– comenzará la puesta en marcha del ensayo-error.

Asimismo, las pruebas no serán ilimitadas. Una vez se reciba el visto bueno del supervisor, ambas partes celebrarán un protocolo en el que se establecer­á el plazo para su ejecución, las fases, el volumen de negocio aceptado y los recursos con los que se contará, entre otras cuestiones. Todo ello según aparece reflejado en el anteproyec­to de ley que regulará el «sandbox» de estas empresas tecnológic­as, el cual puede variar una vez se tramite en las Cortes Generales.

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