La medida ‘fantasma’ sin apenas beneficiarios
Uno de los puntos del anteproyecto de ley de startups que ha levantado más ampollas entre los agentes del sector es la rebaja del 25% al 15% del impuesto de sociedades hasta un máximo de cuatro años siempre que la empresa mantenga la condición de emergente al entender que se trata de una medida cosmética cuyo impacto real será casi nulo. «Es pura teoría, no conozco ni una sola startup que tenga beneficios los primeros años», asegura Elena Gómez del Pozuelo, CEO de Baby Friendly Companies y presidenta de Womenalia. Y es que el camino hacia la rentabilidad de este tipo de empresas suele ser largo. La red social Twitter, por ejemplo, tardó doce años en dejar atrás los números rojos. El gigante del comercio electrónico Amazon necesitó nueve años para lograrlo. La plataforma de videollamadas Zoom tardó ocho ejercicios...
Desde la Asociación Española de Startups, su portavoz, Carlos Mateo, reconoce que la reducción del tipo del impuesto no aplica mucho porque, por su propia definición, las startups siempre reinvierten al principio los ingresos en crecimiento y, por lo tanto, «es difícil que ninguna de estas empresas sea beneficiada por la medida».
Más duro se muestra con la propuesta del Gobierno Carlos Blanco, fundador de Ecomenda VC y Nuclio. «Son migajas y lo único que puede provocar es que alguna empresa que no es startup intente hacerse pasar por ella para tener esas deducciones».
Alternativas útiles
Mientras que son excepción las startups obligadas a pagar este impuesto, sí son legión las que necesitan contratar trabajadores para su actividad. Por ello, Gómez del Pozuelo cree que lo realmente efectivo hubieran sido «bonificaciones incluso de hasta el 100% de la cuota de la Seguridad Social de los fundadores y sus primeros empleados». La Asociación Española de Startup también echa en falta que se libere a los fundadores de la cuota a la Seguridad Social. «Es una de las medidas más importantes porque muchos emprendedores se encuentran con que su mayor gasto durante el primer año es la propia cuota de autónomos», destaca Carlos Mateo. «Queremos democratizar el acceso al emprendimiento y que cualquier persona con una buena idea pueda llevarla a cabo sin este tipo de barreras», añade. Un clamor entre los agentes del sector del que no hay ni rastro en la propuesta del Gobierno.