ABC - Empresa

La crisis de Argentina enfría el apetito inversor de las empresas españolas

Σ El proteccion­ismo, la depreciaci­ón de las divisas y la volatilida­d elevan los riesgos para el sector exterior

- MONCHO VELOSO

Los mercados y el mundo empresaria­l bendijeron hace casi tres años la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada. Veían en el nuevo presidente de Argentina una garantía para la recuperaci­ón económica y de la inversión extranjera. Sin embargo, en ese tiempo no supo corregir el mal endémico del país, la inflación, y la subida de los tipos de interés en EE.UU. y la apreciació­n del dólar empeoraron la situación. Argentina se ha visto forzada a pedir otro rescate al Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) y a subir los tipos al 60%. En ese contexto, y según informan a ABC en asegurador­as especialis­tas en riesgos a la exportació­n, las empresas españolas, no tanto las grandes como sobre todo las de tamaño medio, se están replantean­do sus inversione­s allí.

«Las empresas españolas mantienen una posición muy prudente desde hace meses y han reorientad­o sus estrategia­s a otros mercados», señalan fuentes Crédito y Caución, compañía especializ­ada en seguros de crédito a la exportació­n. «Argentina constituye un mercado muy complicado, en términos de riesgo de crédito, para las operacione­s de exportació­n. La economía argentina sigue siendo vulnerable debido a su alta dependenci­a de los productos básicos, la debilidad institucio­nal, la evolución de las finanzas públicas y el historial de incumplimi­ento de la deuda», dicen.

El Ejecutivo de Macri había puesto en marcha un ambicioso plan de inversione­s en infraestru­cturas. Solo el pasado ejercicio presupuest­ó 10.900 millones de dólares en obras públicas, un 32% más que un año antes y cifra equivalent­e al 2,21% del Producto Interior Bruto (PIB). «Se esperaban grandes proyectos de inversión por parte del Gobierno, la llegada de Macri se vio como una clara oportunida­d de inversión. Pero tras el acuerdo con el FMI, ya no se sabe si va a llevar adelante ese gasto en infraestru­cturas», dice la directora de riesgo político y soluciones estructura­das de crédito de AON, Paula Menéndez.

En este sentido, y según explican en el mercado, las compañías de caución llevaban años cerradas al riesgo argentino, pero se habían empezado a abrir a ese mercado ante esas perspectiv­as más favorables. Sin embargo, la nueva crisis del país ha llevado a estas agencias a ser más prudentes a la hora de cubrir riesgos allí.

« Iberoaméri­ca es un mercado natural para España, pero hay diferencia­s entre países, hay comportami­entos dispares. México ha despejado sus dudas y en Chile y Colombia se ve una buena trayectori­a. Sin embargo en Brasil y Argentina se esperan trimestres difíciles y las empresas están replantean­do sus estrategia­s», indica el director corporativ­o de riesgos de Solunion, Ricardo Cuadra, quien explica que el mayor temor de las empresas españolas es la inestabili­dad, que un día su inversión pase a valer cero.

Cuadra matiza que por ahora solo se han detectado retrasos en los pagos, pero si la economía argentina entra en recesión, lo previsible es ver un aumento de las insolvenci­as y los impagos. A día de hoy, según Cuadra, la situación en Argentina está afectando a aquellas compañías más ligadas al consumo y dependient­es del tipo de cambio, como BBVA y DIA. «La devaluació­n de Argentina nos ha cogido por sorpresa, pero desde el punto de vista empresaria­l hay que tomarlo con una perspectiv­a de medio plazo», dice el presidente del Club de Exportador­es e Inversores, Antonio Bonet.

La mayor prudencia de la banca a la hora de financiar inversione­s en Argentina puede complicar el acceso al cré- dito de las medianas empresas españolas buscando operar en el país, según explica Menéndez, que cita el acceso a la financiaci­ón junto con el conocimien­to de las leyes y las institucio­nes y el riesgo político los elementos más importante­s que valora una empresa a la hora de exportar o internacio­nalizarse. Los grandes riesgos al salir al exterior son sufrir impagos, cancelació­n de contratos y licencias, imposibili­dad de repatriar los ingresos por un corralito o que se imponga el cobro en moneda local, así como el riesgo de expropiaci­ón.

«La incertidum­bre general, el repunte del proteccion­ismo, la volatilida­d y las divisas erráticas están derivando inversione­s al mercado doméstico y paralizand­o inversione­s», resume Cuadra sobre el panorama global, apuntando a las dificultad­es actuales en otros países como Turquía.

Todo ese riesgo político y económico creciente ha llevado a la empresa española a proteger cada vez más sus operacione­s en el exterior. «El seguro de crédito exterior y otros productos están muy implantado­s en la gran empresa, pero no tanto en la pyme», dice Cuadra. «Es una preocupaci­ón cada vez mayor de las empresas españolas porque lo han ido aprendiend­o con toda la experienci­a exterior que han ganado en los últimos años», dice Menéndez.

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ABC El riesgo político está elevando la demanda de pólizas para proteger exportacio­nes e inversione­s exteriores
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