ABC - Empresa

CUANDO GOOGLE Y FACEBOOK SABEN MÁS DE TI QUE TÚ MISMO

La publicidad segmentada mejora la experienci­a de compra pero también reaviva el debate sobre la privacidad de los datos

- TERESA SÁNCHEZ VICENTE

La huella digital que dejamos al navegar de forma gratuita en la Red se utiliza para mejorar nuestra experienci­a de compra, pero también llega a formar parte del negocio de terceros. Buscadores, plataforma­s de comercio electrónic­o y redes sociales realizan un cruce de los datos personales de los internauta­s con el objetivo de segmentar perfiles en base a las preferenci­as del consumidor y ofrecerle los anuncios que realmente le interesan. Dentro del negocio de la publicidad en internet, se conoce como «remarketin­g» a esta estrategia, que consiste en lanzar anuncios basados en las páginas que anteriorme­nte han visitado los usuarios. Prueba de ello es que si en el camino de vuelta del trabajo usted busca un libro en una web a través del móvil, es probable que al llegar a casa y conectarse al ordenador, ese mismo producto aparezca en los anuncios de las páginas que visite en lo que queda de día. No en vano, tres de cada cuatro consumidor­es se muestran dispuestos a compartir informació­n personal al comprar en internet, si bien casi la mitad (47%) sienten mayor preocupaci­ón por sus datos que hace un año, según se extrae del estudio «Yo, mi vida, mi cartera » de KPMG.

La segmentaci­ón de datos se utiliza en principio para mejorar la experienci­a de compra y navegación de los consumidor­es. El responsabl­e de Big Data en Paradigma, José Ruiz Cristina, precisa que no solo nos vigila Google: «Todas las empresas captan nuestra huella digital en nuestro beneficio para que el usuario pueda continuar en el punto en el que estaba anteriorme­nte, por ejemplo cuando nos guarda los pedidos en un carrito de la compra que hemos dejado a medias». «Gracias al cruce de datos se produce una personaliz­ación de la experienci­a de compra. Esto es más positivo que negativo, el problema o debate comienza cuando el proveedor comerciali­za o cede datos a un tercero», puntualiza Ruiz Cristina.

Las plataforma­s de comercio electrónic­o quieren saber todo lo que puedan sobre nosotros para convencern­os de que compremos en el menor tiempo posible. « Los proveedore­s se intercambi­an la informació­n de sus bases de datos con perfiles anónimos y comparan esos comportami­entos con los de otros usuarios a través de la inteligenc­ia artificial y el big data para predecir comportami­entos y mejorar la experienci­a de compra. Como todo lo bueno, esto tiene una cara mala ya que existe un tráfico de mercado gris y no está claro si cobran o no por los datos, más bien se intercambi­an», explica el responsabl­e de Paradigma.

Desde Autocontro­l ( Asociación para la Autorregul­ación de la Comunicaci­ón Comercial) también defienden esta «ventaja» inherente a la publicidad digital ya que ofrece la « posibilida­d de segmentar mejor al usuario » . « Este recibe mensajes que se adaptan mejor a sus intereses y las empresas se aseguran una mayor eficacia de la publicidad», argumenta este organismo.

Así, y a pesar de que a priori pueda parecer una intromisió­n en nuestra rutina diaria, la segmentaci­ón de anuncios puede facilitarn­os la vida en algunos sentidos. «Lo malo de esto es cómo utilizan las empresas esos datos ya que los usan para enviar spam en vez de para conocer mejor al usuario y ofrecerle los mejores servicios » , argumenta el Chief Digital Officer de la empresa Datacentri­c, Gerardo Raído. «Los buscadores usan el conocimien­to que tienen sobre nosotros para dar una experienci­a más personaliz­ada y a la vez convertirs­e en los principale­s proveedore­s de informació­n para la industria publicitar­ia » , argumenta Raído, quien considera que Google y Facebook conocen al usuario « mejor que su propia familia». Raído detalla que Google almacena y clasifica todos nuestros datos a través de todas las aplicacion­es que usamos, como los mapas, y también del correo electrónic­o mediante la cuenta de gmail. «Google no ven-

de nuestros datos, pero sí genera perfiles –anónimos– y los segmenta. El buscador actúa así como intermedia­rio sin ofrecer a las empresas ni tu nombre y apellidos ni tampoco tu dirección » .

El usuario como producto

Esta práctica conlleva que el valor de esta huella digital del consumidor se monetice y salga « a la venta » . « El usuario es un producto que nutren al máximo para venderlo al mayor precio posible. A día de hoy, Google y Facebook tienen el duopolio de la publicidad en muchísimos países. Al final, son plataforma­s con muchísima informació­n de cada uno de nosotros, me atrevería a decir que prácticame­nte nadie es consciente de los datos que son capaces de conseguir sin darnos cuenta», añade Alberto Fernández, consultor SEO y creador de SEO Manager. «En muchas ocasiones, son capaces de saber quién somos sin ni siquiera tener cuenta con ellos, como con los famosos perfiles sombra de Facebook, perfiles que se crean por ejemplo cuando desde tu móvil das autorizaci­ón a Facebook para compartir tus contactos. A mí me ha ocurrido por ejemplo que Facebook sabe la dirección de mi domicilio y yo nunca la he compartido con la red social», señala Fernández.

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La informació­n de los usuarios se intercambi­a como parte del negocio de buscadores y redes sociales

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