Naturgy crea un fondo para rehabilitar hogares vulnerables Voluntarios de la energética y personal de entidades sociales visitan las viviendas
Más de la mitad de los edificios en España son anteriores a la aplicación del primer código técnico de edificación, CTE-79 de 1980, lo que implica deficientes condiciones de eficiencia energética, como el aislamiento en las paredes, carpintería exterior, techos, etcétera. Ante la dificultad de la rehabilitación integral de todos los edificios, la Fundación Naturgy promueve reformas exprés y de bajo coste para mejorar las condiciones en hogares vulnerables.
Colocar alfombras en suelos mal aislados, persianas en las ventanas, vidrios, pinturas aislantes o aislamientos en los muros mejora las condiciones de bienestar térmico a un bajo coste, ya que la pobreza energética va indisolublemente asociada a la pobreza en general. Para afrontar este tipo de sencillas medidas, pero a las que no pueden acceder las familias más vulnerables, la Fundación Naturgy ha creado un fondo solidario para la rehabilitación energética de este tipo de viviendas, en colaboración con entidades del tercer sector como Cáritas y Cruz Roja, entre otras.
Las contribuciones al fondo de clien- tes, empleados y ciudadanos en general serán igualadas por la propia fundación de la compañía energética, asegura Martí Solà, director general de la Fundación Naturgy.
«Muchas familias vulnerables ya tienen un consumo energético muy bajo porque no utilizan calefacción y reducen al máximo el uso del agua caliente», comenta Martí Solà, quien señala que por eso «la actuación de nuestros voluntarios permite que con el mismo consumo o coste energético, puedan aumentar el número de días de confort de las familias con pequeñas intervenciones». «Queremos formar parte de la solución del problema de la pobreza energética», asegura el directivo de la fundación.
En ese sentido, la institución puso en marcha a mediados de 2016 una Escuela de energía, que ha formado a más de 10.000 personas en alrededor de 900 sesiones en toda España, y ha establecido acuerdos con entidades del tercer sector que trabajan con familias vul- nerables. Lo hacen con la ayuda de 475 voluntarios empleados de Naturgy, que hasta el momento han atendido a 1.275 familias, con asistencia presencial en 437 hogares y con la rehabilitación exprés de un total de 108 viviendas en su mayoría dependientes de las entidades del tercer sector, mientras también ha realizado 98 talleres, sobre todo a trabajadores sociales, que son los que principalmente tratan a las familias vulnerables. Los voluntarios de Naturgy, acompañados de personal de las entidades sociales, miran la factura y potencia contratada de las familias para adecuarla a sus necesidades, repasan las temperaturas de consigna del frigorífico y congelador, y aconsejan cuestiones básicas como no poner varios electrodomésticos a la vez y utilizar pro- gramas cortos y con agua a temperatura ambiente en las lavadoras. Además, en las visitas a los hogares más pobres se revisa el estado de la vivienda, «ya que en muchos casos faltan vidrios», señala Martí Solà, y entregan bombillas LED de bajo consumo, ponen burletes en las ventanas y difusores de agua con objeto de reducir el consumo de agua y de energía.
Investigación en 4 ciudades
Las soluciones que promueve la Fundación Naturgy siguen las pautas del estudio « Rehabilitación exprés para hogares vulnerables. Soluciones de bajo coste», una investigación realizada en cuatro ciudades españolas ( Madrid, Barcelona, Sevilla y La Coruña), auspiciada por la entidad social del grupo energético y dirigida por la arquitecto Margarita de Luxán, catedrática emérita de la Universidad Politécnica. El estudio propone 77 soluciones constructivas divididas en cinco grandes categorías: paramentos, techos, suelos, carpintería y protecciones solares, indicando el coste de instalación de cada una de ellas, su peso, eficacia y los lugares donde se comercializa, entre otras características.
El objetivo es implementar medidas pasivas de fácil instalación que se puedan realizar desde el interior de la vivienda, sin que sea preciso solicitar licencias de obras, permisos de la comunidad de propietarios e incluso evitar la intervención de arquitectos.
Ese tipo de actuaciones, que ya aplican en otros países europeos, ayudan a las familias en riesgo de exclusión a mejorar considerablemente las condiciones de habitabilidad de sus viviendas, llegando a desaparecer las temperaturas más bajas (por debajo de los 10 grados) y las más altas (por encima de los 30 grados), todo ello sin tener que incrementar el consumo de energía.
Según el estudio dirigido por De Luxán, en el caso de Madrid, alrededor de un 23% de la población se encuentra en situación de pobreza energética o monetaria. De los 1,38 millones de hogares madrileños, el 8% se encuentra en situación «mala» o «deficiente», porcentaje similar al de Sevilla (9%), mientras en Barcelona se sitúa en el 14% y en A Coruña es del 26%.