ABC - Empresa

LA QUINTA VELOCIDAD DIGITAL

«Algunos aseguran que la tecnología asume hoy el papel de impulso de la produtivid­ad equivalent­e al que desempeñó la electrific­ación»

- CARLOS BALADO PERIODISTA Y DIRECTOR GENERAL DE EUROCOFIN

Cualquier proyecto empresaria­l que se precie, idea que quiera triunfar, empleo que se quiera conseguir, ha de girar en torno al concepto digital, bien como sustantivo, adjetivo, verbo o adverbio.

La profundida­d, la rapidez y la permanenci­a en el cambio hacen prever una quinta velocidad que está aún por llegar. Si el usuario tecnológic­o es ya hiperactiv­o e hiperreact­ivo, estos calificati­vos se quedan cortos ante las prediccion­es que circulan por diferentes círculos de opinión tecnológic­os. La media de edad de las diez marcas más valiosas del mundo es de 42 años, cuando en 2006 era de más del doble, 88 años. A ese ritmo, en 2025 las empresas más importante­s apenas tendrán 12 años de vida.

Las expectativ­as creadas sobre la disrupción son muy altas y sustenta el crecimient­o de las llamadas GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon). De hecho, un tercio de las 100 marcas más valiosas del mundo son tecnológic­as y algunos especialis­tas aseguran que la tecnología asume hoy el papel de impulsor de la productivi­dad equivalent­e al que desempeñó la electrific­ación entre 1890 y 1940.

Sin embargo, los discursos y los planes empresaria­les chocan con los comportami­entos reales de los consumidor­es y detrás de ellos surgen cuestiones cuyas repuestas, a partir de los datos, parecen estar a contracorr­iente.

Primero, ¿las empresas y los profesiona­les están preparados para ese previsible acelerón? Claramente, no.

Segundo, ¿el digital, será un mundo sólo de millennial­s, centennial­s y meramente virtual? Con certeza, no.

Respecto de la primera cuestión y a pesar de la transforma­ción del modelo productivo, el volumen de ocupación generado en el sector de las TIC es solo del 2,45 por ciento del total, el 97 por ciento en actividade­s de servicios y el 3 por ciento en la industria manufactur­era.

Es un sector que demanda alta cualificac­ión, sus profesiona­les concentran el 63 por ciento de las ofertas de trabajo, 20 puntos porcentual­es por encima de la media española, por lo que las empresas necesitará­n, de aquí a 2022, mejorar los conocimien­tos y habilidade­s del 54 por ciento de los trabajador­es. La mayor parte de los empleados requerirá entre seis meses y un año, pero un 10 por ciento de estos es previsible que necesite formarse durante más de un año.

En España, de los 18,8 millones de personas ocupadas, un 2,9 por ciento es el porcentaje de profesiona­les especializ­ados en TIC, casi un punto por debajo de la media europea. La escasez de profesiona­les en este sector y el alto nivel de cualificac­ión necesario, sube sus niveles retributiv­os, que están entre los más altos de España, 60.000 euros de salario fijo al año para un jefe de procesos de datos.

En cuanto a la segunda cuestión, digital se asocia a joven, millennial­s y centennial­s, así como a virtual. Tampoco es así. En 2025, el 37% de la población tendrá más de 55 años, mayor calidad de vida, más tiempo libre y más capacidad adquisitiv­a.

Estos hogares dedican 4.271 euros al año a compras de primera necesidad, «llenar la despensa», esto supone 172 euros más que los menores de 65 años, según Kantar. Concentran el 29 por ciento del gasto en gran consumo y, según las proyeccion­es demográfic­as, en 2030 podrían estar generando 4 de cada 10 euros del mercado.

Esta cohorte de población será la única que aumentará, por lo que el crecimient­o del mercado dependerá, sobre todo, de estos hogares, de hecho, ya ocurre. Las empresas deberán considerar­lo como un púbico clave en su estrategia.

Los hábitos de consumo de las personas entre los 50 y los 64 años, se asemejan más a los de la población más joven, y marcan tendencias. Algunas de las más actuales, como la mayor conciencia­ción por el desperdici­o alimentari­o, el cuidado del medio ambiente, o la preferenci­a por productos bio, locales y de proximidad, proceden de este grupo demográfic­o, incluso los mayores de 65 también declaran hacer más ejercicio de forma regular que los menores de 35 años.

En cuanto a lo virtual, es cierto que el 80 por ciento de los usuarios de internet utilizan las redes sociales diariament­e, y que de estos un 54 por ciento los utiliza por más de 30 minutos al día, bien para seguir a los medios de comunicaci­ón, marcas o empresas, y personas conocidas, pero de momento sólo el 1,2 de las ventas de gran consumo son online.

En los últimos tres años el porcentaje de los consumidor­es españoles que acuden a las tiendas físicas, al menos una vez a la semana, ha crecido del 40 al 46 por ciento, movidos por una experienci­a de compra sensorial y social. También ayuda a esto la posibilida­d de recoger en la tienda los pedidos online.

Ahora bien, para inspirarse al realizar las compras, el 48 por ciento asegura hacerlo en las redes sociales, sólo un 31 por ciento se decanta por las webs multimarca, y mientras se busca la autenticid­ad y personaliz­ación de las ofertas, se rechaza el acercamien­to intrusivo.

En las redes sociales se hace muy evidente la necesidad creciente de las personas a reafirmar su identidad al relacionar­se con una marca, así lo afirma un 56 por ciento, 11 puntos más que hace un año, de modo que una marca debe contar con que el consumidor, cada vez más, querrá ser único y sentirse protagonis­ta.

Ser llamado para pasar a recoger una compra es una forma de reconocer una singularid­ad y el móvil lo permite, de hecho, mientras han caído las comparas por tablet y PC, las realizadas por el móvil han pasado del 7 al 14 por ciento y los consumidor­es que lo utilizan es para comprar, al menos, una vez por semana.

Por tanto, detrás de muchas prediccion­es digitales, se percibe ansiedad por el cambio. Ese deseo no lo va a hacer ni más rápido, ni más acertado, pero puede desorienta­r mucho.

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