Prudencia, la actitud que debe gobernar su cartera de fondos en 2019
Los expertos opinan que hay que mantener exposición al mercado pero con estrategias marcadas por la cautela Gestión activa, selección de valores y bonos, sesgo «value» y acciones de dividendo son algunas de las apuestas en las que coinciden los gestores
Como cada final de año, los inversores se enfrentan a la tarea de revisar la cartera y hacer los ajustes necesarios para tratar de que ésta arroje el mejor comportamiento posible el ejercicio siguiente. En esta ocasión, se trata de una labor complicada, por mucho que las gestoras y bancos de inversión publiquen un aluvión de previsiones económicas para ayudar en la tarea. Se espera un año con mucha volatilidad y difícil de interpretar.
En concreto, la cuestión clave que preocupa al mercado es la madurez del ciclo económico. «Lo más importante de cara a 2019 será ver cuál es el ritmo de desaceleración de la economía mundial y estadounidense tras tantos años seguidos de crecimiento», apunta José María Luna, director de análisis y estrategia de Profim. En ese sentido, los inversores están muy pendientes estos días de uno los indicadores que pueden dar pistas sobre el ritmo de ralentización macroeconómica: el aplanamiento de la curva de tipos en Estados Unidos. Pero, ¿en qué consiste este fenómeno que acapara casi tanta atención como en su momento la prima de riesgo?
Los expertos dicen que la curva de tipos «se ha aplanado» cuando se exige menos rentabilidad por la deuda a largo plazo (habitualmente, el bono a 10 años) que por el papel a corto (normalmente, a 2 años). Este fenómeno suele producirse cuando los inversores anticipan que la economía podría entrar en recesión en el corto-medio plazo, de manera que los bancos centrales se verían obligados a bajar los tipos. «Todo el mundo está muy pendiente de eso. Históricamente, en los últimos 50 años, esto ha anticipado una recesión con una altísima fiabilidad y con un plazo de anticipación de entre 12 y 14 meses. Y, ahora mismo, se está aplanando. Casi se está pagando lo mismo por el 2 años americano (en torno al 2,8%) que por el 10 años (en torno al 2,9%)», una señal que no trae buenos augurios sobre la economía mundial, según este experto. Aunque pocos son los que creen que la recesión esté ya encima. Más bien, se espera una ralentización del crecimiento. Bank of America Merrill Lynch, por ejemplo, anticipa una expansión global del 3,6% en 2019 ( por debajo del 3,8% previsto para 2018 pero todavía robusta).
En todo caso, el ciclo no es el único factor de incertidumbre. Los conflictos geopolíticos como las tensiones arancelarias, el Brexit o los problemas presupuestarios de Italia también preocupan, precisamente, porque podrían afectar negativamente a la economía planetaria.
En este contexto, los expertos creen que la prudencia y la cautela deben gobernar las carteras de fondos de cara al ejercicio que viene. «Pensamos que la situación actual invita a la prudencia con el objetivo de aprovechar las oportunidades que nos ofrezca el mercado si observamos fuertes correcciones en los activos», asevera Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas. Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, coincide con él: «Pensamos que 2019 va a ser un año marcado de nuevo por la volatilidad y la incertidumbre. Esa incertidumbre hace que no tengamos claro cuál va a ser el mercado que tiene más perspectivas, el claro ganador que sí hemos designado otros años. Eso hace que apostemos por carteras muy diversificadas. Asimismo, hay formas de estar en los mercados pero no tan expuestos al riesgo. Por eso, en 2019 no va a ser tan importante en qué mercado estás sino a través de qué estrategia».
El momento del value
En ese sentido, muchos de los expertos consultados creen que la gestión activa va a funcionar mejor que la pasiva el ejercicio que viene, debido a esa gran volatilidad. «La gestión activa debería ser primordial en las inversiones para tratar de buscar las oportunidades que se ofrezcan allá donde se ofrezcan » , apunta del Molino. En concreto, la selección estricta de ac- tivos ( « stock picking » , en inglés) jugará un papel importante, pues los gestores opinan que va a haber mucha divergencia en el mercado. A ese respecto, después de una década de mejor comportamiento de las acciones de tipo crecimiento ( « growth » ) frente a las de valor («value»), los gestores creen que ha llegado el turno de las segundas.
Las acciones de tipo valor se corresponden con empresas de sectores maduros, que cuentan con fuertes barreras de entrada y resultados estables. Ejemplo de este tipo de compañías son las eléctricas o las de consumo no cíclico, que suelen coincidir con corporaciones que reparten sus beneficios entre los accionistas en forma de dividendos. Por el contrario, las acciones denominadas « de crecimiento » son las de compañías en fase de expansión que, a menudo, reinvierten los beneficios en la expansión del negocio. « Que estemos en la fase final del partido no tiene por qué signifi-
car salir de la Bolsa, pero se impone buscar sectores y compañías que han sido poco seductores pero que no están muy endeudados, que tienen flujo de caja, están bien dirigidos y no están caros. Todo conduce hacia el ‘‘value investing’’: compañías con buen dividendo, pero en el sentido de recurrente, no de abultado, pero extraordinario » , opina Luna sobre este asunto.
Farrás está de acuerdo: «Nos gustan las compañías de valor frente a las de crecimiento. Tras ocho años con un comportamiento relativo mejor de las compañías de crecimiento frente a las de valor, pensamos que esta situación se revertirá a futuro (existe una dispersión muy alta entre las compañías más caras y las más baratas, algo que no veíamos desde el año 2000)».
En cuanto a productos concretos, para «estar en Europa de forma más defensiva, basándonos en dividendo y en reparto » , Del Molino propone el Schroder International Selection Fund European Equity Yield, un fondo de renta variable europea de sesgo valor, diseñado para repartir un 4% trimestral y que se centra en compañías de gran capitalización con dividendos altos y constantes. «El fondo lleva un 7% de más frente a su índice de referencia», destaca Del Molino, quien también apuesta por el European Dividend Maximizer, « que reparte un 7% trimestral y que, lanzado desde 2007, siempre ha cumplido el objetivo de reparto».
Por su parte, en Fidelity defienden «un enfoque defensivo, global y muy flexible que permita mover la inversión rápidamente, tanto a nivel geográfico como entre distintos tipos de sectores y activos según las circunstancias, pues siempre hay varios mercados que lo están haciendo bien en algún lugar del planeta». En este sentido, cuentan con el FF - Global Multi Asset Income Fund, que casa con esta filosofía de inversión. Asimismo, desde Fidelity consideran que el uso de coberturas puede ofrecer «un plus de protección adicional» para los inversores más sofisticados.
Por otro lado, tanto Fidelity como Schroders y otras casas de inversión coinciden en opinar que los mercados emergentes pueden ser una oportunidad en 2019. En Schroders proponen entrar en este mercado a través de un fondo de deuda que tiene una protección adicional: el objetivo de no perder dinero en periodos de 12 meses. Se trata del Emerging Markets Debt Absolute Return.
Inversión temática
Asimismo, la inversión temática es otra de las apuestas de los expertos. Luna prefiere los fondos centrados en envejecimiento mientras que en Fidelity proponen el FF - Sustainable Water and Waste Fund, un fondo de renta variable recién lanzado con el objetivo de generar elevadas rentabilidades ajustadas al riesgo, invirtiendo en empresas que diseñen, fabriquen o vendan productos relacionados con la gestión del agua y los residuos.
Por último, para inv ersores muy conservadores, Fidelity propone el Global Short Duration Income Fund, un producto de renta fija que invierte en bonos tanto de alta rentabilidad como corporativos de alta calidad a nivel mundial, pero manteniendo una calificación media de buena calidad a un plazo máximo de 3 años.
Las estrategias de reparto son una de las opciones preferidas de los expertos para el ejercicio que viene