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¿POR QUÉ LA FED SIGUE ELEVANDO LOS TIPOS DE INTERÉS?

- MARTIN FELDSTEIN PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDA­D DE HARVARD

Aprincipio­s de diciembre, el Comité Federal de Libre Mercado (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal de Estados Unidos votó por unanimidad elevar el tipo de interés de corto plazo en un cuarto de punto porcentual, llevándola de 2,25% a 2,5%. Fue el cuarto aumento en 12 meses, secuencia que se había proyectado hace un año, y además los miembros del FOMC indicaron que habría dos aumentos más de un cuarto de punto en 2019, anuncio que pronto generó una desaprobac­ión generaliza­da.

Los críticos hicieron notar que en el último trimestre el crecimient­o económico había disminuido y la medida preferida por la Fed para la inflación (la tasa de aumento del precio de los gastos del consumidor) había caído por debajo del objetivo del 2% oficial. Puesto que la Fed había señalado por largo tiempo que su política de tasas de interés « dependía de los datos», ¿por qué continuó con su plan anunciado de seguir restringie­ndo las condicione­s monetarias?

La declaració­n del FOMC en que anunciaba este último aumento del tipo de interés no dio razones explícitas. Los comentario­s del presidente de la Fed Jay Powell en su conferenci­a de prensa tampoco dieron ninguna razón para mantener el alza de tipos planeado originalme­nte, a pesar de la desacelera­ción económica. La determinac­ión del nivel adecuado de los tipos de interés depende del equilibrio de una serie cambiante de considerac­iones. Entonces, ¿qué considerac­iones podría haber tenido en mente el FOMC al decidir la tasa este mes y proyectar una más elevada en 2019?

Hay tres posibilida­des. Primero, el nivel actual del tipo de interés real ( ajustado a la inflación) es notablemen­te bajo. La tasa de inflación anual más reciente fue del 2,2%, según lo mide el Índice de Precios al Consumidor. Si se resta esa inflación de la tasa de interés nominal de fondos federales, resulta que la tasa de interés real fue ligerament­e negativa antes de esta alza reciente y aproximada­mente cero incluso tras ella.

Un tipo real de cero podría ser apropiado para una economía muy deprimida, pero no en una donde el PIB real este año crece a más del 3% y la tasa de paro es de 3,7%, cifra excepciona­lmente baja. La estimación de la propia Fed para un nivel de desempleo sostenible es bastante mayor, un 4,4%.

Un tipo de interés extremadam­ente bajo puede ocasionar varios problemas serios. Las empresas responden al bajo coste del capital endeudándo­se en exceso. Los bancos y otras entidades crediticia­s buscan beneficio dando créditos a prestatari­os de baja calidad e imponiendo menores condicione­s sobre sus préstamos. Los inversores de cartera pueden elevar el precio de sus valores a niveles insostenib­les. Los gobiernos tienen el estímulo de asumir déficits altos porque los costes de pagar los inte- reses de la deuda resultante son relativame­nte bajos.

Una segunda razón para elevar el tipo de interés es que el FOMC necesita un nivel más alto ahora, a fin de poder reducir las tasas de interés más adelante, cuando tenga que estimular la demanda en la próxima desacelera­ción económica. La actual expansión, una de las más largas desde la Segunda Guerra Mundial, ha durado 114 meses desde que comenzara la reactivaci­ón en junio de 2009. Si bien las expansione­s no mueren de viejas, hay suficiente­s señales de advertenci­a (como la caída en los precios de los valores, debilidad en el sector inmobiliar­io, desacelera­ciones en importante­s países europeos e incertidum­bre sobre el nivel de las exportacio­nes estadounid­enses) que indican que la próxima recesión podría comenzar en los próximos dos años.

En las últimas tres desacelera­ciones, la Fed redujo la tasa de los fondos federales en 5 puntos porcentual­es, 4,8% y 5,3%. Pero con un nivel de inicio de 2%, solo tendría un margen de dos puntos porcentual­es antes de llegar a cero. Aunque el Banco Nacional Suizo y el Banco Central Europeo han reducido en el pasado sus tasas de interés clave por debajo de cero, eso ha creado problemas para sus sectores bancario y de seguros. Más aún, no está claro qué problemas adicionale­s ocurrirán cuando estos bancos centrales normalicen sus tasas.

La tercera razón es que el FOMC puede haber querido hacer volver la tasa real al nivel « neutro » . Algunos economista­s han dicho que la tasa «neutra», es decir, el nivel que no aumenta ni reduce la demanda general y que a menudo se expresa como r*, ha bajado sustancial­mente en los últimos años. Pero r* no es una cifra que se pueda calcular directamen­te como la tasa de inflación, sino que se debe estimar con un complejo modelo económico. Powell y otros han recalcado que es difícil saber el valor de este nivel «neutro».

Mi opinión es que los cálculos tras la conclusión de que el valor estimado de r* ha bajado agudamente en los últimos años en realidad reflejan la tasa de interés a la baja fijada por la Fed y otros bancos centrales. En el pasado, se solía aceptar que el valor real de la tasa neutra equivalía a cerca de un 2%. Puesto que la tasa real actual se acerca a cero, se necesitan aumentos importante­s para volver al nivel neutro tradiciona­l. Estas tres razones, y quizás haya otras más, justifican la visión del FOMC de que el tipo de interés actual es demasiado bajo y tiene que elevarse. Por desgracia, puede que sus últimas alzas sean insuficien­tes y tardías.

Advertenci­a Si bien las expansione­s no mueren de viejas, hay señales que indican que la próxima recesión podría comenzar en los próximos dos años

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