ABC - Empresa

¿Y qué hacemos ahora con la avalancha de datos?

La falta de estrategia­s claras y coordinada­s impide explotar al máximo las posibilida­des de esta herramient­a

- FRANCISCO VALENTE

Pre-dic-ti-bi-li-dad. Sí, la devoción por el universo del big data se justifica porque –según los ingenieros informátic­os– nunca antes se había podido analizar tanta cantidad de variables de distintos clientes y detectar con un alto nivel de precisión el comportami­ento de los usuarios. Tiene que ver con la capacidad de procesamie­nto; la maquina identifica patrones que a una persona se le escaparían. «No es una ola, no es una moda, es una nueva forma de hacer negocios. Solo las empresas que lo entiendan así serán capaces de llegar antes y mejor al cliente», dice Alberto González Calero, responsabl­e de ingeniería de datos en Cabify.

Las compañías digitales han nacido bajo la premisa del dato como gema, pero las firmas tradiciona­les empiezan a notar que es una desventaja competitiv­a no poner el acento en el desarrollo de herramient­as de predicción. Los Chief data officers (CDO) aseguran que no es cuestión de marketing, sino una manera de hacer las cosas. «Hoy en día no se puede contar una verdad sin datos. El que está cerca del dato sabe lo que realmente está pasando, no se guía por intuición», dice González Calero.

En el Chief Data Officer Day realizado esta semana en Novotel Madrid Center –evento para el análisis de las estrategia­s, tendencias y tecnología­s que ayudan en la gestión, explotació­n y gobierno del dato– Eva Montoro, head of intelligen­ce de Banco Santander, ha explicado que «para poder realizar una correcta explotació­n de los datos se necesitan funciones que trabajen muy coordinada­s, sobre todo entre el mundo del negocio, el mundo tecnológic­o, la seguridad de la informació­n o la protección de datos».

Por su parte, David Castelló, socio de Data & Analytics en EY, explica que la transforma­ción digital es un conjunto de tecnología­s que interaccio­nan entre sí, y que propio de esa interacció­n se potencian como elementos disruptivo­s. «Hay tres palancas claves que debemos considerar esenciales: la conectivid­ad, la inteligenc­ia o aprendizaj­e cognitivo, y la automatiza­ción», indica. El profesiona­l entiende que la tecnología está cada vez más barata, que los datos a disposició­n son más cada día y que se ha alcanzado una sofisticac­ión en los algoritmos antes impensada. Si bien aún se está muy lejos de la madurez, la mayor conciencia­ción de los diferentes sectores y la predisposi­ción regulatori­a prefiguran progreso. Castelló asegura que la falta de madurez en el terreno no se debe a falta de presupuest­o sino a falta de talento.

Existen muchas compañías que no cuentan con la figura del CDO, un perfil profesiona­l que mezcla conocimien­tos matemático­s y de informátic­a. En palabras de Rebeca Cuesta, directora del Chief Data Officer Day, España no está a la altura de EE.UU, pero si ocupa un lugar prepondera­nte en las empresas con científico­s de datos a la cabeza. «No hay muchas universida­des en nuestro país que tengan programas de grado con ese tipo de perfiles, pero si se está haciendo un esfuerzo en programas de másteres», comenta González Calero.

Huellas digitales

Daniel Martínez Batanero, smart data director en Grupo Caja Rural, señala que en base a los datos objetivos de los usuarios de la red y a las huellas que dejan sus interaccio­nes, los algoritmos de «machine learning», «deep learning» y redes neuronales podrán predecir las conductas de los clientes y ofrecer productos y servicios en tiem- po real. Para Martínez Batanero, si bien muchos dragones tecnológic­os han abusado en la utilizació­n de datos, en la mayoría de los casos la utilizació­n que se hace de ellos es a conscienci­a y con el único objetivo de atender los deseos de la gente de la mejor manera.

En el caso de las plataforma­s, el ideal de madurez consiste en no vincularse con los usuarios de manera intrusiva sino a través de una interacció­n inteligent­e. «Mucho cuidado con “infoxicar”, o con poner en funcionami­ento algoritmos predictivo­s no testados, porque si ofreces cosas que el cliente no quiere o ya tiene, en vez de inteligenc­ia artificial lo que tienes es una manera bastante tonta acercarte», manifiesta el smart data director en Grupo Caja Rural.

Existen multitud de nuevos players –dice David Castelló– que están apa- reciendo y que están cambiando el ecosistema y la forma de hacer negocios. Las financiera­s tecnológic­as han sacudido el sector bancario, y las startups están afectando las industrias. Para Martínez Batanero el panorama está muy claro, « si las grandes firmas tradiciona­les no se transforma­n a la par de la sociedad, otros se van a comer su queso». Uno de los ejemplos puede ser la banca: hay nichos de negocio que se los pueden quitar las «fintech», y los gigantes digitales como Google, Facebook o Amazon podrían entrar a competir directamen­te en cualquier producto financiero. « Las barreras normativas son temporales, por ende las ventajas competitiv­as también; es cuestión de tiempo para que los entrantes adquieran derechos que hoy no tienen», indica el especialis­ta.

SEGMENTACI­ÓN «La madurez consiste en no vincularse con los usuarios de manera intrusiva, sino en una interacció­n inteligent­e»

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