El negocio del despiste
tre 2009 y 2014 por la crisis económica. Ahora bien, es un negocio expansivo, que ofrece oportunidades crecientes, pero también hay mucha más competencia. En ese mismo informe, la Selae apuntaba precisamente a esta circunstancia: «El sector sigue creando nuevas compañías y fragmentándose en España, con 144 nuevas empresas del juego en 2018 frente a 2017», lo que supuso un incremento interanual del 4,8%.
Esta sociedad estatal es consciente de que tiene que reordenar su estrategia para hacer frente a esa competencia creciente, y compensar el retroceso que se está apreciando en la venta de algunos de sus productos. Y otro de los campos en los que tiene camino por delante es el de la venta por internet.
Hasta el año 2018, las ventas «on line » de la Selae suponían menos del 2% de su facturación total, una tasa escuálida si se compara con el 11% que alcanzaba ya el año pasado su homóloga británica o el 9% de la francesa.
Beneficio por empleado
Mientras tanto, retos al margen, la cuenta de resultados de la Selae sigue aportando cada año beneficios milmillonarios a las arcas del Estado y, además, sostiene una extensa red de ventas que beneficia a miles de profesionales externos que comercializan las Loterías y Apuestas del Estado. Así, a los alrededor de 600 empleados de plantilla de esta empresa pública –612 al cierre de 2018– hay que sumar otros 18.000 empleos indirectos que suman los puntos de venta externos, establecimientos regentados por particulares y que están repartidos entre 3.500 municipios, el 43% de todas las localidades que tiene España.
El año pasado, la Selae abonó a esos vendedores externos un total de 661,6 millones de euros en comisiones. Está por ver con qué cifras cierra el año esta empresa pública, pero si se cumplen las previsiones de sus directivos habrá recaudado este 2019 unos 9.100 millones de euros brutos, que se habrán traducido en casi 2.500 millones de euros de beneficio total. Al menos esas fueron las cifras objetivo que la Selae incluyó en sus presupuestos hace ahora un año.
La Selae se ha ahorrado 109 millones en los dos últimos años
mora, Ciudad Real, Cuenca y Vizcaya. Son provincias en las que los precios aún se encuentran en su valor mínimo o muy próximo a él. Un panorama que provoca que «se esté acentuando la brecha entre la provincias más caras y las más baratas». En 2019, comprar piso en Madrid o en la Ciudad Condal ya cuesta más del doble qeu el promedio nacional, mientras que en 2014 era «solo» 1,6 veces más caro. La divergencia está aumentado incluso entre localidades de la misma provincia: en Ibiza, por ejemplo, los precios han crecido un 52,6% entre el primer trimestre de 2014 y el tercer trimestre de 2019, mientras que en el conjunto de las Islas Baleares el incremento ha sido notable (26,6%), pero muy inferior al de la localidad ibicenca.
Cambio de tendencia
Pero en Barcelona y Madrid se observa ya un cambio de patrón en 2019. En la capital de España los precios crecieron un 7% en términos interanuales en el tercer trimestre (4,6% en el conjunto de la Comunidad), pero algunos municipios ya presentan tasas de crecimiento mucho más elevadas, como Parla (14%) o Getafe (11,3%). Una «mancha de aceite» hacia las ciudades colindantes que tambien se observa en la Ciudad Condal, donde los precios crecieron un 3,4% frente al más del 10% de ciudades como Santa Coloma de Gramanet, Badalona y L’Hospitalet de Llobregat.
El informe de CaixaBank Research también destaca que «el fuerte aumento del precio de los inmuebles en las ciudades ha incrementado las ratios de accesibilidad a la vivienda», de forma más acusada en aquellas ciudades que ya eran menos accesibles. Y pone un ejemplo concluyente: un hogar madrileño necesita el doble de años de renta para comprar una vivienda que uno granadino. El informe concluye que en las capitales de Madrid y Barcelona «el precio de la vivienda se ha ido desacoplando de la evolución de la renta de las familias y ha dado lugar a un notable tensionamiento de las ratios de accesibilidad para la población local».